Pergamino

Nenina Contardi: "Llena de dolor me dije 'tengo que volver a mi Patria'"


Nenina Contardi

Crédito: LA OPINION

Nenina Contardi.

La santiagueña pero pergaminense por elección, expuso su testimonio de exilio en tiempos de la Dictadura habida cuenta que corría riesgo su vida y la de su familia. En Paraguay permaneció por espacio de seis años y ya con la democracia instalada, en 1984, retornó al país. "El exilio no es algo que eliges", afirmó la militante de derecho humano.

María del Carmen Contardi es Nenina, Nacida en Santiago del Estero capital pero pergaminense por adopción, desde hace muchos años decidió emprender el camino de la acción en pos de la justicia social pero la Dictadura, que se extendió desde 1976 hasta 1983, generó tiempos difíciles para quienes profesaban una ideología diferente a la impuesta por el gobierno de facto. Así fue como Nenina y su marido Leonardo, con lágrimas en los ojos, debieron dejar su Patria ya que peligraba su libertad, su vida y la de su pequeña hija Florencia. Esta situación de riesgo constante hizo que se exiliaran en Paraguay hasta el retorno de la democracia.

Allá en Santiago

LA OPINION indagó en la vida de Nenina, desde sus inicios como militante en Santiago del Estero pasando por su experiencia en el exilio hasta su radicación definitiva en Pergamino y su actualidad como fiel defensora de los derechos humanos.

Nenina nació y se crió en Santiago del Estero capital, allí cursó sus estudios primarios, secundarios e inició la carrera de sociología en 1970. "Más allá de la carrera que estudiaba, que te hacía dar cuenta de muchas cosas, los años 70 se caracterizaron por el crecimiento de la participación de jóvenes en la lucha por una sociedad más justa e inclusiva. En ese contexto es que comenzó mi militancia dentro de la universidad en una línea estudiantil y barrial en el PRT. Las luchas dentro de la casa de estudios se daban por obtener beneficios para los alumnos pero también accionábamos en los barrios para hacer tareas varias, por supuesto que hablábamos de socialismo pero también ayudábamos a las personas en situación de vulnerabilidad, por ejemplo, una de las luchas fue conseguir que haya una canilla con agua potable en cada esquina. También hacíamos labores de alfabetización tanto en niños como en adultos, ayudamos en la construcción de una sala de primeros auxilios", empezó relatando Nenina.

Ya cerca de 1976

En 1975, comenzaron las persecuciones a militantes. Al ser Santiago del Estero una ciudad chica, el riesgo era mayor ya que los tenían a todos identificados. "Nos vigilaban, nos perseguían, y en ese momento ya empezaban a apresar a compañeros", explicó la entrevistada, por lo que cuando Leonardo (quien es su marido), retornó a Santiago luego de cumplir con el Servicio Militar, decidieron instalarse, en octubre de 1975, en Pergamino de donde era oriundo el joven. "A Leonardo lo conocí militando y como él era pergaminenses decidimos venirnos para acá. Desde esta ciudad hicimos contacto con gente del partido que estaba radicada en San Nicolás", agregó.

 El 29 de marzo de 1976, cinco días después de iniciada la Dictadura, los militares allanan la vivienda de Nenina y Leonardo y se llevan detenido a éste último. "Leo estuvo detenido desaparecido alrededor de un mes, yo como estaba embarazada, por seguridad me fui de Pergamino hasta que mis suegros me avisaron que a Leonardo lo habían legalizado como detenido por lo que sabíamos que estaba en el penal de San Nicolás. Como supuestamente a mí no me buscaban volví a Pergamino y visité a mi marido unas cuantas veces en la cárcel de San Nicolás, incluso allí mismo le presenté a Florencia, nuestra primera hija que nació en esta ciudad. Al volver de esa visita, mis suegros me avisan que habían allanado mi casa familiar en Santiago del Estero y estaban vigilando a mi familia por lo que deduje que me estaban buscando. Por supuesto que inmediatamente decidí irme de Pergamino e instalarme junto a Flor y la abuela de Leonardo en Córdoba. Fue muy importante que la abuela me acompañara porque eran tiempos muy difíciles", sostuvo Nenina.

