El 27 de octubre de 2000 el nadador pergaminense se adueñó de la medalla de bronce en la prueba de 100 metros espalda. Además, en esos Juegos Paralímpicos, ese día estableció un récord mundial en la etapa clasificatoria tras un registro de 1´ 16´´ 78/100.
El viernes 27 de octubre de 2000 Guillermo Marro provocaba el sentido de orgullo de todos los pergaminenses con su destacada actuación en los Juegos Paralímpicos de Sidney, Australia. Ese día, el nadador nacido en nuestra ciudad conquistó la medalla de bronce en la prueba de 100 metros en la modalidad espalda y además estableció un récord mundial en la etapa clasificatoria con un registro de 1’ 16’’ 78/100. A continuación, LA OPINION repasa la crónica de esa fecha en torno a la sobresaliente labor del atleta pergaminense.
LA OPINION, 28/10/2000
El sol del viernes no apareció como el de un día más para los pergaminenses. Su luz encandiló los rostros de aquellos que estaban a la expectativa de la labor del nadador de nuestra ciudad, Guillermo Marro, en el momento que se lanzara al agua en la competencia válida por los Juegos Paralímpicos de Sydney 2000.
Todo hacía presumir que el deportista especial iba a estar parado en algún escalón del podio, envuelto con la Bandera argentina, luciendo una medalla y exponiendo su sonrisa a los cuatro vientos. La ilusión no desmayó. El pibe de Pergamino salió del natatorio del Centro Acuático Internacional del Parque Olímpico de la Bahía de Homebush con el tercer puesto sobre sus espaldas.
Ayer, en la novena jornada de natación de los Juegos Paralímpicos, Argentina logró una medalla de bronce en la categoría S 7, modalidad espalda, en el recorrido de 100 metros, gracias a la excelente labor del pergaminense Guillermo Osvaldo Marro, quien empleó un tiempo de 1’ 17” 97/100 para arribar detrás de los representantes de Gran Bretaña, Silver Andreux, (1’16” 09/100), y David Robert (1’ 17” 87/100).
La alegría aquí recorrió muy temprano los café, las calles céntricas, algunos medios de comunicación y el boca a boca fue rapidísimo. La brillante noticia tenía ese sabor especial de aquellos que conocen a Guillermo. Un tipo muy exigente en lo suyo, que siempre quiere más y se esfuerza para lograrlo. Apenas salió del agua, en declaraciones a la agencia EFE, el pergaminense manifestó que “esperaba hacer algo mejor en la final pero no pudo ser. De cualquier manera me siento realmente muy conforme con esta medalla, porque para mí es algo personal muy importante”.
El joven entrenado por el profesor Fernando de Mayo durante la mañana de Australia, en la etapa clasificatoria para la final, había establecido la marca mundial de la prueba con un tiempo 1’ 16” 78/100 y como no pudo repetir en la noche (mañana de la Argentina) se debió conformar con el tercer lugar. Guillermo mostró mucha eficacia en el nado durante la fase eliminatoria que lo llevó a marcar un nuevo récord mundial, pero en la final buscó imponer su ritmo desde la primera brazada y eso le provocó perder la línea técnica y resignar tramos cortos.
Sin embargo, su pequeña demora en la vuelta -la pileta tiene 50 metros de extensión fue relevada por el impecable empuje de sus brazos y logró avanzar de manera prolija hasta el tercer lugar. Marro había mostrado un eficaz rendimiento en la parte final de los entrenamientos efectuados en las piscinas del Cenard y River Plate, antes de viajar a Australia, y su entrenadora nacional, Marcela Belviso, había remarcado ese progreso como fundamental para que el deportista local se traiga una medalla.
Por estos días, Guillermo descansará en la Villa Olímpica y aprovechará las jornadas que le quedan en Australia para pasear, ya que desde que llegó estuvo más tiempo en el agua que fuera de ella. Si no cambian los planes de la delegación Argentina, los deportistas especiales arribarán el domingo 5 de noviembre al Aeropuerto Internacional de Ezeiza.
