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Pedro Brieger: "Los gobiernos de derecha están en retroceso"


Pedro Brieger disertó a sala llena en la Unnoba

Crédito: (LA OPINION)

Pedro Brieger disertó a sala llena en la Unnoba.

El reconocido analista político internacional brindó una charla sobre "América Latina en Disputa". El eje principal fue la disputa en los últimos 20 años entre fuerzas progresistas, nacionales, populares, de izquierda, centro izquierda de un lado, y de derecha, conservadoras, liberales, neoliberales, de extrema derecha, del otro. Fue presentado por Lisandro Bormioli. 

El martes a la tarde la sala del auditorio Atahualpa Yupanqui de la Unnoba estuvo colmada de público durante la charla brindada por el especialista en política internacional, Pedro Brieger.

El analista brindó una charla para contextualizar la actualidad de nuestro continente a partir de la historia y las disputas antagónicas de los últimos 20 años entre las fuerzas políticas progresistas y las conservadoras.

El diputado nacional e integrante de la Comsisión de Relaciones Exteriores, Lisandro Bormioli, presentó al sociólogo, polítologo y periodista, antes de la charla "América Latina en Disputa" y agradeció su presencia. Además el legislador apuntó que "en estos momentos, en los que se juega mucho en nuestro país ante una elección que plantea la posibilidad de Gobiernos antagónicos, es muy importante poder escuchar a Pedro y conocer las experiencias en otros países que no terminaron bien", en clara referencia al balotaje que enfrentará a Massa con Milei. 

A sala llena en el auditorio "Atahualpa Yupanqui" de la Unnoba en disertante comenzó con una pregunta a sí mismo: "Pedro ¿Cuál es la discusión actual en América Latina?"

Y se respondió: "Pregunta complicada. Creo que hay varias discusiones. El eje de lo que voy a plantear es que hay una disputa en los últimos 20 años entre fuerzas progresistas, nacionales, populares, de izquierda, centro izquierda. Difícil encontrar una definición exacta. De un lado, todos sabemos que ahí está Lula da Silva, Cristina Fernández, Néstor Kirchner, Evo Morales, Gustavo Petro de Colombia, Fernando Lugo de Paraguay. Una larga lista de personalidades y políticos o presidentes o expresidentes. Y del otro lado, fuerzas de derecha, conservadoras, liberales, neoliberales, de extrema derecha, que también todo el mundo sabe ubicar perfectamente, por más que haya diferencias entre ellas. Ahí está el expresidente de Colombia, Alvaro Uribe, Mauricio Macri, Jair Bolsonaro. Y creo que hay una disputa muy fuerte por construir sentido común, por lograr imponer políticas económicas, sociales y culturales. Y que la diferencia con el siglo pasado es que las derechas no pueden resolver esta disputa como lo hacían 50 años atrás con golpes de Estado. No lo pueden hacer. La gran dificultad de las derechas latinoamericanas es que no pueden apelar a los golpes de Estado como hacían en 1973 con el golpe en Chile contra Allende, en el 76 en la Argentina. Por eso la disputa se mantiene". 

- ¿Actualmente está más radicalizado en la Argentina esta disputa con estos dos modelos ideológicos, mucho más que antes, que en el 2015? 

- Es interesante porque creo que el fracaso de alguna de las políticas de las derechas tradicionales ha llevado al crecimiento de extremas derechas que ocupan hoy el lugar que antes ocupaban los militares. Los militares venían, cerraban el parlamento y listo. Hoy no lo pueden hacer. Ese lugar está siendo ocupado por personas o personajes que, podemos decir en cierta medida, ocupan el lugar que ocupaban los militares. Y con mucha afinidad ideológica, por algo reivindican los golpes de Estado. Jair Bolsonaro reivindicando el golpe de Estado del 64 en Brasil. José Antonio Casta en Chile reivindicando el golpe de Estado del 73 contra Salvador Allende. O Javier Milei y Victoria Villarruel reivindicando la dictadura, aunque con matices, pero está claro que hay una reivindicación de la dictadura. Son personalidades que salen del mundo civil. Los golpes militares siempre tenían la pata civil, pero la pata civil estaba mucho más atrás. Respondía a más intereses económicos más que a visualización política. Ese lugar hoy lo ocupan de manera disimuladas estas personas, dado que los militares no pueden ocupar ese lugar. 

- Pedro, usted habló de los militares en la década del 70 y en las décadas anteriores también. Y ahora lo que existen son otro tipo de armas. Armas de redes sociales, armas mediáticas. 

