Se puso en marcha una iniciativa de alcance nacional impulsada por instituciones claves del sector agropecuario ¿Su objetivo? Recopilar datos sobre la evolución de la población y la capacidad de transmisión de la chicharrita, plaga que se hizo presente en las diversas zonas productoras de maíz del país.
En vista de la problemática del complejo del achaparramiento del maíz, causado por el vector D. maidis y que ha impactado significativamente en la producción argentina, se está implementando una red nacional de monitoreo con trampas cromáticas adhesivas.
Esta iniciativa, es impulsada por la Asociación Argentina de Protección Profesional de Cultivos Extensivos (AAPPCE), Asociación Argentina de Productores en Siembra Directa (AAPRESID), Consorcios Regionales de Experimentación Agricola (CREA), Estacion Experimental Agroindustrial Obispo Colombres (EEAOC) y la Asociación Maíz y Sorgo Argentino (MAIZAR). Tiene como objetivo principal generar información sobre la dinámica de vuelo e infectividad de la chicharrita (D. maidis) en diferentes regiones agroecológicas del país, para ponerla a disposición de los distintos actores involucrados del sector. El proyecto tendrá una duración inicial de 3 años. También se contará con la colaboración de profesionales del INTA.
Estrategia de combate
La estrategia de combate contra la chicharritase basa en tres acciones fundamentales. Una de ellas está conformada por 450 trampas cromáticas adhesivas distribuidas en el Noroeste Argentino (NOA), Noreste Argentino (NEA), Zona Centro, Zona Núcleo y Litoral. Estas trampas centinelas serán monitoreadas por personal técnico y profesional capacitado de las instituciones participantes, bajo la coordinación general de EEAOC y MAIZAR.
A la vez, en 45 de los sitios clave y representativos se colectarán individuos adultos de la chicharrita de forma secuencial y estacional para analizar mediante técnica molecular (PCR) la presencia y distribución nacional de los patógenos principales del complejo del achaparramientopara entender la fluctuación infectiva estacional de las distintas zonas agroecológicas.
Además, se contará con una red de trampas voluntarias que estará siempre abierta a la participación de cualquier persona, institución u organización que desee colaborar con el monitoreo. Quienes se ofrezcan como voluntarios deberán completar un curso de capacitación, contar con trampas pegajosas homologadas y registrar sus datos en una plataforma online, previa autorización de los coordinadores.
Toda la información recopilada a través de estas tres estrategias de combate será procesada y los informes estarán disponibles públicamente en forma libre y gratuita en una plataforma online. Se estima que esta información estará disponible a partir de julio de este año. Además, se elaborarán reportes periódicos que serán distribuidos a todos los interesados. Esta información permitirá a los productores, investigadores, técnicos y autoridades conocer la dinámica de vuelo de esta plaga y su infectividad para contribuir a su estudio y al desarrollo de pautas para su manejo y protección del cultivo del maíz.
Un esfuerzo conjunto
La creación de esta Red Nacional de Trampas de Monitoreo es un ejemplo concreto del compromiso del sector agropecuario argentino con la producción sostenible. La colaboración entre las diferentes instituciones involucradas y la participación activa de los productores u organizaciones voluntarios son claves para enfrentar de manera efectiva el desafío que presenta el Achaparramiento del maíz y su vector.
Esta iniciativa ejemplifica la cooperación institucional necesaria para proteger el cultivo de maíz en Argentina, proporcionando información actualizada y regional, y permitiendo decisiones colectivas fundamentadas.