Si bien el consumo de carne continúa deprimido, hoy la relación insumo producto genera condiciones más favorables para la conversión, favoreciendo la rentabilidad del feedlot.
Atrás quedaron los números rojos que derivaron el año pasado en el cierre de 40 establecimientos. El productor llegó a perder más de 65.000 pesos en noviembre por novillo terminado, este año el negocio ha revertido la tendencia que había arrancado en julio pasado, si bien falta mucho para recuperar lo perdido.
"La foto de hoy es buena porque el precio del ternero de invernada, que por lo general supera entre un 15 y 10 por ciento al del gordo, está muy cerca del novillo terminado, algo que pocas veces se nos da", explica Miguel Ramassa, médico veterinario y propietario de un feedlot ubicado en la localidad de Fontezuela, donde se dedica al engorde de hacienda propia y de terceros, de acuerdo a distintos momentos del año.
"El feedlot es una herramienta que yo utilizo de acuerdo al contexto que se va dando por distintas circunstancias, tales como la seca que hemos tenido recientemente que ha hecho que se adelanten los destetes, o bien las periódicas inundaciones en la isla que obliga a los propietarios trasladar gran parte de sus rodeos", aclara Miguel .
Con 25 años de experiencia en el rubro, supo sobrevivir en los momentos malos y aprovechar los buenos. "El negocio del feedlot en Argentina como en otros países, EE.UU. inclusive, es muy inestable; por momentos se gana y en otros tenes pérdidas muy grandes y si no lo conoces te quedas en el camino como le ha pasado a muchos en los últimos seis años", advierte.
Hoy la limitante es la demanda
Entre los distintos factores que condicionan el engorde a corral está el comportamiento del consumo local. "Hoy tenemos una gran retracción de la demanda de carne, no porque sea cara sino por el bajo poder adquisitivo y hay que tener en cuenta que el 75/80 por ciento va al mercado interno y no tenemos una participación importante en el mundo porque no somos competitivos frente a otros países de Sudamérica, como Brasil, por ejemplo", se lamenta.
Por otro lado, la relación insumo/producto es favorable y compensa de algún modo la retracción de los precios de la carne, como bien lo aclara también Miguel "Hoy producir un kilo de carne vacuna no es tan caro como en otros momentos, porque tenemos insumos baratos y los subproductos de la molinería, que hasta hace dos años se iban afuera hoy quedan en la argentina y pueden ser bien aprovechados en la alimentación animal, como el afrechillo de trigo, la burlanda de maíz y la cáscara de soja".
En suma, para Miguel, hoy por hoy, es un muy buen momento para el feedlot. "Por razón estacional, tenemos mucha hacienda encerrada que comenzará a salir en los meses de agosto, septiembre y octubre, y es ahí cuando el negocio empieza a complicarse por la creciente oferta de gordos que puede deprimir aún más los precios y, a la vez, en la otra punta se nos incrementa el precio de la invernada que comienza a ingresar a los corrales; es en ese momento cuando habrá que ver quien se defiende más", concluye Miguel Ramassa.
Servicio de hotelería
Otra opción dentro del feedlot es la hotelería, práctica que permite que cualquier productor o inversionista pueda tener hacienda propia sin necesidad de ser propietario de algún establecimiento, simplemente terceriza el servicio.
Son establecimientos de engorde a corral especializados para brindar ese servicio, tal el caso del feedlot ubicado camino a la localidad de Rancagua que hoy pilotea Adolfo Neffen. "Esta es una empresa familiar que funciona exclusivamente como hotelería desde el año 1998 y cuenta hoy con una capacidad de encierre de 3000 animales provenientes de distintos puntos del país".
El propietario de la hacienda al llevar sus animales al feedlot firma un contrato en donde ambas partes establecen las condiciones en tiempo y forma del encierre, engorde y entrega. "A cada cliente se le otorga una determinada cantidad de corrales, se le identifica la hacienda con caravanas para que pueda identificarla y a la vez, poder hacer una medición de la eficiencia, tanto desde el punto de vista nutritivo como económico cuando se retire la hacienda", detalla Adolfo.
Las categorías de animales que ingresas son variadas. "La mayoría son animales de 180 kilos para arriba, a excepción de la industria frigorífica que se enfoca en animales más pesados, 300/350 kilos para terminarlos en 400/450 kilos, aproximadamente; todo depende de la época del año y a las condiciones en que se encuentran los campos en cuanto a disponibilidad de pasturas".
En invierno crece la actividad
Si bien se trabaja todo el año, siempre en esta época de invierno es donde se registra la mayor actividad porque normalmente baja la disponibilidad de pasturas en los campos, cosa que no ocurre en verano y, obviamente, siempre resulta más económico el engorde.
"El servicio de hotelería es bastante costoso dentro del ciclo ganadero y es por ello que normalmente recurren a nosotros en la etapa de terminación, mientras de la cría y recría se ocupa el productor porque le resulta más rentable y no requiere de mayores conocimientos y cuidados como lo exige el engorde a corral".
Responsabilidad, seriedad y conocimiento, son valores necesarios para llevar adelante con eficiencia la tarea en el engorde a corral y esto lo tiene muy presente Adolfo Neffen desde el primer momento que decidió hacerse cargo del negocio familiar. "Acá se trabaja todo el año, no hay descanso, no es como una fábrica que cierra el fin de semana y se vuelve el lunes; además contamos con empleados capacitados y equipos de profesionales especializados; es incalculable la ocupación interna y externa que demanda el feedlot y está bien que así sea porque solo así se puede permanecer en este negocio".