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El maratón nocturno organizado por la Fundación "Leandra Barros" ya forma parte de la agenda deportiva y social de la ciudad y una vez más el evento concretado hace unos días demostró que cuenta con la adhesión de una ciudadanía que entiende que la génesis que le dio vida sigue siendo una causa necesaria. La creación del Centro Oncológico Pergamino (COP) con fondos del Estado y la administración de ese espacio en manos de la Fundación Centro Medicina Nuclear pudieron crear en el imaginario colectivo la idea de que el objetivo estaba alcanzado. Sin embargo, con el paso del tiempo se reconfiguraron objetivos y siempre se trabajó en la constante de "ir por más".
Lo que se inició como una cruzada orientada a reunir fondos para la adquisición de un acelerador lineal para la realización de tratamientos de radioterapia a pacientes sin cobertura social, fue ampliamente superado y lejos de ser la meta, fue el puntapié para tomar nuevos retos. Ni siquiera la consecución de metas mucho más ambiciosas que las iniciales menguaron la vocación de la entidad organizadora de promover el evento, ni el deseo de la comunidad de acompañarlo.
Hoy Pergamino cuenta con un centro oncológico de primer nivel, dotado de la más completa tecnología y la Fundación Leandra Barros, lejos de haber detenido su labor, la ha profundizado en la custodia de que aquello de que se consiguió producto de la confluencia de decisiones políticas y comunitarias, siga fortaleciéndose.
Botón de muestra de esta actitud es la continuidad de las actividades y el reciente anuncio formalizado por la Fundación, el COP y el Municipio de Pergamino de emprender la construcción de un Centro de la Mujer en el seno del Centro Oncológico Pergamino y con esta obra dar la posibilidad de que el espacio cuente con un mamógrafo y prestaciones para el diagnóstico y tratamiento de patologías que afectan mayormente a la población femenina.
El último maratón nocturno fue el marco elegido para formalizar el anuncio en el que no solo se brindaron detalles de cómo será ese proceso y qué inversiones comprometerá. La noticia puso en evidencia la potencia que tiene el gestar proyectos colectivos y llevarlos adelante.
El maratón nocturno fue además una nueva oportunidad para mirar en retrospectiva el camino transitado hasta alcanzar este presente en el que la ciudad se erige como un polo en el diagnóstico y tratamiento de enfermedades oncológicas y eso no fue fruto de la casualidad ni de la decisión particular de un funcionario de turno. Fue la resultante de una fuerza colectiva que empujó hasta derribar todos los obstáculos.
La decisión política de construir el Centro, de asignarle su administración a una fundación con amplia experiencia fueron el producto de años de sostenido trabajo y de incondicional acompañamiento por parte de una sociedad que legitimó la tarea de la Fundación Leandra Barros y la sostuvo con su aporte solidario. Lo alcanzado hasta el momento ha sido la resultante de esa fuerza social y también un fruto de la política que entendió que detrás de esta aspiración había una legítima necesidad y una comunidad custodiando un proceso complejo.
Con varios anhelos cumplidos, la Fundación "Leandra Barros"- que forma parte de una comisión que junto al Municipio sigue de cerca el funcionamiento del COP y vela por el cumplimiento de sus objetivos- va por más y esto volvió a ponerse de manifiesto.
La aspiración de adquirir el mamógrafo y adecuar la infraestructura del COP con dinero recaudado por la Fundación, aportes del Municipio y de la Fundación Centro de Medicina Nuclear representa un nuevo puntapié que vuelve a mostrar que la prepotencia de un anhelo y la capacidad de trabajo en equipo pueden cerrar algunas grietas y hacer posible la consecución de cuestiones que parecen imposibles.
Una nueva edición del maratón nocturno volvió a hacer un ícono de cómo las comunidades son capaces de abrazar causas y sostenerlas en el tiempo. También testimonio de que política y sociedad civil pueden estar unidas en una acción común respetando sus identidades cuando lo que encarnan es el bien común. Algo tan imprescindible en tiempos en que impera la necesidad de refundar la empatía como herramienta de construcción colectiva.
