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La primera provincia en aplicar el voto electrónico fue Salta, con 900 mil personas empadronadas y la experiencia resultó exitosa; luego la utilizó Córdoba y también con saldo positivo. Hoy se pondrá en marcha en la Ciudad de Buenos Aires, donde el padrón es sensiblemente más alto que en las mencionadas provincias (más de dos millones y medio de ciudadanos habilitados), de modo que el escrutinio será más rápido, pero la votación más lenta, por las largas colas que se generarán, tanto por la magnitud del electorado como por la adaptación a la novedad.
Las tecnologías del voto electrónico, debidamente aplicadas, pueden acelerar el conteo de los votos y proveer una mejor accesibilidad para los votantes con algún tipo de discapacidad. Sin embargo, ha sido calificado como anticonstitucional en algunos países (como Alemania) por no permitir la fiscalización del proceso por personas sin conocimientos altamente especializados. Obviamente que en todos los países del mundo las autoridades de mesa se eligen entre quienes saben leer y escribir del padrón electoral, pero no se exige que sean técnicos en computación. Por lo demás, en nuestro país importa la esperanza de recuperar credibilidad sobre tanta sospecha que sobrevuela en cada comicio y echa por tierra modalidades que, aunque no siempre efectivas, son contrarias al espíritu del voto, como por ejemplo, los grupos de personas que son “llevados” a votar con boleta en mano.
Los sistemas de votación electrónica para electorados han estado en uso desde la década del 60, cuando empezaron a usarse las tarjetas perforadas. Los más recientes sistemas de escaneo óptico de votos permiten que un ordenador compute marcas hechas por los votantes en papeletas. En Brasil los votantes usan en todas las elecciones máquinas de votar DRE que recogen y cuentan los votos en un solo artefacto, como también sucede en gran escala en la India, Venezuela y los Estados Unidos.
El sistema que se aplicará en la Argentina ha resultado hasta el momento seguro y ha logrado eliminar las manipulaciones de boletas en papel, que se han prestado a tantas picardías a lo largo de los años, como mencionamos más arriba. Además, el viejo sistema -que aun impera en la mayoría del territorio- se ha tornado antiecológico en los tiempos que corren, además de oneroso. En la provincia de Buenos Aires, por ejemplo, las boletas del kirchnerismo, ocuparán una superficie de 1,6 metro por 84 centímetros, es decir: 1,34 metro cuadrado. Y así el resto de los partidos que, en general, presentan candidatos en todas las categorías, Cambiemos, Frente Renovador, Progresistas, UNA. Es decir, un derroche innecesario de papel.
Sería hora ya que en territorio bonaerense también se empiece a aplicar esta tecnología.
Es cuestión de voluntad política y parece no haberla. La tecnología está pero no la decisión de usarla.
Además en la Ciudad de Buenos Aires habrá otra novedad: se votará por primera vez en los complejos penitenciarios de mujeres.
En total, en las elecciones porteñas participarán 2.538.970 ciudadanos, distribuidos en 7.332 mesas. Habrá más votantes mujeres: son 1.323.412, mientras que los hombres son 1.215.558. También hay 14.000 extranjeros habilitados para ir a las urnas.
Además del voto electrónico, que mañana podremos ver su funcionamiento, también se develarán otros asuntos que tienen que ver no sólo con el distrito porteño, sino también con las expectativas que se han creado a nivel nacional, por la polarización de votos entre Mauricio Macri y Daniel Scioli.
En este sentido, para el PRO no es sólo importante que gane Rodríguez Larreta, que es casi un resultado cantado en todos los sondeos de opinión, sino dos aspectos más: por cuánta diferencia gana (si lo lograra en primera vuelta sería un enorme espaldarazo para Macri ya que nunca ningún alcalde de la Ciudad eludió el balotaje), y la otra cuestión es quién sale segundo en la contienda; por el momento el postulante a este puesto es Martín Lousteau de ECO. De acuerdo con los componentes de este frente nacional formado, quienes sufraguen por Lousteau en Capital deberían luego hacerlo por Macri presidente.
Si en cambio el segundo lugar en la Ciudad es para Martín Recalde, del Frente para la Victoria, la elección de segunda vuelta, de producirse, sería más interesante porque, en definitiva, reproduciría la polarización entre kirchnerismo y macrismo que se viene dando a nivel nacional.
De cualquier manera para Macri será un triunfo que tratará de proyectar a nivel nacional para potenciar su candidatura.
En este sentido, el que no parece poder entrar, por lo que se creyó era la avenida del medio en esta polarización, es Sergio Massa, ya que los votantes prefieren ir a modelos bien distintos y claramente diferenciados como los que se ponen en juego entre Daniel Scioli y Mauricio Macri.
El día será claramente electoral porque aunque con menos resonancia se vota en comicios provinciales generales en Córdoba, en La Rioja (eligen gobernador, intendentes y legisladores), en Corrientes (sólo legisladores) y habrá Paso en La Pampa.
Esta misma noche -si los sistemas escrutadores funcionan como deben- todos los misterios que aún guardan estas elecciones serán revelados.
