El viernes a la tarde las autoridades de la empresa de transporte La Nueva Perla reiteraron su preocupación por la gravísima situación económica que atraviesan, a la cual dicen que ya no pueden hacer frente. Aumentos en los insumos y acuerdos salariales a cumplir, no pueden ser compensados con el actual corte de boleto francamente reducido por la mejor circulación en pandemia y sin la llegada de subsidios que, a su vez, no alcanzan, como mínimo, para cumplir con el pago de los sueldos.
"La situación es crítica debido a no poder afrontar los costos operativos de la empresa, ya que los subsidios que se reciben no son suficientes", reiteró ayer Alfredo González, uno de los propietarios de la concesionaria del transporte público local, y a diferencia de otras advertencias que se fueron dando por la crisis financiera de la compañía, en este caso el agravante se presenta porque ahora ni siquiera los montos subsidiados permiten cubrir los gastos mínimos e indispensables que mensualmente tienen.
"Estamos demorados con los sueldos y los aguinaldos, producto de lo mismo: subsidios atrasados", explica González casi sin encontrar una salida en lo inmediato y reconoce que en estos tiempos "el servicio funciona al 50 por ciento de lo normal" porque de tener en las calles mayores frecuencias directamente sería imposible cumplir con las demandas económicas que ello implica.
Atendiendo el lógico reclamo que realizan los trabajadores para percibir sus salarios a tiempo y el pedido de los pasajeros de tener más colectivos en la vía pública, el interrogante que se plantea es hasta cuándo se puede sostener La Nueva Perla en Pergamino. Ni el propio Alfredo González se atreve a ensayar una respuesta pero en su rol de administrador sabe que hablamos de días. "Intentamos que no ocurra, que no se tenga que cerrar la empresa y es por eso que hablamos con el Municipio para poder resolver la situación tan compleja que tiene el transporte público en nuestra ciudad y, de ese modo, evitar la suspensión del servicio", dijo el responsable de la firma que viene siendo asistida por la Municipalidad a través de compensaciones, subsidios y ayudas para sostenerla con los más de 70 empleados a su cargo.
Estado dependientes
La realidad del transporte público concesionado en todo el mundo es la misma: debe estar subsidiado para que los precios del servicio sean populares, accesibles a sus usuarios, mayormente obreros y estudiante. Se entiende que el transporte urbano es una necesidad comunitaria que amerita una respuesta estatal, que llega a través de concesiones de rutas, por un lado, y subvenciones por otro. De este modo, el Estado terceriza y no incurre en tareas que no le son propias. Por eso los aportes estatales son parte gravitante de la estructura financiera de estas empresas y su demora en llegar o insuficiencia atentan directamente contra la calidad y continuidad del servicio.
Así es que las empresas del país no pueden circular sin que se envíen subsidios. "La situación es angustiante porque somos responsables de los trabajadores que están con nosotros y por ende gestionamos para que cumplan con las compensaciones que corresponden, aunque ahora estamos sin encontrar salida alguna", reconoció González.
No es nuevo ni desconocido por los pergaminenses el desfasaje que tiene la empresa local en materia económica y esto se evidencia al comparar la ayuda que existe respecto a concesionarias que circulan en Capital Federal y el Gran Buenos Aires; "allí se destinan muchísimos recursos", cuentan en La Nueva Perla y aseguran que este presente devastador es similar en el resto de transportadoras que operan en la Argentina.
Una agonía constante
En los últimos años las entrevistas y notas publicadas en LA OPINION muestran siempre lo mismo. Una empresa con problemas financieros, independientemente del Gobierno de turno, porque los reclamos de subsidios se hacían ante las autoridades nacionales del Ministerio de Transporte, durante la gestión del extitular Guillermo Dietrich, y se repiten ahora, incluyendo en todos los casos a la Provincia porque la plata que destina Nación a las compañías de colectivos se giran a las gobernaciones y de allí pasan a las firmas que tienen líneas urbanas e interurbanas. "Nuestra empresa sigue funcionando, aunque se endeuda día a día, en todos sus costos", cuenta González casi sin mayores explicaciones y con un presente abrumador que tiende a complicarse por la realidad que vive el país, y de la cual el transporte público no es ajeno ya que la gente en el interior del país viaja menos en colectivo por varias causas, aunque la pandemia por Covid-19 pareciera ser la "estocada" final para estas prestatarias.
Hasta el miércoles
"Si se sigue en esta situación, de que la empresa se sigue endeudando, no nos queda mucho tiempo, al Municipio se le informó de dicha situación que atravesamos", contó el empresario advirtiendo el momento terminal que enfrentan. Pero eso no es todo. Y para dar un panorama dantesco de lo que pasará si mañana o el martes no se recibe algún tipo de compensaciones, Alfredo González no dudó en decir que "hay combustible para funcionar hasta el miércoles, después de ahí no tenemos ninguna manera de sacar los colectivos a la calle, sin ayuda concreta y efectiva en poco más de 96 horas La Nueva Perla tendrá que detenerse", concluyó.