Empujados por la caída del precio de los granos y los entretelones de incertidumbre que genera la política de recuperación de la economía global, los productores están volviendo a poner el ojo en la ganadería, lo cual marca un alentador cambio de tendencia
Este lunes comenzó la nueva campaña de vacunación contra la fiebre aftosa y más allá de los beneficios sanitarios, que de por sí significa para la ganadería nacional, es muy probable que nos revele un cambio de tendencia en la conformación del stock nacional, que en la última vacunación arrojó una caída de 2,2 millones de cabezas.
La sequía recurrente aparece como la principal causa para entender esta última disminución del 4,1% del rodeo vacuno. Por este flagelo, la categoría que más sufrió fue la de terneros, con una baja de 837 mil cabezas respecto a otoño de 2023, hecho que denota un fuerte recorte en la productividad actual. Además, hubo un descenso importante de 5,3 % en vaquillonas, como consecuencia de los altos niveles de faena del año pasado Las vacas tuvieron una merma de 720 mil cabezas, mientras que la cantidad de novillos se redujo a 119 mil cabezas.
En cuanto a los niveles de faena, este año caería en 300 mil toneladas lo que significa que el consumo sería de 45 a 47 kilos por habitante en promedio durante el 2024, producto del bajo poder adquisitivo de la población. Por el contrario, las exportaciones siguen en aumento a pesar de los problemas de competitividad del negocio debido a la paridad del dólar.
Cambio de tendencia
En los últimos meses se observa en las jornadas de venta de las cabañas e incluso en los remates generales, un creciente interés y, por ende, mejores precios de los toros y vientres, lo que da cuenta de que los ganaderos le ven un futuro promisorio a la actividad, pese a que el clima no acompaña estas intenciones de inversión.
Así lo vivió Horacio Giacoma en la 35ª Exposición Rural de Pergamino. "Observamos mucho interés, las ventas fueron muy ágiles y los precios superaron todas las expectativas, tanto de los cabañeros como las nuestras".
La firma consignataria Antonio C. Giacoma y Cìa. S.A., tuvo este año la exclusividad de la venta de reproductores de la muestra y los valores alcanzados batieron todos los records. "Tuvimos precios corrientes muy altos en reproductores machos, de 3,5 a 4 millones de pesos, con un máximo en Polled Hereford que alcanzó los 5,1 millones, hacía años realmente que no veíamos una venta tan fluida", remarca Giácoma.
Y los vientres no se quedaron atrás. "Las vaquillona también eran muy buscadas y se vendieron muy bien, tanto la hacienda nueva, como las vaquillonas con cría y las vacas de segunda y tercera parición, a valores que promediaron los 2 millones de pesos".
También en los remates generales se observa un mayor interés, señala Giácoma. "Por supuesto que los vientres nuevos son los más buscados, pero los usados también se venden bien". Y en cuanto a la invernada, subraya que está más firme que el gordo. "Hay mucho interés por la invernada, el ternero macho de 200 a 220 kilos está en alrededor de 2.500 pesos el kilo, la ternera de la misma categoría 100 a 200 pesos menos; en tanto la hacienda gorda de consumo esta estacionada en los 2000 a 2500 pesos".
Lo que está ocurriendo en Pergamino y la zona, fue una réplica de lo vivido en la Exposición de Palermo y también se repite, en mayor o menos medida, en las muestras y remates que se realizan en distintos puntos del país.
Reponiendo caja
Este fenómeno que se está dando no es casual. La sequía no afectó solo a la agricultura, también la ganadería se vio seriamente perjudicada y por partida doble, dado que no solo se vieron recortadas las pariciones por falta de pasto, sino que también hubo ventas obligadas para cubrir las deudas contraídas tras el fracaso de las cosechas, tanto en alquileres, como en insumos y servicios.
Y así quedaron demostrados una vez más los beneficios que trae aparejado la ganadería para aquellos que mantuvieron sus rodeos, aun en pleno auge agrícola. Hoy esa "caja de ahorro" se ve resentida y hay que reponerla, no solo como alternativa productiva, sino también como recurso financiero al cual echar mano en tiempos económicamente difíciles.
