El estancamiento o falta de crecimiento del stock nacional en los últimos años, y la consecuente disminución de la oferta de terneros y terneras para engorde torna inevitable la necesidad de aumentar el peso de faena para poder sostener e incluso recuperar volumen de producción.
En este escenario, la recría va ganando cada vez más adeptos, dado que en esta etapa el animal protagoniza importantes cambios metabólicos, en el tipo y proporción de los tejidos, que resultan determinantes al momento de incorporar mayores kilos en la faena.
De acuerdo a los datos de movimientos de hacienda que informa el SENASA, de enero a noviembre de este año se registró el traslado de 17,3 millones de animales con destino a campos de cría e invernada. De este total, sólo 2,9 millones han ingresado a establecimientos de engorde a corral para su terminación mientras que el resto (14,4 millones) permaneció recriándose a campo, por supuesto, con diferentes grados de suplementación.
Mas kilos a menor costo
Mediante la intensificación de las recrías es posible pasar de vender un producto terminado de 320/340 kilos a 400 kilos o más, ganando kilos a menor costo. Es decir que, esto no solo implica un incremento en la producción de carne por animal en stock, sino que también resulta más eficiente en materia de costos de alimentación.
Otra gran ventaja que aporta la recría es la flexibilidad a la hora de definir la terminación y destino del producto final. Un animal recriado puede ingresar al feedlot para su terminación final habiendo ganado previamente kilos en desarrollo muscular y mejor marmóreo a pasto o bien continuar en un ciclo completo que terminará en un novillo pesado con destino a exportación.
Además, trabajar con sistemas que permitan lograr animales más pesados, otorga una mayor versatilidad para adaptar el producto final a lo que esté buscando la industria frigorífica, conforme las oportunidades que presente su demanda.
Kilos baratos
"Desde el punto de vista nutricional la ventaja de lograr una buena recría es que permite hacer kilos baratos, con una dieta a base de forraje, algo de grano y proteína", subraya Ignacio Vidaurreta, médico veterinario y asesor nutricional en Pergamino y zona.
Destaca además que "al estar el animal atravesando una etapa de crecimiento natural, se logra un alto grado de conversión de alimento en carne, lo cual tiene su impacto en todo el ciclo de engorde". Por tal razón, "si sabemos aprovechar con eficiencia este escalón, vamos a tener menos kilos que ganar en la etapa de la terminación, que lleva un mayor costo".
El destino manda
El tiempo de recría lo determina el destino que se le quiera dar a la hacienda, como bien lo explica Vidaurreta. "Partiendo de un destete de 160/180 kilos, si el objetivo es obtener un animal de 380/390 kilos para consumo interno, la etapa de recría te va a llevar 4 a 5 meses; en cambio, si lo querés llevar a 470/480 kilos con destino a exportación, te va a demandar como nueve meses de recría; todo depende de tu objetivo".
Las formas varían
También existen distintas formas de armar una recría. "Si el animal viene de un destete en marzo, por ejemplo, se puede aprovechar los verdeos de invierno, ganar kilos a pasto en una primera etapa y luego una segunda etapa a corral, todo depende del campo, su ubicación y aptitud ( ) Si se ubica en zona núcleo la recría sería viable rotándola con la agricultura; si está en zonas marginales donde las posibilidades de hacer agricultura son bajas, puede alargarse la etapa de pasto y sumarle una suplementación estratégica y, por último, si se tiene un campo mixto, la estrategia puede ser un puente verde de tres meses para hacerle 100 kilos a un ternero, llevarlo de 180 a 280 kilos, tres meses a corral y después lo pasas a terminación", explica.
Por lo expuesto hasta aquí, la recría se ha convertido en la mejor aliada de la producción de carne este año, cuando la oferta de terneros y terneras fue de 650 mil animales menos que los obtenidos durante la zafra pasada, el número de novillitos y vaquillonas que han llegado a faena se contrajo en similar proporción, resultando hasta el momento en una pérdida de unas 110 mil toneladas de carne vacuna, considerando solo lo proveniente de estas dos categorías, donde el peso medio de faena apenas mejoró en menos de un 2%.