En los últimos meses, el mercado inmobiliario rural viene registrando un aumento en la actividad, con un firme interés en la compra de campos agrícolas, principalmente ubicados en la Pampa Húmeda. Según reconocidos actores locales del sector, esto obedece a una mayor confianza en que la situación del país mejorará y a que también hay una valoración positiva del rumbo que tomó el Gobierno que impulsa la confianza de los inversores en el mercado de tierras rurales.
"Este año se afirmó la reactivación del interés por inversión en campos, sobre todo en los de producción agrícola y en particular en zona núcleo, sur de Santa Fe, sur de Córdoba y norte de Buenos Aires, pero también se traslada a otras zonas como el oeste de la provincia bonaerense, parte de La Pampa y en algunas otras que están desarrollándose en agricultura en el norte del país", sostiene Claudio Loyacono.
En cuanto a los motivos que sostienen esta tendencia, el reconocido referente inmobiliario local considera que "responde más a una expectativa que a una realidad actual, porque aun los costos de producción siguen siendo elevados y los valores de los cereales bajos en dólares, pero este cambio de rumbo político y económico viene generando expectativas favorables y, además, no hay otros sectores que tienten a los inversores".
Precisó también que "este interés apunta al hecho de tener un activo fijo con una renta razonable, que en general es más fácil en campos de producción agrícola, porque tienen un retorno más rápido en valores fijos o quintales, mientras que los campos ganaderos requieren más infraestructura y personal adecuado para la explotación".
En cuanto al tamaño de los campos requeridos, varía mucho según Loyacono. "Hay pocos inversores de muchas hectáreas y varios de menor extensión". De todos modos, aclaró que "la oferta de tierras es finita, no es fácil responder a la demanda en tiempo y forma, y eso puede generar una suba de precios".
Respecto a los valores que se manejan, como normalmente ocurre, son muy variables. Varían según la calidad de la tierra, la zona y también por la forma de hacer la operación, si es de contado, si es con financiación, si todo obedece a un resultado económico financiero inmediato o a plazo. Al respecto, Loyacono sostiene que "se mantienen dentro de los parámetros de los últimos 15 años, aproximadamente entre 10 mil y 15 mil dólares por hectárea".
Mucha demanda, poca oferta
También Jorge Sanmartino, otra voz autorizada en el ámbito local y actual integrante de la comisión directiva de la Cámara Argentina de Inmobiliarias Rurales (CAIR), coincide en afirmar que "el mercado inmobiliario rural hoy está muy demandado y con muy poca oferta, hay operaciones muy puntuales, orientadas fundamentalmente a la calidad del campo, es decir, se pagan bien los campos agrícolas bien definidos y no tanto los campos mixtos".
En ese aspecto, subrayó que Pergamino está muy bien diferenciado por zona. "Los mejores campos se ubican de Arroyo Dulce, Pinzón, Carabelas y Alfonzo hacia atrás, donde los valores oscilan en los 15 mil o 16 mil dólares, mientras que se cotizan entre 13,5 y 15 mil dólares, siempre dependiendo de su aptitud agrícola, fundamentalmente".
Detalló también Sanmartino que "la mayoría de los campos que se están vendiendo hoy son por sucesión o división de socios y, por lo general, tienen una extensión de 30 a 50 hectáreas; no son campos para inversores de afuera que, por lo general, buscan de 250 hectáreas para arriba, que son casi imposibles de conseguir".
Otro factor que condiciona el mercado de inmuebles rurales son los alquileres, que en Pergamino cubren más del 70 por ciento. En tal sentido, Sanmartino explica que "los dueños de los campos arrendados reciben una buena renta y no tienen interés en venderlo; además, no cuentan con otra opción mejor".
La zona más buscada
La zona núcleo es considerada desde siempre la más rica por atesorar los campos agrícolas más productivos del país y, por ende, muy buscada por aquellos que deciden apostar a la tierra. "Tenemos muchas consultas por contar con la ventaja de estar en una zona muy productiva", reafirma Arturo Terrile, titular de la inmobiliaria homónima, también con asiento en Pergamino. No difiere en afirmar que "el grueso de las operaciones se concretan entre habitantes de la zona" y también observa que "últimamente se están sumando inversionistas interesados en comprar tierras aquí".
Le restó importancia al blanqueo como motor del movimiento que se está dando. "Por el nivel de desembolso que requiere la compra de un campo, no es en este rubro donde más se siente el mayor flujo de dólares, sino en los inmuebles urbanos"
Como dato destacable con relación al cambio de rumbo económico, Terrile dijo que "si bien el grueso de las operaciones son de campos agrícolas, a causa de la eliminación de precios máximos a la carne, de trabas y cupos de exportación, hay como una vuelta a la ganadería y también tenemos, en menor medida, demanda de campos mixtos, incentivada además por nuestra cercanía con la Ciudad de Buenos Aires, más aun ahora con la autopista".
La mayor riqueza
La coincidencia entre los operadores consultados es absoluta y resultaba poco factible rescatar un testimonio que aporte más a todo lo recopilado. Aun así fuimos al encuentro de Germán de Mayo, quien a todo lo dicho por sus colegas, sumó valiosos conceptos para darle cierre a este informe. "No nos debe extrañar que el campo despierte un sano interés inversor, porque es el mayor generador de divisas genuinas, el campo es el eje de nuestra economía y más aún en nuestra zona", subrayó
Ante esta realidad, remató que "el Gobierno debe soltarle las riendas al campo, debe encontrar la forma de ir bajando de a poco las retenciones hasta eliminarlas totalmente y cuando eso ocurra no me cabe duda que el interés por el campo va a explotar y el país volverá a recuperar su verdadero potencial económico".