En las tres últimas campañas los márgenes económicos vienen cerrando mal en campo propio y muy ajustados e incluso dejando pérdidas en campo alquilado, como consecuencia de los precios deprimidos de los granos, el encarecimiento de los insumos, la alta carga impositiva y el comportamiento errático del clima.
Para esta campaña, los suelos se muestran bien cargados en el arranque del ciclo para la siembra de cultivos invernales, mejorando las condiciones agronómicas, pero las variables económicas no se han modificado prácticamente en nada. Aun así, como bien nos apuntaba en la edición de La Opinión del Campo la semana pasada el asesor Martín Principiano, "dentro de este contexto macroeconómico que vive el país, en pleno proceso de reacomodamiento, quienes tienen la posibilidad de producir bienes que cotizan en dólares, procuran mantener o eventualmente aumentar su escala productiva y esto le da firmeza al mercado de arrendamiento".
¿Qué dicen las fuentes?
Para conocer realmente como está operando hoy por hoy el mercado de arrendamientos, qué mejor que ir a las fuentes. Así es como nos llegamos hasta la Cámara de Inmobiliarias Rurales y allí su presidente, Abel Real, nos confirmóel escenario: "Los alquileres siguen firmes y prácticamente no ha habido ningún tipo de variantes con respecto al año pasado; en un momento se llegó a pensar que por la situación macroeconómica iba a disminuir el valor de los arrendamientos, pero no ocurrió así " Y explicó claramente las razones: "existe una sostenida demanda, hoy por cada campo en alquiler se presentan dos o tres postulantes que lo quieren y eso hace a que los valores se mantengan firmes; además, nadie quiere dejar el número de hectáreas que estaba trabajando".
En cuanto a los precios, son muy variables según nos detalla Abel Real:"En el norte de la provincia de Buenos Aires, los valores oscilan entre los 15 y 17 quintales de soja, enJunín para el lado de Rojas tenemos que hablar de 17-18 quintales, mientras que para el lado de O'Higgins yChacabucose llega a pedir hasta 19 quintales por campos de muy buena aptitud agrícola, y en zonas como Gral. Villegas el mercado se vuelvemás competitivo aun", detalla el presidente de la Cámara de Inmobiliarias Rurales.
El atraso de la cosecha ralentiza operaciones
"La cosecha de maíz y soja viene muy atrasada y prácticamente hasta el momento no ha habido renovación de alquileres en Pergamino; en otras campañas ya se estarían cerrando contratos con mayor agilidad", nos apunta Héctor "Lolo" Rodriguez, de la firma Aloe & Rodríguez.
"La demanda siempre se muestra activa, pero hasta ahora ha habido un muy bajo nivel de renovaciones de contratos". Consultado acerca de los valores que se manejan puntualmente en Pergamino, señaló que "dependen de la calidad del campo y la zona, juegan un montón de factores, pero varían de entre 12/13 hasta 17/18 quintales".
Refiriéndose a la compra -venta, comenta que "al bajar la inflación y por ende las tasas de interés existen menos refugios donde resguardar el dinero y los inversores miran el mercado de inmuebles en general, hay más movimiento, más consultas y cuando sale un campo se vende. No obstante, las operaciones son aisladas porque hay muy poca oferta, hay más pedidos que ofertas, principalmente de campos netamente agrícolas y los valores de la hectárea oscilan entre 12 y 15 mil dólares, mientras los ganaderos se ubican entre 7 y 10 mil dólares".
Las deudas tienen también su peso
Venimos de tres campañas muy golpeadas por la seca y la mayoría de los productores aún no han podido saldar deudas, circunstancia que también sale a la luz a la hora de renovar contratos. "Las mejores condiciones climáticas que estamos teniendo, aun cuando ahora dificultan la cosecha, están dejando un alto grado de humedad en los suelos augurando un buen comienzo de campaña y esto, sin duda, alienta a la siembra, fundamentalmente de aquellos que no han podido cumplir con sus contratos de alquileres y deben reformularlos", nos comenta Claudio Loyacono, titular de la inmobiliaria local.
De todos modos, coincide en afirmar que "en nuestra zona normalmente los alquileres están entre los 12 y 18 quintales por año de soja, dependiendo de la forma de pago, si es de contado, en cuotas o al final de la campaña, aunque también los contratos se hacen a porcentaje, pero son muy pocos". Aclara, además, que "más allá de forma de pago, la mayoría de los contratos se celebran al valor de quintales fijos porque los altos costos fiscales tienen un gran peso sobre la renta de los campos".
Con respecto a los plazos de los arrendamientos, destaca que "los más comunes son por un año, pero también se da el caso que el propietario del campo quiere conservar los suelos a través de una rotación de cultivo, esta se pacta previamente y los contratos pueden extenderse hasta tres años".
A modo de conclusión, Claudio Loyacono dice: "La demanda siempre es sostenida porque el contratista o la empresa agropecuaria que se ocupa de trabajar y cosechar campos de terceros necesitan que la rueda gire, no puede detenerse en una campaña, tiene que continuar y como generalmente trabajan en campos arrendados necesitan mantener su estructura y, en el mejor de los casos, incrementar la superficie, porque también la escala ayuda a atenuar los costos de producción".