Héctor Zeballos, un apasionado de lo audiovisual que halló en el Inta un espacio de crecimiento profesional

Héctor Alberto Zeballos tiene 65 años, nació en Pergamino y vivió en Pedro Torres y Rocha hasta que por cuestiones de trabajo de su papá se mudaron a San Jorge, provincia de Santa Fe. Es hijo de Héctor Zeballos, ya fallecido, y Nelly Righetti que tiene 86 años. Habla de ellos cuando recrea las vivencias de la infancia: "Mi padre trabajaba en una empresa frigorífica, eso lo obligaba a viajar y a mudarnos a distintas ciudades. Mi madre siempre fue ama de casa y también peluquera. No tuve hermanos". Cuenta que hizo parte de la primaria en San Jorge y refiere que más tarde se mudaron a Resistencia, Chaco, y allí transitó otra etapa. Regresó a Pergamino con su madre cuando sus padres se separaron. Confiesa que esa fue una experiencia difícil de afrontar pero, resiliente, rescata el apoyo incondicional de sus abuelos maternos "Borja" y Antonio que "fueron un pilar que me ayudó a hacer pie para seguir adelante".

Terminó la primaria en la Escuela N° 4 y continuó en el Colegio Industrial. Pero siendo muy joven tomó la decisión de irse a vivir a Buenos Aires, razón por la cual terminó el secundario en una escuela de Recoleta, que quedaba cerca del lugar en el que residía y trabajaba. "Creo que irme fue una búsqueda, darme la posibilidad de vivir en una ciudad grande y aprovechar para estudiar y participar de actividades que no estaban tan a mano en Pergamino".

Un tiempo provechoso

Aprovechó ese tiempo para comenzar a construir su camino, sin saber aún que las herramientas que tomaba en esas experiencias iban a servirle años más tarde para lo que fue su camino laboral y profesional.

"En ese tiempo me dedicaba a la electrónica, llegué a trabajar en Sanyo en el armado de televisores y el resto del tiempo lo dedicaba a estudiar. Comencé a sentirme atraído por la actividad audiovisual, hice cursos y talleres en lugares importantes como 'La Crujía' y en TEA. Si bien no hice una educación formal terciaria o universitaria, aprendí mucho. También participé de cursos y talleres de periodismo, siempre me orienté hacia la comunicación".

Vivió en Buenos Aires desde 1978 hasta fines de los 80. Define ese tiempo como muy provechoso. "Llegué a vivir la época de Alfonsín estando en Capital Federal y estuve en la Plaza el último día de la dictadura, dándole la bienvenida a la democracia". Lo menciona hablando de esas experiencias intransferibles e inolvidables. También estando en la gran ciudad vio de cerca lo que representaba la represión y el vivir en un país donde se habían anulado los derechos y las libertades. "Antes de Alfonsín había mucha movida pidiendo la democracia; y luego también fueron años muy intensos".

Respecto de la política, reconoce que siempre le interesó, aunque no tuvo militancia. "Tengo mi parte 'peroncha', pero también admiré a Raúl Alfonsín. Creo que él y Néstor Kirchner fueron dos grandes líderes políticos", resalta.

El teatro

Cinéfilo y amante de la buena música, desde chico sintió inclinación por el arte y encontró en él un canal de expresión. "Estando en San Jorge era el que siempre actuaba en los actos escolares. Me gustaba.", refiere y prosigue: "Ya de más grande me incliné por el teatro e integré el Grupo de Teatro de Pergamino, un espacio que compartí con Ana D'Anna, Albarracín, Padilla, grandes referentes".

"Siempre estuve cerca del teatro porque fui asistente de dirección, sonidista, en mi adolescencia me involucré mucho con estas actividades", agrega.

El Inta, la gran posibilidad

Sabe que la posibilidad de ingresar en la Estación Experimental Agropecuaria Pergamino del Inta representó "su gran oportunidad" de hacer confluir la estabilidad laboral con su vocación. Ya se había establecido nuevamente en Pergamino y se dedicaba a distintas actividades- entre ellas ser preceptor y conserje de hotel-, cuando se enteró que se concursaba un cargo en el Inta. No lo dudó y se presentó. "Tuve la posibilidad de entrar, en aquel tiempo la sección era Foto Cine, y más tarde, Comunicación, donde trabajé de manera ininterrumpida hasta hace tres meses que me jubilé".

"Trabajar en Inta me dio la gran posibilidad de hacer televisión en grande. Cuando empecé durante cinco años hicimos Televisión Regional, un programa producido y realizado integralmente en Inta. Salíamos en 30 ciudades de la provincia de Buenos Aires. Las horas de multicopiado eran eternas. Yo era camarógrafo, editor, director de cámara, toda la parte técnica estaba a mi cargo y trabajé con un grupo de profesionales de la comunicación de los que aprendí mucho", relata.

