Juan Carlos Grivarello era un cordobés devenido en pergaminense. Nació en Monte Maíz, provincia de Córdoba y llegó a Pergamino cuando tenía 9 años.
Desde pequeño se dedicó al dibujo y recordaba que ya en el colegio primario lo convocaban para que desplegara lo que en él significaba "un talento innato".
Instalado en Pergamino hizo quinto y sexto grado en la Escuela Nº 77, en el barrio Centenario donde vivían.
Laboralmente su primera experiencia de trabajo fue a los 13 años en el taller de costura de Chale. Más tarde se desempeñó en Tranqueras Genoud; también en Solmi Calzados, en la fábrica de colmenas de Roberto Genoud y en la fábrica de calzados de Mascaró. Como hobby, siempre le gustó el pool y en lo deportivo de joven incursionó en lo que consideraba dos disciplinas antagónicas: las bochas y el basquetbol en el Club Ameghino.
Su inclinación por lo artístico comenzó cuando conoció a Mario Clavell, a los 10 años, cuando vino a actuar al Club Argentino. "Mi arranque fue en el Club Ameghino haciendo imitaciones", contaba en una entrevista con LA OPINION.
Aunque su fuerte siempre fue el dibujo, fue multifacético. Allá por 1963 incursionó en la Escuela de Teatro Pergamino.
Como parte de su trayectoria, incursionó con Carlos Morán y Carlos Gómez Baeza, haciendo humor y animación con la orquesta de René Torres. Y sus experiencias en lo artístico fueron variadas.
"En el dibujo de algún modo seguí los pasos de 'mi viejo' que no había podido hacerlo porque a los 12 años con la poca escuela que tenía se tuvo que ir a juntar maíz", contaba.
Su primer atelier como dibujante lo tuvo a los 22 años, en Luzuriaga 25. Allí hacía dibujo artístico y publicitario y también algunos cuadros. "Estudié en Continental School para aprender a hacer historietas y caricaturas. Era una propuesta didáctica que venía en las revistas", recordaba.
"Estaba inclinado a la historieta, hice algunas cosas con Luis Contreras, un gran amigo al que años más tarde encontré en Buenos Aires", resaltaba.
Con el tiempo perfeccionó el arte de hacer caricaturas, actividad que realizaba para distintos eventos, cumpleaños, casamientos y divorcios.
Con el devenir del tiempo, allá por 1979, integró como cómico musical un grupo conformado por Juan Nime "Serapio", "Lauchita" Méndez y el "Negro" Caro. Reconocía que, en el marco de esta experiencia, con "Locus Cuatro" tuvieron la posibilidad de trascender a los grandes escenarios, aunque eso quedó frustrado por negativas de los integrantes del grupo y circunstancias que frustraron esa posibilidad.
Tiempo después grabó un cassette con sus imitaciones y se fue a LT3, donde tenía afinidad con algunos locutores. Fue ganando nuevos espacios, a eso se sumaron actuaciones y temporadas en ese medio y otros.
"Fueron 25 años de trabajo en Rosario, después discontinué y volví en un espacio en LT3, Radio Cerealista, LT8, estuve con gente muy macanuda y grandes amigos", contaba.
"También estuve en Buenos Aires con experiencias de trabajo muy lindas. Estuve con Pancho Ibáñez, con Minguito y otros grandes como Javier Portales. Además, hice varias temporadas en la Costa con grandes artistas, tengo gratos recuerdos de cada momento", recordaba.
Allá por 1969 dirigió la revista Norte y Humor. Fue una tarea que desempeñó durante cuatro años.
También fue colaborador en las revistas Pergamino entre 15 Días y en Show, además de colaborar haciendo dibujos de humor político para el Semanario "El Diario" que dirigía Carlos del Valle.
Griva fue papá de Mauro, con actual residencia en Rosario. Estaba en pareja con María Ester Ponce.
Sus restos fueron inhumados en el Cementerio Municipal de Pergamino.