Tras el último evento de precipitación se acumularon entre 40 y 100 milímetros en la región, generando cambios positivos en las estimaciones del contenido hídrico de los suelos. Esta tendencia podría mantenerse, dándole a los cultivos de zona núcleo un ambiente mejor al previsto.
Hasta mediados de octubre la ausencia de lluvias hizo que el agua útil en el perfil sea limitante, con menos del 30% de capacidad máxima. Hoy la situación es distinta y se aprecia una recarga en el perfil e incluso en la capa superficial con un 50% del agua disponible para los cultivos que se encuentran en pie, como para la continuación de la siembra de los cultivos de verano.
De esta manera, las condiciones hídricas hoy permiten lograr un respiro y el puntapié que el productor estaba esperando en un contexto climático que se perfilaba entre normal a deficitario.
Si repasamos este contexto climático que estamos transitando y el previsto para el último bimestre del año, el principal fenómeno para seguir es la situación de las aguas en el Pacifico ecuatorial conocido como El Niño-Oscilación del Sur.
En este punto es importante destacar que este fenómeno se encuentra, a la fecha, en su fase Neutral, no es Niña ni Niño, desestimando los pronósticos del mes pasado que marcaban una posible transición a Niña con una probabilidad del 70% durante el trimestre septiembre-octubre-noviembre. Actualmente no se encuentra alcanzando las características en el océano y en la atmósfera como para establecerse como La Niña.
Su impacto en las lluvias
Estar en una fase neutral del fenómeno hace que puedan actuar otros eventos que ocurren también en la zona tropical o incluso ocurren de manera local, como son los sistemas frontales.
Estos eventos de lluvias que vivimos los días previos están asociados a estos fenómenos, los cuales no pueden preverse con más de 20 o 30 días. Es por lo que en septiembre no teníamos herramientas como para pronosticarlos, por ello siempre se recomienda consultar los pronósticos a corto y mediano plazo.
Si La Niña hubiese estado establecida, no quiere decir que no iba a llover, pero sí que este tipo de fenómeno probablemente pudieran ser más distanciados o de menor magnitud.
En la última actualización de octubre, los modelos que hacen el seguimiento de este fenómeno indican entre un 45 y un 60% la transición hacia una Niña durante noviembre/24-enero/25. Esto significa también que existe alrededor de un 45% de permanecer en condiciones neutrales.
Mejores perspectivas
Las perspectivas previstas a la fecha son diferentes a lo que se preveía a mediados de año.
En cuanto a los pronósticos climáticos estacionales prevén, para el norte de Buenos Aires, mayores chances, con un 40%, de transitar un trimestre (noviembre-diciembre enero/25) con lluvias entre normales a deficitarias.
Es así, que, si bien el escenario más probable pueda estar recostado hacia lluvias trimestrales menores, las chances de recibir lluvias en algún momento del trimestre no son nulas. De manera tal, que será muy importante que el productor deba estar atento a los pronósticos de más corto plazo para hacer ajustes de sus decisiones.
Por último, en el caso de las temperaturas, existe un acuerdo entre los modelos para indicar que las chances de un trimestre más cálido son mayores. En este contexto se podrían ver favorecidas las entradas de aire cálido, pero podrían presentarse entradas de aire frio de manera tardía y para preverlo los pronósticos semanales son una herramienta muy útil.
(Informe exclusivo de la Licenciada Natalia Gattinoni, profesional del Instituto de Clima y Agua del INTA Castelar, para La Opinión del Campo).