Exilio interno

Luego de seis meses viviendo en Córdoba, la joven decide instalarse en un departamento en la Ciudad de Buenos Aires ya que a Leonardo lo trasladaron a Sierra Chica. "Fui algunas veces a visitarlo, realmente era una locura porque era mucho el riesgo que corría pero tuve suerte porque la última vez que fui, el agente del Servicio Penitenciario que me recibió, al ver al documento miró una lista con nombres de personas que tenía al lado, levantó la mirada y me dijo: 'Vos vas a seguir viniendo', de alguna forma me avisó y yo ya no pude volver a Sierra Chica porque otra vez me estaban buscando", señaló la entrevistada al tiempo que puso énfasis en lo que se llamó exilio interno haciendo alusión a esas numerosas mudanzas que realizaban los militantes "al saber que nuestra libertad estaba en peligro". En este mismo sentido recordó el modo de vida en épocas de la Dictadura ya que "debíamos estar ocultándonos todo el tiempo, escondiendo datos personales. Así vivimos hasta 1978 que fue cuando liberaron a Leonardo".

Al Paraguay

En ese momento comenzó un nuevo camino para la familia porque, a sabiendas de que a Nenina la seguían buscando en Santiago del Estero, decidieron exiliarse. "Con todo el dolor del alma, de un momento para otro, con una beba de un año y medio y llevando lo esencial, decidimos partir dejando todo atrás", contó Nenina al tiempo que manifestó que "un amigo de mi suegro nos recibiría en Paraguay". Fue así como Nenina, Leonardo y la pequeña Florencia emprendieron un largo viaje en auto hasta llegar a la frontera donde se subieron a una balsa para cruzar el rio. 

Con los ojos vidriosos y la voz entrecortada, Nenina expresó: "Tengo un recuerdo muy fuerte de ese momento. Cuando bajamos del auto, nos subimos a la balsa, yo con Flor en brazos, veía como me alejaba de Argentina y llena de dolor pero con esperanza me dije: 'Tengo que volver a mi Patria, me voy pero volveré'".

En el país vecino comenzaron una nueva vida, Leonardo trabajó como vendedor, nació la segunda hija del matrimonio, Juliana. Vivieron seis años allí en los que recibieron la visita de sus familiares. "Empezamos una nueva vida pero igual por temor no nos mostrábamos mucho. Por suerte pudimos recibir la visita de mis suegros, de mi madre y hermanos" recordó Nenina.

Volver a la Patria

Tras la asunción de Alfonsín, en diciembre de 1983, "comenzamos a planificar nuestra vuelta a Argentina. El 18 de diciembre nos subimos los cuatro a un auto Citroen viejo que teníamos y empezamos a desandar el camino de regreso a la Patria. Pasamos en Argentina las fiestas, nos quedamos hasta mediados de enero. Florencia se quedó con mis suegros en el país porque se iba a preparar para comenzar la escuela aquí mientras que Leonardo, Juliana y yo retornamos al Paraguay para organizar la mudanza definitiva". Ya para marzo de 1984, la familia se instaló definitivamente en Pergamino.

"El exilio no es algo que eliges", afirmó Nenina y manifestó que "en ese momento dejas todo, tu historia, tu cotidianeidad, tus familiares y amigos porque te das cuenta que tu vida corre peligro".

Contar la historia

Cuando Florencia y Juliana crecieron, supieron sobre la historia de exilio. "Esperamos que las chicas crecieran y pudieran entender para contarles la historia. En ese momento abrieron los ojos de sorpresa. Después de mucho tiempo de silencio, fue recién cuando fueron adultas que me pidieron hablar del exilio y Florencia escribió unas palabras en las que expresa: 'No se si tengo recuerdo del exilio porque no sabía que estaba exiliada, tengo recuerdos de una infancia hermosa donde hubo padres que hicieron lo posible para hacernos felices y cuidarnos. Tengo los recuerdos de mis abuelos y tíos visitándonos pero sí me hacía la pregunta de por qué nosotros no visitábamos a la familia en Argentina'", enunció Nenina.

Lucha vigente

Si bien la llama interna de la militancia nunca se apagó en Nenina, recién fue en la década del 90 cuando pudo incorporarse a la Asociación por la Memoria. "Desde ese momento militamos y luchamos por la memoria, la verdad y la justicia porque la Dictadura fue un genocidio, los militares torturaron y mataron y no se puede reivindicar su accionar", concluyó la entrevistada.


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