Esa que rescata es apenas una de las tantas experiencias en las que pudo desplegar todo lo que sabía y seguir aprendiendo. Sus inicios en el Inta se dieron en un momento de cambio tecnológico. Quienes lo habían antecedido en la tarea filmaban en 16 milímetros, lo que suponía una enorme complejidad. "Yo ya comencé en la era de la videocasetera y los controles de edición, era mucho más fácil producir. Antes, había que mandar el material a Europa a revelar", comenta y sugiere que "ese cruce tecnológico", le enseñó muchas cosas. "Yo tomé parte de la renovación tecnológica y tuve a mi disposición muchos recursos. Recibimos una donación del Gobierno italiano que nos permitió contar con una combi totalmente equipada con videocaseteras, monitores, filmadoras, cámaras fotográficas, equipos de audio y filmación, controles, es decir que nuestra tarea era producir, y eso es lo que hicimos junto a Pablo González y al resto de los compañeros que se fueron incorporando".

Una nueva etapa

Hace tres meses, la jubilación llegó para abrirle las puertas de una nueva etapa. "Era el momento de dar el paso para que las nuevas generaciones vayan tomando la posta", dice. Y aclara: "Pero sigo filmando, tengo mi canal de YouTube, produzco contenidos audiovisuales, ya no en lo agropecuario, sino en otras temáticas que me interesan, Recientemente trabajé en una realización sobre la militancia peronista feminista en Pergamino, con Aída Toscani. Pero en el canal hay contenidos sobre Zaffaroni, Mamerto Menapace, combatientes de Malvinas de Pergamino, temas de psicología, coaching, ovniología, y más".

"Trabajo en temas que en cierta medida estuvieron esperando durante muchos años, porque el Inta insume mucho tiempo y hace que el trabajo se enfoque en las cuestiones agropecuarias casi exclusivamente", señala.

En la descripción de su historia laboral describe rutinas que resultaron tan esforzadas como placenteras. Su labor, como la de tantos otros hombres y mujeres de la comunicación, lo trasciende. Porque lo que hizo se inscribe en la propia historia de la institución de la que fue parte. "Hice muchas producciones que se emitieron en la televisión pública, en Pampero TV, en Chacra TV y durante algunos años también hice producciones para TN Agro; y por supuesto siempre proveyendo material para los programas agropecuarios de la región".

En tantos años de labor, los cambios tecnológicos siempre marcaron el ritmo de la tarea. "Fueron muchas transformaciones y creo que puede adaptarme a ellas porque siempre me gustaron los desafíos tecnológicos que representan oportunidades para alcanzar a más personas con los recursos que ofrece la comunicación".

"Fuimos los primeros en la región en hacer edición digital. Y en los últimos años el registro de la actividad se volcó mucho a las redes sociales, a la filmación de jornadas completas, las videoconferencias; la pandemia terminó de imponer el streaming, fueron tiempos de mucha transformación y adaptación constante", añade.

Una vida, en equilibrio

Cuando la pregunta lo convoca al balance, afirma que siempre tuvo confianza en las cosas que quería hacer y se siente afortunado de haber podido elegir el modo de transitar el camino. Quizás eso no se dio por casualidad, sino por esa condición que lo acompañó siempre de haber sabido conjugar lo laboral con lo espiritual sin perder nunca de vista sus verdaderos intereses. "Siempre he tenido una vida espiritual de mucha búsqueda y lo laboral nunca me corrió de ese eje".

Curioso e inquieto por el conocimiento, ha leído sobre Jesús, Gandhi, Buda y otros grandes maestros de la humanidad. Le ha interesado el taoísmo, el budismo y cree en Dios. 

En lo personal, Héctor vive solo, es soltero y no tiene hijos. Sabe que ningunas de esas realizaciones llegan por imposición ni por mandato. Confiesa que tuvo una relación de pareja importante en la ciudad de Rojas, pero asevera que "nunca se dieron las condiciones para proyectarnos de otra manera". 

"Sencillamente no se dio, si se hubiera dado la oportunidad, hubiera sido bienvenida, pero no es algo pendiente", afirma.

"Soy solitario y no es casualidad que no me haya casado", agrega. Disfruta de su realidad y se conecta con aquellas cuestiones que nutren su espíritu y enriquecen su experiencia vital. "Le dedico tiempo a la lectura, me atraen los temas políticos y filosóficos. Tengo buenos amigos. Soy instructor de Chi Kung de primer y segundo nivel, y practico solo o en compañía. Me gusta viajar, aunque le temo a volar. Y lo audiovisual es mi vida, amo filmar, editar, producir y sigo conectado con proyectos laborales".

Su segundo hogar 

Aunque sabe cerrar etapas e iniciar nuevos caminos, sigue sintiendo que el Inta es su segunda casa. Lo dice sobre el final cuando menciona que cada vez que puede, se acerca para acompañar a sus pares en alguna actividad. Es, quizás, la ocasión de volver a conectarse, ya desde otro lugar, con ese sitio que le dio tanto. Sin nostalgia, con mucho de aprendizaje y con gratitud, ese sentimiento que embarga a las personas de bien cuando la mirada en retrospectiva lo pone frente al largo camino recorrido. Agradecer y disfrutar es quizás la mejor recompensa para quien ha hecho del lente de su cámara, el ojo por el cual mirar algo valioso y contarlo a través de sus imágenes.