El tratado Unión Europea-Mercosur abre una gran oportunidad a la Argentina de ingresar al tan esperado mercado europeo. No obstante, se requiere de la implementación de medidas certeras, tanto dentro como fuera de la tranquera. Así se desprende de los distintos referentes consultados por La Opinión del Campo.
"Todo el mundo está impactado con la firma de este acuerdo, pero su implementación va a llevar su tiempo, no solo en la Argentina sino en el resto de los países que componen el Mercosur", advierte Mario Ravetino.
En lo que respecta a nuestro país, el presidente del Consorcio Exportador ABC, destaca que "es absolutamente necesario corregir la cuota Hilton, por ejemplo, dado que hoy en día es poco y nada lo que se produce sin suplementación, exigencia esta que nos resulta cada vez más difícil cumplir". Señaló además, que "esto no traería ningún problema porque la Unión Europea ya recibe carne suplementada a través de la cuota 481 que tiene con EE.UU. por ejemplo".
Aun así, puntualizó que "el gran avance que se ha logrado con este acuerdo es que vamos a tener un arancel 0 de exportación, cuando hoy estamos pagando un 25 %, lo cual nos hace altamente competitivos".
La necesidad no es solo de Argentina
Como bien nos señala el consultor Andrés Costamagna, "la Unión Europea necesita cerrar este acuerdo cuanto antes porque la guerra Rusia-Ucrania está debilitando a la Comunidad y requiere recurrir a sus aliados sudamericanos, tal cual lo está haciendo".
A partir de este razonamiento, Costamagna asegura que "las negociaciones llevarían gran parte de 2025 y hacia fin de año o principio de 2026 el acuerdo ya estaría operativo, permitiéndonos ingresar a un mercado interesante en cuanto a volumen y precio".
Stock en alerta amarillo
La firma del acuerdo UE-Mercosur enciende, a la vez, una luz de alarma en nuestra capacidad productiva que, por cierto, se encuentra debilitada.
"Hace años que apenas llegamos a superar los 50 millones de cabezas, cuando otros países miembros del Mercosur han logrado triplicar sus rodeos, tal el caso de Brasil, lo cual los hace estar mejor posicionados frente a la demanda mundial", afirma el médico veterinario Gabriel Carnevale.
El reconocido referente local observa también que "hoy existe preocupación en la cadena por el sostenido crecimiento que ya están teniendo los embarques de carne, llegando a absorber el 35 por ciento de la producción local, algo que históricamente nunca pasó".A la vez, asegura que "el escenario podría ser peor aún, si no fuera por la retracción de la demanda local que, debido a su bajo poder adquisitivo, consume poco más de 40 kilos/habitante/año".
Carne en alza, granos en baja
Mientras los precios de los granos se debilitan en los mercados internacionales, la carne aumenta su valor, una realidad que lleva a muchos a reflexionar sobre su esquema productivo.
"En su momento la agricultura arrincono a la ganadería en tierras de baja fertilidad porque la ecuación económica así lo justificaba; hoy, en cambio, el escenario se está revirtiendo y cada vez son más los que están volviendo a tener interés por la hacienda", destaca Juan Friza, directivo de la casa consignataria Antonio C. Giacoma y Cia. con asiento en Pergamino.
Para él "estas oportunidades que se nos abren en el mundo y habiendo internamente reglas claras para poder crecer, tenemos todas las condiciones para potenciar nuestra ganadería". En tal sentido, considera que "en zonas agrícolas, aplicando tecnología y conocimiento es posible producir 1000 kilos de carne con los recursos naturales disponibles".
Finalmente, haciendo números gruesos, Friza calcula que "una hectárea en nuestra zona bien trabajada tiene una rentabilidad que supera a la de producción de soja, atendiendo que 1000 kilos de novillo son 2,5 millones de pesos por hectárea, mientras que en una hectárea de soja, se tendría que producir 80 quintales de soja por hectárea, es decir el doble del promedio, para recién igualar la rentabilidad ganadera".
