Crédito: INTA
La dieta no es reemplazar el balanceado, sino incorporar la arveja a la alimentación.
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Bernardo Iglesias lideró la investigación desde Inta Pergamino.
En la actualidad, la avicultura se enfrenta a un nuevo y desafiante escenario ante el aumento del precio de la soja y el maíz, principales ingredientes tradicionales de la alimentación, renglón que representa el 55 % del costo total de la producción.
Este escenario motivó a Bernardo Iglesias, médico veterinario del INTA Pergamino a buscar ingredientes alternativos en pos de abaratar costos. Y así fue como apareció la arveja entre las mejores alternativas. "Es un ingrediente con buen potencial para la alimentación animal, se caracteriza por tener un alto contenido de proteína bruta (20-26%), buena palatabilidad y bajo contenido de factores anti nutricionales; su proteína, constituida por albúminas y globulinas; es deficitaria en aminoácidos azufrados y triptófano, pero rica en lisina; la digestibilidad de proteína y aminoácidos es similar a la de harina de soja, y tiene bajo nivel de grasa y un alto contenido de almidón (42-51%)", detalla Iglesias justificando su elección.
Paso a paso
La primera etapa de este ensayo fue la caracterización de la arveja es decir, determinar los componentes que contiene este grano que se cultiva al sur de Santa Fe o el norte de Buenos Aires en localidades como San Pedro y Pergamino.
En este aspecto, Iglesias nos comentó que "existen 87 variedades de arveja registradas en la Argentina, que podemos dividir en dos grandes grupos: la arveja verde que es la más conocida y de mayor consumo humano, y la arveja amarilla, que es la que utilizamos en esta experiencia, una variedad que si bien no posee el nivel de proteína que tiene la soja, es del 23 al 26 por ciento que es una buena concentración".
Además, tiene sus ventajas agronómicas, como bien lo observa el profesional del INTA "al ser un cultivo de invierno, no interfiere para nada con los granos gruesos, sino que deja el suelo en buenas condiciones para la siembra de soja, por ejemplo, con lo cual es una muy buena alternativa para la rotación".
Otro punto que se tomó en cuenta en esta experiencia es medir los factores anti nutricionales que puedan llegar a afectar el desempeño digestivo de los animales. "Al ser una leguminosa, decidimos desactivarla como se hace con la soja, lo que nos llevó a comprobar que en el caso de la arveja no es tan necesario porque cruda anda muy bien también, con lo cual desactivarla o no dependerá ya de factores económicos por el gasto que esto implica en energía".
Cumplidas estas etapas, llegó el momento de incorporar la arveja a la dieta de los pollos, etapa que también tuvo una particularidad, que Iglesias nos detalló: "No es correcto sacar una parte del alimento balanceado e incorporarle la misma proporción de arveja porque estaríamos desbalanceando otros nutrientes como vitaminas y minerales, ante lo cual recalculamos la dieta incluyendo a la arveja".
Finalmente, una vez obtenido el equilibrio de todos los componentes, incluyendo a la arveja, se llevaron a cabo las pruebas de crecimiento de los pollos. "Realizamos para ello cuatro tratamientos, un testigo a base de maíz y soja y tres con niveles de 7, 14 y 21 por ciento, lo que nos permitió comprobar que los pollos comían más y ganaban más peso con arvejas, sin variar la conversión con respecto al testigo a base de maíz y soja", concluye Bernardo Iglesias, más que satisfecho con sus logros.
