Hoy la Iglesia Católica honra a uno de sus santos más populares, conocido comúnmente como el patrono del trabajo y del pan: San Cayetano. En nuestra ciudad la parroquia que lleva su nombre se emplaza en calle Falucho 864 del barrio 12 de Octubre y es la propia comunidad la que ha organizado las actividades en torno al santo de la providencia.
Desde las 8:00 hasta las 15:30, la imagen del santo será ubicada en las puertas del templo para que los pergaminenses, que así lo deseen, se acerquen a hacer sus peticiones ante la imagen de San Cayetano o simplemente agradecer por los favores recibidos.
A las 15:30 comenzará la procesión que recorrerá las calles del barrio, luego el padre Aníbal Tabares presidirá la celebración de la Eucaristía que, en contexto de pandemia, será al aire libre. Para quienes no puedan asistir de manera presencial, la misa será transmitida por el Facebook de la Parroquia: SanCayetano Pergamino.
Durante la jornada, los participantes de los talleres de cocina y de costura que se dictan en la Parroquia ofrecerán los productos que elaboran y confeccionan.
También en el marco de la fiesta de San Cayetano se desarrollará una feria del plato, que estará a cargo del personal del Jardín de Infantes. Ofrecerán diversidad de tortas. Lo recaudado contribuirá al sostenimiento económico de la institución educativa.
Solidario con acciones
Una de las principales cualidades de San Cayetano es haber descubierto él mismo la providencia de Dios en su vida, que lo llevó a ser solidario con los que menos tenían. "Fue él quien empezó con un grupo de amigos a dar respuestas a las necesidades de los más vulnerados, con acciones concretas como la creación de un hospital, de un banco solidario en donde las personas podían acceder a un crédito accesible cuyo dinero provenía de aquellos que confiaban en San Cayetano su plata, formándose así una rueda de ayuda mutua entre quienes tenían y quienes no", contó Aníbal Tabares.
Al final de su vida, Cayetano abrió hospicios para ancianos y hospitales. Estando muy enfermo, los médicos le sugirieron que ponga un colchón sobre su cama de tablas, pero el santo respondió: "Mi salvador murió en la cruz; dejadme pues morir también sobre un madero". Partió a la Casa del Padre en Nápoles el 7 de agosto de 1547 a los 77 años.