Durante la semana que pasó en una panadería céntrica efectivizaron la detención de un sujeto acusado de graves agresiones a la integridad sexual de una niña, hija de su pareja. En la Escuela donde es alumna la menor fue la agente auxiliar (Portera), quien evidenció el padecimiento.
La trabajadora no docente pudo advertir un malestar en la niña y logró que le contara lo que estaba padeciendo. La integrante del plantel laboral encargado de las tareas de limpieza durante el turno tarde obtuvo el testimonio de la víctima y le dio intervención a las personas integrantes del equipo directivo.
La primera alerta por parte de la portera de la escuela fue la vice directora para que se activara un protocolo de actuación con las autoridades policiales y judiciales. Los directivos hicieron la denuncia y desplegaron una intervención institucional de protección a la víctima de parte de las profesionales del gabinete psicopedagógico.
Las últimas agresiones fueron a fines del mes de julio y la menor denunció que en al menos cinco oportunidades ocurrieron vulneraciones. El fiscal Nelson Mastorchio inició la investigación con la instructor judicial Valeria Schutz. Desde la Fiscalía le dieron intervención a los peritos psicológicos del Ministerio Público y en pocos días lograron que la víctima declare en el dispositivo de Cámara Gesell.
El testimonio de la menor para las profesionales de la psicología fue valorado como veraz. Las valoraciones de las especialistas le dieron la contundencia de prueba al desgarrador relato de la nena. Por ese motivo requirieron al juez Fernando Ayestarán que desde el Juzgado de Garantías 3 ordenen la detención del acusado. En estos días se desplegaron fuerzas policiales con la orden judicial para detener al agresor sexual.
El fiscal Mastorchio y la instructora Schutz lo indagaron para imputarle en forma preliminar la autoría penal del delito de abuso sexual agravado. La madre de la niña en esta etapa inicial de la investigación no está involucrada, pero hay dudas sobre un episodio que habría visto y no lo denunció a su pareja.
A la nena este sujeto la sometió en los momentos que la mamá y los demás moradores de la casa no se encontraban. El agresor sexual aprovechaba la ausencia de testigos para vulnerar la integridad de la niña. La Fiscalía logró poner a resguardo a la menor desde el primer momento en el que le dieron la responsabilidad de mantenerla bajo la protección de otro familiar en un domicilio diferente.
El padrastro sigue privado de la libertad y el fiscal Mastorchio está abocado a reunir mayores elementos de pruebas que le permitan mantenerlo detenido con una orden de prisión preventiva para que llegue al juicio tras las rejas. Al momento de la detención el imputado estaba trabajando en la cuadra de una panadería céntrica.