Editorial

España y Argentina: similitudes y diferencias de dos países con corrupción


España está pasando uno de sus peores momentos en materia de corrupción, además de tener una economía debilitada, con una pesada deuda a la Unión Europea, que fue girada en su momento a los bancos. Pero este salvataje, como luego veremos, también cayó en un caso de gran ilegalidad.

Más de 500 imputados y casi 1.700 causas abiertas hasta abril de 2014. Un costo social equivalente a 40.000 millones de euros, según un estudio publicado en 2013. Segundo puesto mundial en donde más aumenta la sensación de corrupción, de acuerdo a un informe de Transparencia Internacional, también en 2013.

Esta es la radiografía de la corrupción en España, un país donde el 71 por ciento de sus ciudadanos considera que “no sirve de nada” denunciarla y del que el diario The New York Times dijo, a modo de vaticinio, que en materia de corrupción “mucho más está por venir”.

La Operación Púnica -que ha supuesto la detención de Francisco Granados, exnúmero dos de Esperanza Aguirre, presidenta del Partido Popular (PP) y anterior presidenta de la Comunidad de Madrid-  añade un grano de arena más a la enorme montaña de casos de corrupción que se acumulan en España.

Junto con él, se produjo esta semana la detención de medio centenar de políticos, funcionarios y empresarios en varias provincias españolas en lo que demostró un nuevo y enorme caso de connivencia entre el poder y varias empresas a la hora de otorgar adjudicaciones públicas, según descubrió la Fiscalía Anticorrupción.

La Guardia Civil denominó a estas investigaciones como Operación Púnica, y en su marco ya lleva realizados 259 allanamientos destinados a desarticular una trama de corrupción en los ayuntamientos (municipios) de  Madrid, Valencia, Murcia y León.

Como varios detenidos son del Partido Popular, el presidente Mariano Rajoy se sintió obligado a pedir disculpas públicas por los miembros de su partido involucrados gravemente. Sobre todo en el caso  de Francisco Granados, uno de los hombres fuertes del gobierno regional de Madrid durante el mandato de Esperanza Aguirre, dirigente emblemática de la formación conservadora. Granados fue entre 2004 y 2011 el número dos del partido en la región madrileña. La más importante de España.

No obstante, los socialistas del Psoe consideran que no es suficiente esta actitud y han pedido que el mandatario español se presente ante el Congreso para debatir sobre la corrupción que agobia al país ibérico.

Los 51 detenidos en la operación están acusados de cobrar coimas por la adjudicación de obras y servicios y de conseguir contratos por valor de 250 millones de euros en tan sólo dos años. No es que nos sorprendamos de la Madre Patria, ya que en la Argentina los sobornos están a la orden del día, incluso para quienes habitan suelo patagónico no es una novedad que cada licitación sea ganada por las empresas del exbancario Lázaro Báez, quien a su vez es socio de la presidenta y cuya relación comercial ha quedado demostrada tanto en papeles como en artilugios que remiten una práctica frecuente del lavado de dinero como lo es el alquiler de habitaciones de hotel (en este caso los de propiedad de los Kirchner) que nunca fueron ocupadas a empresas de Báez. Todos estos negociados están siendo investigados desde Suiza y también por el grupo de los acreedores “buitre”, que sin dudas utilizará esta información para extorsionar a la presidenta para el pago de los bonos. En nuestro país, la causa marcha muy lentamente, como es habitual. 

Pero en España están más azorados que nosotros ante la desfachatez de los funcionarios. Al mejor estilo del “mani pulite” italiano no paran de salir a la luz casos de corrupción. No hace mucho,  funcionarios de todos los partidos políticos fueron acusados de utilizar las tarjetas “Black”, de crédito sin límite, para gastos personales y suntuarios como ropas, festejos, cabarets y viajes de placer. Antes hubo muchos otros, sin olvidar aquel que tuvo gran repercusión internacional por involucrar a la familia real: la infanta Cristina y su esposo Iñaki Urdangarín están imputados por enriquecimiento ilícito mediante facturaciones a través de una ONG fantasma. Y así podríamos seguir enumerando casos cuyos protagonistas nos resultarán extraños pero sus maniobras muy conocidas. 

Volviendo al último escándalo, en la operación se detuvo a media docena de alcaldes de la región de Madrid, así como al presidente de la Diputación Provincial de León y a varios cargos públicos menores de otras instituciones. El PP es el partido más afectado, pero entre los detenidos también figura algún dirigente local del opositor Partido Socialista, quienes se apuraron a echar de sus partidos a los involucrados y el PP también terminó de actuar de igual forma.

Se detectó una trama ilegal que estaba infiltrada en varios gobiernos locales y regionales y obtenía contratos públicos para empresas de la construcción y de servicios energéticos a cambio de dinero. Lo que en lenguaje llano se denomina coima, sin más. La operación policial arrancó en enero pasado, después de que la Audiencia Nacional accediera a una comisión rogatoria de las autoridades suizas por sospechas graves de blanqueo de capitales. En este punto volvemos a señalar las similitudes con nuestra realidad. Dada la connivencia judicial con el poder, además de las demoras habituales de los procesos en Argentina, es muy probable que también aquí la justicia llegue impulsada desde el exterior.

Por lo pronto, en un principio de lucha contra la corrupción, de manera transversal, tanto el PP como el Psoe anunciaron que suspenderán de sus partidos a los militantes implicados en la trama. La reacción de los dos grandes partidos políticos españoles pretende hacer frente al creciente descontento en la sociedad española.

Salvo por el paro, como ellos llaman al desempleo, la mayor preocupación española es la corrupción por la cual se escurren miles de euros que la sociedad no recibe con los beneficios que corresponde. Porque la criminalidad de la corrupción es esa: la ineficiencia y la menor existencia de recursos que genera tiene directa relación con la muerte por las falencias en los ámbitos públicos de salud, seguridad y educación.

Estas cuestiones han desilusionado tanto al electorado que el bipartidismo español entró en crisis como pasó en la Argentina en su momento con el “que se vayan todos” de 2001. Tanto el PP como el Psoe llevan meses en caída libre en las encuestas sobre intención de voto, y este esquema de dos partidos que ha tenido la política española desde la transición franquista a la democracia está a punto de perder su sitial de alternancia en el poder tras el ascenso de nuevas formaciones políticas que ponen el acento en la transparencia en el manejo de la cosa pública.

Muchas similitudes entre la corruptela española y la argentina pero una gran diferencia; mientras se investiga la supuesta contabilidad paralela que habría mantenido el PP durante años y surgen nuevas informaciones sobre el pago “en negro” de gastos del partido, su extesorero Luis Bárcenas lleva en la cárcel más de un año. ¿Veremos en Argentina cumplida la promesa de Néstor Kirchner y algún corrupto lucirá el traje a rayas?

 

 


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