El estrés térmico, o estrés por calor, se produce cuando los animales son sometidos a condiciones ambientales que superan su temperatura de confort, momento en el cual el cerdo es incapaz de regular su propia temperatura corporal. Esto ocurre cuando la temperatura se sitúa entre los 18 y los 25 °C, dependiendo la etapa de crecimiento del animal.
Desde el Senasa se han brindado una serie de sugerencias, haciendo hincapié en los cuidados diferenciados que se deben adoptar en la producción de cerdos para prevenir el estrés calórico y su consecuente impacto en el bienestar y en el rendimiento productivo de los animales.
"Dentro de este contexto, el peso del animal también es determinante, ya que, podemos decir que un cerdo de más de 75 kilos de peso vivo, está más sensible a temperaturas elevadas, a diferencia de un cerdo más pequeño", advierten desde el Centro Regional Buenos Aires Norte del Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (Senasa), cuyo actual coordinador del área de Sanidad Animal es el médico veterinario Jose Dairaut.
También aclaran que "no todos los animales responden igual ante las mismas temperaturas; cuando un cerdo sufre estrés por calor en su cuerpo se disparan ciertos mecanismos de alerta que afectan su comportamiento, los cuales tienen como objetivo mantener la fiebre corporal dentro del rango de temperatura de confort".
Se apunta además que "tales mecanismos van desde el aumento de la frecuencia respiratoria y el aumento del consumo de agua, hasta la reducción del consumo de alimentos, buscando con estas acciones disminuir la producción de calor en su cuerpo".
Importa tambin destacar que el estrés térmico repercute en la eficiencia y la rentabilidad de una granja porcina, ya que genera una baja tasa de ganancia diaria de peso vivo. Esto, aplicado a las cerdas en época de amamantar, ocasiona otros inconvenientes ya que las madres producen menos leche, lo que hace que sus lechones desteten con menos peso vivo. Mientras que en la etapa de terminación, las repercusiones negativas son aún mayores ya que estos animales toleran menos el calor por ser más pesados.
Recomendaciones
Ante este escenario que nos describe la entidad sanitaria,?bien vale extremar los cuidados para contrarrestar los efectos de las elevadas temperaturas que se esperan en esta temporada de verano.
Para el médico veterinario Luciano Palestro, "en primer instancia hay que trabajar la temperatura ambiental de la nave o galpón donde están alojados los cerdos, para lo cual hoy en el mercado hay sistemas de climatización ambiental que logran adecuar los valores de temperatura, humedad y calidad del aire a las distintas áreas de confort dependiendo de la categoría en cuestión; sistemas que requieren de energía eléctrica principalmente y demandan una muy alta inversión inicial".
Para el profesional de Teknal S.A., "desde lo nutricional se pueden hacer algunos ajustes en la formulación; principalmente concentrar nutrientes (tanto aminoácidos como energía) ya que el consumo diario de ración cae como consecuencia del stress térmico; como tambièn es importante bajar la proteína bruta de la dieta (no los aminoácidos y sus relaciones con la lisina) para disminuir el incremento calórico".
Desde el punto de vista del manejo, "se debe ofrecer un correcto suministro de agua de bebida; tanto en cantidad como en calidad y a una temperatura correcta, ya que los cerdos disminuyen el consumo de ración durante los periodos de mayor temperatura ambiental, pero si o si necesitan tomar agua para hidratarse".
Desde la nutrición "también se puede reducir el uso de fibra bruta en las dietas, sobre todo en la categoría reproductoras que es donde se suelen usar ingredientes mas fibrosos, como los cereales de invierno o incluso concentrados como el afrechillo de trigo". A la vez, recomienda "reforzar las dietas con el uso de algunos aditivos nutricionales, como pueden ser los antioxidantes con la finalidad de combatir el estrés oxidativo de las células por efecto de la mayor producción de radicales libres".
Finalmente, Palestra sostiene que "suele usarse como aditivo la Betaina, conocida como un eficiente osmoprotector, especialmente en condiciones de estrés por calor, y actúa de múltiples maneras a nivel intestinal y metabólico"
Hasta aquí las advertencias y recomendaciones para prevención del estrés por calor, no solo para el bienestar animal, sino también para obtener mejoras en los índices productivos y en la rentabilidad de la empresa agropecuaria.