La información que surge del reporte epidemiológico diario que emite la Secretaría de Salud sirve para dimensionar la complejidad de la situación sanitaria local en este momento de la pandemia. Al cierre de este informe algunos indicadores están en su récord histórico con más de 12.000 casos totales y casi mil activos- es decir vecinos que están cursando la enfermedad en este momento-.
Fue el mes en que mayor número de pacientes internados hubo, alcanzando un número que hubiera hecho sospechar el colapso del sistema de salud: hubo jornadas en las que el sistema soportó 113 pacientes internados y hasta 25 en unidades de terapia intensiva- muchos de ellos en estado hipercrítico.
El número de fallecidos por Covid-19 también trepó a cifras que alarman, alcanzando un número total de 279 desde el comienzo de la emergencia sanitaria. También fue el mes en que por primera vez desde el inicio de la pandemia el reporte señaló la internación de pacientes pediátricos con diagnóstico de Covid-19, algunos de ellos provenientes de localidades vecinas, lo que obligó a reforzar mensajes orientados a estar alertas ante la aparición de cualquier síntoma en una población que hasta hace poco y de manera errónea se consideraba prácticamente ajena a la pandemia.
Todos los indicadores sanitarios hablan de un alto nivel de positividad, lo que expone la marcada circulación comunitaria del virus Sars-COV 2 y sus variantes y exige un monitoreo permanente de la capacidad de respuesta del sistema de salud y de la adaptación de las estrategias de mitigación del impacto de esta emergencia sanitaria que avanza sin detenerse.
Las estadísticas que refleja este informe no hacen sino exhibir la difícil realidad que vive Pergamino a causa de la pandemia. Un panorama que no difiere del momento que atraviesan otras localidades del interior bonaerense. En términos objetivos, señalan la necesidad de que al tiempo que se definen nuevas acciones para lograr el control de la situación sanitaria en todos los niveles, crezca la conciencia social respecto del cuidado. Reforzar la prevención para cortar la cadena de contagios es algo que no se logra en las clínicas ni en los hospitales cuando los casos ya se han producido. Más bien es algo que depende de lo que la política como ordenadora de la acción sanitaria sea capaz de proponerle a la comunidad para afrontar este delicado momento de la pandemia y de la respuesta que ésta brinde a través de la adopción de fuertes medidas de cuidado.
Los datos que no son más que indicadores detrás de los cuales existen realidades individuales y sociales. En materia de política sanitaria, expresan la urgencia de seguir testeando, aislando, reforzando la infraestructura y capacidad disponible y vacunando para proteger a los grupos poblacionales mayor expuestos al riesgo de contraer la enfermedad y desarrollar cuadros graves. En lo individual suponen un llamado a seguir respetando medidas que se han transformado en las claves de la vida cotidiana: distanciamiento social, uso de barbijo, higiene de manos, ventilación de ambientes y respeto a las recomendaciones sanitarias vigentes son instrumentos poderosos que más allá de cualquier lineamiento político o restricción, están a nuestro alcance y pueden contribuir a evitar que el dolor social de la pandemia sea para nuestra comunidad aun mayor.