-Sí, es verdad. En realidad lo que nosotros estamos viendo es lo que siempre existió, que voy a hablar de esto también, la articulación de los poderes judiciales, económicos, mediáticos, a favor de los intereses de determinadas clases sociales. Así nacieron nuestros estados. Había otros medios de comunicación, por supuesto. Pero cuando nace la Argentina, Chile, Paraguay, Bolivia, Brasil, nace con la articulación justamente del poder político, el económico, el jurídico, el mediático, a favor de intereses de determinadas clases sociales. Vale la pena recordar que el voto femenino se logra por la lucha de las mujeres, porque si no seguiríamos sin el voto femenino. Estos sectores conservadores no les interesaba que votara toda la población. Las luchas por la conquista del voto femenino, por el divorcio, fueron luchas muy importantes que estos sectores conservadores justamente evitaban el progreso. Por eso la palabra progreso frente a conservadores es tan interesante, esta antinomia. 

- ¿Está creciendo el conservadurismo? ¿Está teniendo una especie de New Age con todo esto que está pasando? 

- Nunca se fue. La batalla cultural existe desde siempre. Tuvieron el poder durante casi 200 años. En Colombia por primera vez hay un gobierno de izquierda, por primera vez en la historia. Por lo tanto, en los 200 años de historia de Colombia, esas posturas conservadoras eran hegemónicas. Así nos educaron. Lo que pasa es que la lucha cultural fue permanente. Antes era aplastada por los militares. Hoy esa articulación tiene otras formas.

- Álvaro García Linera habla de la segunda oleada de progresismo. Primero, ¿cómo la ves? Y segundo, si con el hipotético triunfo electoral de Massa, ¿si ves que vuelve a tomar fuerza lo que sería Mercosur y otro tipo de alianzas que quizás hemos desperdiciado en este tiempo. 

- Bueno, no sabemos si va a ganar Massa. Por lo tanto, no tiene sentido adelantarse. Pero sí es cierto que hoy, si uno mira el mapa, especialmente de América del Sur, se encuentra que los gobiernos conservadores de derecha están en el retroceso. Apostaban mucho a la victoria de Jair Bolsonaro en Brasil, que no se dio. Y apuestan, por supuesto, a la victoria de Javier Milei. Por más que tengan muchas diferencias con Milei, pero lo ven como un freno al avance de las fuerzas progresistas. A mí me parece que no hay que mirar la historia de manera estática. Por eso la disputa se mantiene en estos veinte años. Justamente porque no es estática. 

-¿Hay avances y retrocesos de ambas fuerzas. Pero cambiaría significativamente entre el triunfo de uno u el otro, la política exterior argentina?

-Sí, por supuesto. Un triunfo de Javier Milei implicaría que se corten los procesos de integración regional. Y un triunfo de Massa implicaría la continuidad de los procesos de integración regional. 

- A lo largo de la historia de América Latina, los gobiernos tendían a parecerse. ¿Actualmente estamos viviendo eso? ¿Hay una tendencia a que todos los gobiernos de América Latina se parezcan ideológicamente? 

- No, yo no creo que podamos hablar de parecidos. Cada sociedad es muy diferente. Creo que es muy difícil encontrar, a veces, puntos de contacto entre la sociedad guatemalteca y la brasileña, o la del sur de México y la provincia de Buenos Aires. Creo que tal vez lo interesante es que hoy hay una batalla de ideas que antes no se daba justamente porque nosotros tenemos 40 años de democracia, que es algo novedoso. Entonces, esto también hay que tomarlo en cuenta. A veces, por una cuestión generacional, la mayoría de las personas, ustedes mismos, se olvidan de eso. Pero, por primera vez en la historia, tenemos 40 años seguido de democracia, eso no lo teníamos antes. Entonces, la batalla de ideas también se fue transformando.

- ¿Qué balance hace de la política exterior de la Argentina con el gobierno de Alberto Fernández? 

- Creo que estuvo en sintonía con el eje progresista en la región, apostó mucho por la integración regional. Fue clave en salvarle la vida a Evo Morales en el golpe de 2019. Y en tejer los vínculos con Europa, China, Rusia y Estados Unidos. Me parece que tuvo una política internacional muy abierta. Y al respecto a la importancia eventual de Lula, que creo que ha jugado a favor de Argentina en todo momento, ha hecho muchas fuerzas. 

- ¿Cree que ahora puede tomar más poder esto? Por ejemplo, ante los BRICS, Mercosur, una política de integración? 

- Y… depende mucho del resultado electoral de la Argentina.


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