Las empresas ganaderas están en pleno proceso de vaciado de los corrales y se achicó de forma considerable el encierre, una realidad que requiere un cambio de estrategias para mantenerse en pie. A nivel local han recogido el guante y están ya encarando el gran desafío.
"No para de caer la ocupación de los corrales, ya estamos en el alarmante nivel del 68 por ciento, y nada indica que esta tendencia pueda llegar a revertirse en el futuro mediato", advierte Fernando Storni, presidente de la Cámara Argentina de Feedlot.
Evidentemente, esto se produce porque el ritmo de la reposición no alcanza a cubrir la salida de la hacienda terminada. Explica Storni al respecto que "si bien existe una recomposición del precio del gordo, que hoy supera los 2.500 pesos, también se está registrando un incremento en el valor de la invernada que, en líneas generales, no baja de los 1.900 pesos, por la creciente demanda de esta categoría".
Detalla el dirigente que "con esta foto de hoy tenemos un nivel de pérdida de casi 100 mil pesos por animal". Reconoce que "es menor a la de un mes atrás justamente por el mejor precio que tiene hoy el gordo", pero sostiene que la "hacienda terminada que sale de los corrales debería valer 2.800/2.850 pesos para recién empatar los ingresos y egresos económicos de la empresa".
Mayor recría a campo
Para Storni, una de las principales causas del alto valor de la invernada "se da por los procesos más largos de la recría a campo ante la mayor receptibilidad de las pasturas debido a la excelente primavera que estamos transitando, que permite hacerles más kilos en el campo y recién luego pasar los animales a los corrales".
Y en la otra punta de la cadena, observa que "tenemos un mercado interno que no termina de recomponerse, por la retracción de nuestro principal cliente que es el consumo interno, en función del bajo poder adquisitivo".
Cambio de planteo
Los feedlots ubicados en Pergamino y la zona enfrentan la misma situación e, incluso, más agravada en algunos casos. Recuerda Miguel Ramassa asesor y productor, que "en la última etapa hubo una sobreoferta tan grande de ganado para faena que acható el precio del gordo, al tiempo que el valor de la invernada es alto y, a la vez, el maíz no está tan barato como a principios de año".
En coincidencia también con el escenario global, sostiene que "la mejor humedad en un gran sector de la zona productiva, hizo que se recompusieran las pasturas, lo cual llevó a que muchos salgan a comprar invernada para engordar a campo".
Ramassa entiende que "en los feedlots se está dando algo parecido a lo que ocurrió en su momento con los tambos. "Vamos camino a una mayor concentración y competitividad (…) Estamos frente al gran desafío de replantearnos el negocio y definir qué estrategia usar en adelante (…)Tenemos que ser realmente eficientes para sobrevivir porque el actual contexto de baja inflación no da lugar a tener errores productivos como sí ocurría en otros momentos".
Afirma, además, que "hoy por hoy, con un mercado local retraído tenemos que mirar a la demanda de exportación". Para ello aclara que "es preciso salir del esquema tradicional y dar un salto importante en cuanto al tamaño de la carcaza y los kilos de la media res". Como ejemplo, señala que "en Pergamino se consumen animales de 95 a 100 kilos la media res, mientras que para exportación tenés que pasar a 125/130 kilos".
Para Ramassa el camino es por ahí y no duda en tomarlo. "Es un desafío que particularmente, como asesor, me gusta porque tengo herramientas para encararlo y como productor ya me estoy planteando el cambio, porque entiendo que el feedlot de alta rotación, orientado exclusivamente para abastecer el mercado interno, se va a ir apagando y el que no lo vea así la va a pasar mal".
