En el Concejo Deliberante de Pergamino se viven días agitados por el tratamiento de un proyecto de Reforma Municipal que propone el Ejecutivo, que tiene como finalidad cambiar el paradigma de la prestación de los servicios públicos, que en su mayoría serían concesionados a privados bajo el control del Municipio.
La lectura simple es que el oficialismo tiene los votos propios para lograr la aprobación; sin embargo lo que no tiene es la cantidad suficiente de concejales propios como para tener el quórum sin depender de terceros. Por eso el vericueto técnico elegido por la oposición cuando pretende hacerle morder el polvo al oficialismo, es justamente no aparecer por el recinto. Así lo vienen haciendo de manera coordinada los concejales del kirchnerismo con los libertarios de Milei. Pareciera imposible juntar el agua con el aceite, pero es otro ejemplo de que no los une el amor sino, en este caso, la mirada obstruccionista hacia las políticas públicas que pretende instalar el espacio político que fuera elegido tres veces consecutivas para liderar los destinos del Partido de Pergamino.
Pero algo cambió el pasado martes, cuando la concejal libertaria Ivana Tribouley decidió escindirse de sus pares de bloque, primero para dar el quórum y luego para anunciar que apoyaría el proyecto del oficialismo para que se apruebe la reforma. Una rareza en estos tiempos, pero fundamentó su decisión en que no puede oponerse a un proyecto que va en el mismo sentido que lo que propone su líder, Javier Milei. "No se puede ser libertario en lo nacional y socialista en lo local", le disparó a sus (¿ex?) compañeros de banca, Jorge Dib y Gabriel Figueroa.
Por eso la joven concejal sufrió todos los insultos de la barra de ATE, un gremio con participación minoritaria en el Municipio, pero muy ruidoso a la hora de defender sus intereses, y en este caso no solo con bullicio sino con insultos y agravios, al punto de hacer frenar el desarrollo de la sesión, cuya continuidad finalmente pasó para el venidero martes.
El salto de posición de Tribouley, con matices y por otro tipo de situación política, se puede poner en paralelo con el caso de Ramiro Llan de Rosos, que fue electo por el oficialismo pero a la hora de asumir automáticamente se colocó en el rol de opositor. No fue sorpresa para nadie, pero es claro que allí el oficialismo perdió la banca que le habría solucionado todos estos contratiempos.
Llamativamente, o no tanto, nadie cuestionó al dirigente radical por pasarse a las filas opositoras, sin embargo a la libertaria Tribouley la señalan como traidora por apoyar una iniciativa oficialista.
El interrogante que se abrió a partir de esta situación en el bloque libertario, es si el mismo continuará como venía funcionando, o habrá una ruptura. Tribouley votará de ahora en más con el oficialismo desde un monobloque o seguirá siendo parte del bloque original de LLA. Por lo pronto, en el recinto, los varones del bloque decidieron dejar sola a la única mujer, en evidente demostración de no compartir la movida. Signos de los tiempos que corren en la política nacional y como no podía ser de otro modo, también en el Concejo Deliberante de Pergamino.