Gabriel Adrián Florencio Rivero fue condenado a nueve años de prisión por agredir a golpes y someter a vejámenes sexuales a su ex pareja durante la madrugada y la mañana de la Navidad de 2019.
El juez Ignacio Uthurry dio a conocer su primer fallo condenatorio como titular del Tribunal Oral en lo Criminal 1.
El veredicto mandó a detener y recluir en una unidad penal al convicto, quien llegó a juicio en libertad.
En este sentido es importante destacar que la Fiscalía 7 durante el proceso judicial en dos oportunidades pidió la detención y el Juzgado de Garantías lo mantuvo excarcelado.
Finalmente, el fiscal Fernando D?Elío en dos jornadas de debate oral pudo demostrar la gravedad de la violencia de género desplegada por el sujeto.
El episodio ocurrió en la madrugada de Navidad de 2019 y el debate no se pudo hacer antes porque el sujeto estuvo rebelde sin presentarse para someterse a derecho.
El fiscal Fernando D'Elío logró acreditar como este sujeto agredió a la mujer con golpes en violenta madrugada navideña y con vejámenes sexuales horas después.
En el debate incorporaron como evidencia la declaración de la hija de la mujer, quien en ese momento tenía 10 años.
La muchachita reconstruyó las agresiones ocurridas esa madrugada y el otro episodio de abuso que presenciaron los menores.
De acuerdo al relato de la acusación fiscal, a las 2:30 de esa madrugada del 25 de diciembre la mujer estaba durmiendo. El sujeto le dio un fuerte golpe de puño en el rostro que despertó a la víctima. El primer impacto fue en el ojo izquierdo, pero luego le siguieron una seguidilla de puñetazos en la cara. Mientras la golpeaba le hacía distintas recriminaciones y la amenazaba con matarla.
La hija de 10 años intentó defender a la madre, pero el agresor la tomó con mucha fuerza del brazo a la niña. La mujer salió en defensa de la criatura golpeándolo en el rostro para que la soltara. El individuo retomó el ataque contra la víctima, quien sólo atinó a abrazar a sus hijos y protegerlos a ellos de este irascible agresor. Ella quedó desvanecida e inconsciente de tantos golpes en su cabeza y en la cara.
A las 4:00 despertó e intentó salir de la casa, pero el sujeto dejó trabada la puerta con candado del lado de afuera. Así fue como se fue con los tres hijos por una ventana hacia el exterior y se fueron a pedir refugio y contención en la casa de un familiar, lindante con la morada del agresor. La tía le colocó cubitos de hielo en el rostro para bajarle la inflamación por varios minutos.
Luego de pasadas unas horas se dirigió a la morada junto al hijo de seis años para retirar las pertenencias de la vivienda donde convivían. La mujer aprovechó el momento en que el individuo dormía para tomar sus pertenencias y retirarse de la casa. El agresor la escuchó y le preguntó: "¿Qué hacés?". Ella le respondió: "No quiero problemas, solamente tomo mis cosas y me voy". Una cachetada impactó con mucha violencia en el rostro de la víctima y el sujeto le ordenó: "¡Ahora acostate conmigo porque sos mi mujer y tenés que dormir acá!".
Ella temió que reanudara los ataques si no le obedecía y se quedó en la finca. Tras media hora, fue indiferente y permaneció en silencio cuando el sujeto le pidió perdón por haberla golpeado. Este individuo la tomó de los cabellos de la nuca, la arrojó sobre la cama e intentó quitarle la ropa que tenía colocada. La mujer le respondió categóricamente que no le interesaba tener relaciones sexuales y se sostuvo el pantalón con ambas manos.
"Vos sos mi mujer y tenés que complacerme cuando yo quiera" y tras un forcejeo y golpe de puño a la altura del estómago vio que el hijo se movía como despertándose. Para evitar que el niño viera los vejámenes sexuales dejó de resistirse. Finalmente, este "monstruo" la sometió violentamente a una seguidilla de vejámenes sexuales.
La agresión sexual acabó con toda la dignidad de la mujer. Tras someterla, este individuo se bañó y se fue a la casa de la madre. Unas horas más tarde regresó a la casa y le dijo a la mujer: "no te vayas gorda porque te voy a matar", reiterando una amenaza con terminar con la vida de la víctima. El hombre la vio decidida a irse y por ese motivo la despojó del teléfono y volvió a atemorizarla con publicar fotos y videos íntimos de la mujer que estaban guardados en el dispositivo. "Si vos me denuncias, no te olvides que tengo el teléfono", la intimidó.
El fiscal D'Elío pidió que lo condenen por los delitos de "amenazas, coacción y abuso sexual con acceso carnal reiterado". La instrucción judicial, a cargo de Silvana Torrado logró todas las pruebas para acreditar categóricamente los delitos imputados por la Fiscalía Nº 7.
Los tres hijos menores de edad brindaron declaraciones a través de los dispositivos de Cámara Gesell para consolidar el testimonio de la víctima.