El pergaminense Santiago Tempone, cofundador y director de Tecnología de la empresa Skyloom, considerada como la primera empresa de telecomunicaciones espacial de la Tierra, tuvo el viernes un paso clave en su desarrollo al lanzar un satélite laser para el transporte de datos ópticos de alta capacidad que pretende mejorar fundamentalmente la velocidad y la disponibilidad en la órbita terrestre baja, ya sea que esté observando el planeta o comunicándose con él.
Los servicios de retransmisión óptica de datos aumentan enormemente el ancho de banda y la disponibilidad a precios altamente competitivos. Skyloom rompe el cuello de botella de datos con conexiones bidireccionales seguras y de alta capacidad para transmisiones de satélite a satélite y de satélite a Tierra, es decir de manera inalámbrica. El enrutamiento inteligente en órbita garantiza que la información llegue a donde necesita ir. Desde el punto de recogida hasta la nube, cada eslabón de la cadena es óptico. Para ello, Skyloom está desplegando una red óptica de transporte de datos en el espacio. La empresa aprovecha pequeños nodos de retransmisión geoestacionarios para proporcionar servicios de transporte de datos de alta capacidad y baja latencia para constelaciones LEO y más allá. Sus sistemas de retransmisión ópticos serán la columna vertebral de una red planetaria que resuelva el cuello de botella en la transferencia de datos para el mercado de observación de la Tierra y muchos otros.
Skyloom fue fundada por los argentinos Marcos Franceschini y Santiago Tempone, y aspira a crear redes laser espaciales que van permitir conectividad global y la observación de la tierra en tiempo real al multiplicar por cien la capacidad de comunicación los satélites por medio de enlaces ópticos ultra rápidos. Entre los clientes de la compañía se encuentran empresas espaciales nuevas y tradicionales.
Skyloom tiene sede en Broomfield, Colorado, Estados Unidos. Tiene la misión de desarrollar, implementar y operar una de las piezas fundamentales de la infraestructura de comunicaciones espaciales del mañana para la prestación de servicios de transporte de datos a escala global y planetaria. Aprovechan su profunda herencia en las comunicaciones ópticas espaciales para permitir la transferencia de datos en tiempo real, de modo que los clientes y los tomadores de decisiones puedan aprovechar la información perecedera.
Santiago Tempone lanzó esta startup aeroespacial en Argentina y un año y medio después ya estaba en Silicon Valley. En ese tiempo, aprendió de manera muy acelerada todo lo que él y su cofundador estaban haciendo mal. Ahora ya entiende cómo se puede cambiar la manera en que miran las cosas los inversionistas de Silicon Valley. Se estima que en la actualidad la empresa está valuada en unos 400 millones de dólares.
El lanzamiento
El lanzamiento del satélite se hizo el vienes por medio de la nave Falcon 9 de la misión Korea 425 a la órbita terrestre baja desde el Complejo de Lanzamiento Espacial 4 Este (SLC-4E) en la Base de la Fuerza Espacial Vandenberg en California.
Hubo un total de 25 naves espaciales a bordo de esta misión, incluidas la de Slyloom, la 425 de Corea, la ISL48 de Space BD, la uHETSat de SITAEL, la ION SCV Daring Diego de D-Orbit, Bane de York Space Systems y GNOMES-4 de PlanetIQ.
Fue el vuelo número 17 del propulsor de primera etapa que respaldó esta misión, que anteriormente lanzó Crew-1, Crew-2, SXM-8, CRS-23, IXPE, Transporter-4, Transporter-5, Globalstar FM15, ISI EROS C- 3 y siete misiones Starlink.
De Pergamino
Tempone es nacido en Pergamino y vivió aquí hasta terminar el ciclo secundario en el Colegio San José, cuando se fue a Buenos Aires a estudiar Ingeniería Mecánica.
Mientras estudiaba empezó a trabajar en una consultora (Sim&Tec S.A.) de ingeniería enfocada en una rama de la ingeniería mecánica que le interesaba particularmente, llamada mecánica computacional. En esta área se utilizan métodos numéricos para resolver problemas complejos, haciendo simulaciones virtuales.
La empresa fue fundada por profesores suyos de la Facultad.
"Por esta época recordaba Santiago, en una entrevista con LA OPINION- era impensado para mí trabajar en un satélite, ya que la empresa no tenía ningún trabajo de ese tipo. Sin embargo yo aclaré que me gustaba la industria aeronáutica (me daba vergüenza decir aeroespacial, ya que era algo que no parecía estar dentro del universo de lo posible)".
En 2011 se recibió y poco antes de eso entró un primer trabajo de satélites a la empresa y se lo asignaron.
"Después empezaron a venir cada vez más trabajos de satélites, la empresa confió en mí, y yo quedé a cargo de coordinar todos los trabajos que hacíamos de satélites. Estos consistían en hacer análisis estructurales, para verificar que el satélite podía sobrevivir al vuelo en el cohetes", contó.
Finalmente fue convocado por Invap, y comenzó a trabajar en proyectos de satélites.
Posteriormente vinieron más desafíos y fundó la startup que hoy está posicionada a escala global.
En la faz personal, siempre resalta que su vínculo con Pergamino sigue intacto: "Es que yo soy de Pergamino, porque allí viví hasta que me fui a estudiar. Al principio volvía casi todos los fines de semana, después cada vez menos por cuestiones de estudio o de trabajo, pero en Pergamino están mis afectos a los que extraño un montón. Así que cada vez que puedo voy", aseguró.