Aunque parezca un simple campo, el espacio que eligió la Cooperativa Turba para llevar adelante su proyecto esconde una gran cantidad de trigo y centeno que luego convierten en la harina agroecológica "Otro Costal". Mientras recorremos el terreno, Martín Toriggino, pergaminense, licenciado en administración de empresas e integrante de Turba, nos cuenta que, por mes, producen aproximadamente 3.000 kilos de harina integral, siendo el invierno la estación de mayores ventas.
La harina agroecológica integral se elabora sin la utilización de químicos ni productos artificiales desde el momento de la siembra hasta el proceso de su envasado final. Lo que sale del campo, se muele y se empaca. Contiene el 100% del grano entonces preserva la totalidad de los nutrientes y, al no estar refinada ni tener aditivos, tiene una calidad extra en el valor nutricional. Cuenta con más propiedades, es más liviana de consumir y nutre mejor.
En Pergamino, son los únicos que hacen este trabajo. Turba es una cooperativa formada por un grupo de diez personas de distintas áreas como la antropología, ingeniería agrónoma, biotecnología y la geografía, también cuentan con un técnico electromecánico, un productor agropecuario, una diseñadora gráfica y un ingeniero en alimentos, que se conocieron realizando un posgrado en la Universidad de La Matanza, en el año 2017 y unieron sus miradas y conocimientos en este proyecto.
En principio, se unieron como equipo de trabajo para asesorar a aquellos productores que deseaban transformar o mejorar las condiciones de sus campos con una visión agroecológica, acrecentando la estructura del suelo y diversificando sus cultivos. Un año después, en el 2019, decidieron adquirir un molino con el fin de generar un espacio de molienda que mantenga la identidad y cualidad de lo producido a lo largo de todo el proceso de transformación. Eso los llevó a producir ellos mismos el trigo y el centeno. Así nació "Otro Costal".
Comenzaron alquilando un lote de 55 hectáreas, en zona de exclusión, es decir, donde no puede realizarse aplicación de productos agroquímicos. Hoy, el lugar elegido es un campo ubicado a pocos kilómetros de nuestra ciudad. Su dueña, Irene Lavandera, buscaba otra manera de trabajar su espacio y deseaba que no se realizaran más fumigaciones, más allá de no encontrarse en zona de exclusión, lo que la llevó a ponerse en contacto con Turba y comenzar a trabajar en conjunto.
Antes de culminar la recorrida, Martín nos cuenta que, a mediano plazo, tienen como objetivo seguir dándole un valor agregado a su producción con una máquina de fideos y, además, mejorar las maquinarias para optimizar el rendimiento y practicidad. La harina "Otro Costal" es artesanal, agroecológica e integral y, con ella, Turba demuestra que es posible producir de manera sustentable.