El debate sobre las tasas municipales vuelve a encenderse, pero con números que exponen una realidad incuestionable: los servicios públicos que sostienen la vida diaria de los vecinos se financian principalmente con los impuestos y tasas que pagan ellos mismos. Ninguna jurisdicción puede reclamar galardones por la administración eficiente de los recursos, y la eficacia de esa gestión debe ser puesta en tela de juicio.
El peso de los municipios
En Pergamino, el 67,56% del presupuesto municipal para 2024, que asciende a $27.097 millones, proviene de recursos propios generados por tasas como Alumbrado, Barrido y Limpieza (ABL), Servicios Sanitarios y Seguridad e Higiene. Mientras tanto, solo el 32,44% proviene de transferencias de Nación y Provincia, incluyendo coparticipación federal y fondos descentralizados.
En números per cápita, cada vecino de Pergamino recibe $47.478 anuales en transferencias provinciales generales, apenas un tercio del promedio de $150.679 que corresponde a cada bonaerense según la coparticipación federal. En términos de recursos nacionales, el monto es aún menor: $26.132 por habitante.
Los vecinos pagan
El esfuerzo fiscal local es evidente. En Pergamino, servicios como el Centro de Monitoreo, las salas de salud municipales y el mantenimiento de caminos rurales son ejemplos de prestaciones financiadas directamente con recursos municipales. Esto pone en evidencia una realidad contundente: las tasas que pagan los vecinos no solo cubren servicios básicos, sino que además compensan las carencias en seguridad, salud y educación que deberían ser responsabilidad de la Provincia y la Nación. La distribución fiscal muestra que los municipios deben asumir roles que exceden su ámbito original, mientras la redistribución de recursos de Nación y Provincia queda muy por detrás de las necesidades locales.
Un debate necesario
Aunque los vecinos financian los servicios a través de impuestos y tasas, la eficacia en la administración de esos recursos está en el centro del debate. Ningún nivel de gobierno está exento de la obligación de rendir cuentas. Tanto en Nación, Provincia como Municipio, la eficiencia de los servicios prestados y el retorno real de los impuestos recaudados son cuestiones que deben evaluarse con rigor.
En Pergamino, la carga de sostener servicios esenciales ha recaído mayoritariamente sobre el municipio, que a su vez depende de las tasas que pagan los vecinos. Mientras tanto, los recursos provenientes de Nación y Provincia no están a la altura de las responsabilidades que dichas jurisdicciones deberían asumir.
¿Quién se hace cargo?
La discusión sobre la carga tributaria no puede limitarse a criticar las tasas municipales. Los números dejan en claro que son los vecinos quienes, a través de sus contribuciones locales, sostienen los servicios que usan diariamente. La redistribución de recursos entre Nación, Provincia y Municipios, y la eficacia con la que se administran, deben ser los ejes del debate.
Sin una reforma que garantice una redistribución más equitativa y una gestión más eficiente, los municipios seguirán siendo el último bastión de los servicios públicos, financiados por los vecinos y sin el respaldo proporcional de las otras jurisdicciones.