El objetivo del Día del Árbol, celebrado el 29 de agosto, es concientizar sobre la necesidad de proteger las superficies arboladas y plantar árboles. Además, con el correr de los años, se agregaron otras metas, como frenar los efectos del cambio climático y la tala indiscriminada.
Cuando se analizan que alternativas productivas se pueden incursionar en un campo agrícola sin alterar las matrices rotacionales de los cultivos, la forestación constituye una buena opción a desarrollar en mediano o largo plazo.
Sin embargo, cuando el productor imagina practicar una forestación en su campo, por lo general no llega a concretarla porque piensa en una cobertura compacta, o sea en macizo, tal como se ve en zonas netamente forestales, donde predominan montes de distintas especies, cubriendo importantes cantidades de hectáreas, lo cual le quitaría espacio a la agricultura.
No obstante, se está imponiendo en la región núcleo pampeana una práctica muy interesante, que es el arbolado en las orillas de los alambrados, tanto perimetrales como divisorios internos, con especies que estarán en condiciones de ser cortadas a los 10 o 15 años, con las ventajas que producen los arbolados en cortina, frenando los vientos, y provocando una mayor oxigenación ambiental.
Además, si se desea hacer un análisis económico a futuro como proyecto productivo, tendremos la ventaja de contar con leyes tanto nacionales y provinciales, de Apoyo Económico no Reintegrable a los Bosques Implantados, que permiten al forestador obtener un apoyo económico subsidiado, con el cual podrá solventar los costos e inversiones de implantación, y gastos hasta la tala de los árboles.
Ventajas y desventajas
Según un informe de Alter Consultora, considerando que se tienen en los costados de los alambrados un espacio ocioso, con tierras de excelente fertilidad, se puede hacer una forestación con árboles de hojas caducas, como ser álamos, fresnos, sauces, o paraísos.
También las distintas variedades de pinos se adaptan muy bien a estos suelos y clima, aunque son de más lento crecimiento, y poseen hojas perennes. La plantación puede realizarse a unos cuarenta centímetros del alambrado, en la parte interna del lote, o externa cuando son caminos municipales en que esté reglamentada una forestación. De esta manera no interfiere en las labores culturales que se practiquen en los lotes, ni así tampoco en el desarrollo de los cultivos. Por el contrario, el desfoliado natural de los árboles permite aumentar la materia orgánica en los suelos, que a futuro mejorará su calidad y fertilidad.
La calidad de las maderas que se obtendrán de las especies indicadas, es superior a otras variedades, contando con una demanda importante en la industria maderera.
Si la forestación fuera hecha con eucaliptus, hay que tener en cuenta la orientación de las hileras, debiendo ser estas inexorablemente de este a oeste. Si la orientación fuera distinta, al no poseer hojas caducas, con el paso del tiempo puede ocasionar un sombreado en los cultivos adyacentes.
Los eucaliptus, se pueden implantar perfectamente en suelos con no muy buenas aptitudes agrícolas, (cañadas no muy salitrosas, campos bajos, etc.), tanto en macizos como en cortinas, teniendo un desarrollo muy rápido, lo que permite a partir del 3° o 4° año de implantado, realizar un manejo silvopastoril con ganadería.
Implantación y manejo
El marco de plantas de eucaliptus será de unas 1.000 plantas por hectárea, y si se planta en cortina, la distancia entre planta y planta puede ser de 3 metros, ampliándose hasta el doble de distancia si se quiere un árbol de mayor volumen y diámetro, pero de más lento crecimiento. La madera de esta especie se utiliza principalmente para producir pasta de celulosa para fabricación de papel, o postes para distintos usos.
Las mismas distancias de plantación, podemos adoptar para las otras especies. Una práctica que es importante desarrollar antes de plantar, es la de subsolar el suelo, a una profundidad no menor a los ochenta centímetros, para que en un futuro las raíces de los árboles puedan desarrollarse en profundidad sin obstáculos.
Por último, cabe apuntar que la preparación del suelo como en cualquier práctica forestal, debe ser hecha con tiempo y dedicación, para que al momento de plantado tengamos un terreno parejo, limpio, y con reserva de humedad.