Según los datos de la última vacunación de Aftosa, estaríamos con una caída en el destete de 750 mil terneros y 600 mil vacas menos de stock. La tasa de producción de carne anual se estanca y apenas cubre las necesidades de un consumo retraído y un bajo nivel de exportación.
"En promedio estamos logrando 15 millones de terneros por año, igual que en las últimas tres décadas, aun cuando vamos mejorando la preñez, porque si bien tenemos más vacas preñadas tenemos menos vacas totales, lo que nos da este estancamiento", advierte Gabriel Carnevale, médico veterinario y consultor ganadero.
También muestra un retraso el nivel de faena que además incluye en su gran mayoría animales jóvenes, algo que también le preocupa "En promedio estamos matando animales de 300 kilos que rinden 58/60 %, que al gancho se traduce en dos medias reses de 100 kilos, y cuando vacas de 400 kilos, que rinden 200 kilos al gancho".
Los números son por demás alarmantes, porque de solo hecho de multiplicar 15 millones de terneros por 200 kilos de carne de rendimiento cuando llegan a adultos, nos da unos 3 millones de toneladas. O sea, la Argentina tiene hoy una capacidad productiva anual de 3 millones de toneladas de carne, el mismo nivel que se viene logrando hace 30 años.
Es alentador saber que se está logrando a nivel nacional un mayor índice de preñez, lo cual nos llevaría a pensar que vamos mejorando. Sin embargo, por otro lado también se está registrado un alto porcentaje de liquidez de hembras, con lo cual el número final de terneros sigue siendo negativo.
Con lo justo
Siguiendo la cuenta, si esos 3 millones de toneladas de capacidad productiva anual los dividimos por 47 millones de argentinos, da 68/70 kilos habitante/año. Es decir que si tuviésemos el consumo de carne que teníamos décadas atrás, no nos quedarían nada para exportar. O al revés, si exportásemos 3 millones de toneladas no nos quedaría nada para el consumo interno.
Lo cierto es que, hoy por hoy, a causa del bajo poder adquisitivo de la población apenas se llega a superar un consumo en el mercado interno de 40/44 kilos/habitante/año, lo cual nos deja un resto de 34/40 para exportar, no más. Estamos tocando fondo.
"Llegamos a un piso de producción tan bajo que ante cualquier factor externo, como la ola polar que tuvimos o el probable periodo de seca que traería La Niña, las proyecciones de preñez pueden bajar más aun y, obviamente, esto repercute en el mercado. Esto explica también de porqué se mantienen e incluso suben los precios de la carne cuando estamos en los niveles históricos más bajos de consumo", subraya Carnevale.
Ante esta realidad, el consultor sostiene que "habría que empezar a adoptar o copiar los sistemas de Brasil o de Uruguay, por ejemplo, que tienen saldo exportable en todas las producciones, porque si nosotros no pensamos en mecanismos de aumentar la producción, independientemente del Gobierno de turno, las divisas no van ingresar porque los saldos exportables de carne, como de leche, queso, pollo, huevo, son muy acotados".
Y si consideramos que tenemos una tasa de crecimiento poblacional de 500 mil habitantes por año, resulta evidente que si la producción de alimentos no crece por encima de lo que requiere el consumo, nunca vamos a tener salto exportable y, por ende, tampoco un incremento en el ingreso de divisas genuinas.