Históricamente la Fiebre Hemorrágica Argentina se asociaba al campo, y se pensaba que el trabajador rural era la persona que tenía mayor riesgo de contraer la enfermedad y morir a causa de ella. Sin embargo, la epidemiología del "Mal de los Rastrojos" cambió y ya no puede pensarse en esta enfermedad como propia de las personas que viven o realizan actividades en el campo. Muchos de los casos que año a año muestran que el virus enferma a personas que viven en centros urbanos y tienen contactos muchas veces esporádicos con escenarios de transmisión que no son los históricamente definidos. El desarrollo de actividades laborales o recreativas en espacios periurbanos, el contacto con la naturaleza sin las debidas medidas de cuidado y esa convivencia entre "campo y ciudad" en espacios cuyas fronteras aparecen desdibujadas por el propio uso que la sociedad hace de los lugares, abren nuevos escenarios para la transmisión de la Fiebre Hemorrágica Argentina- varios de los cuales incluso han sido estudiados por el propio Instituto Nacional de Enfermedades Virales Humanas 'Doctor Julio Maiztegui' y descriptos en trabajos de investigación específicos-.
En la última reunión anual del Programa Nacional de Prevención y Control de la Fiebre Hemorrágica Argentina realizada en la ciudad de Bell Ville, Córdoba, se presentaron datos epidemiológicos que aportan información sustancial respecto de posibles lugares de contagio y descripciones de género y edad de quienes contrajeron la enfermedad durante el año 2022. Estos indicadores, tal como viene sucediendo en los últimos años, confirman que la enfermedad no está directamente asociada al trabajo rural y que por el contrario el riesgo alcanza a todas aquellas personas que habitan o transitan por la zona endémica si no están debidamente vacunadas.
Aunque mayoritariamente los casos están delimitados dentro del área endémica, no siempre coinciden con esa delimitación geográfica, lo que sugiere que hay otros escenarios de transmisión sobre los cuales se impone realizar una activa vigilancia. Esta realidad debe servir también para volver a instalar en la comunidad una verdadera conciencia de riesgo, esa que se desdibuja cuando se piensa erróneamente que la Fiebre Hemorrágica es una enfermedad rural o que pertenece al pasado.
El comportamiento en 2022
En lo que atañe a los casos confirmados durante el año 2022, la estadística presentada por el Instituto Nacional de Enfermedades Virales Humanas "Doctor Julio Maiztegui" en la última reunión anual muestra que de los 26 ocurridos en la Provincia de Buenos Aires, 7 se reportaron en La Emilia, 3 en Olavarría, 12 en San Nicolás, 1 en Pergamino, 1 en Villa General Savio y 2 tuvieron como posible lugar de contagio el territorio bonaerense.
De los 7 ocurridos en la provincia de Córdoba, 2 fueron en Bell Ville,1 en Hernando, 1 en Laborde, 1 en San Marcos Sud, 1 en Villa María y 1 en Córdoba. En Santa Fe, hubo 18 casos confirmados, 1 en Cañada de Gómez, 1 en Cepeda, 1 en Chabas, 1 en Pavón, 1 en Pueblo Ester, 7 en Rosario, 2 en San Jorge, 2 en Soldini, 1 en Villa Gobernador Gálvez y 2 en Villa Constitución. Los datos refieren además que entre los casos confirmados en 2022 en seis no fue posible determinar el posible lugar de contagio. En el mismo sentido, la información epidemiológica que surge de varios de los casos confirmados señala que las personas que contrajeron la enfermedad por diversas razones transitaron más de una provincia en las tres semanas previas a enfermar.
Cuando se analizan los casos notificados de FHA según posible lugar de contagio, las cifras correspondientes al año 2022 revelaron que hubo notificaciones de casos sospechosos en varias localidades que conforman el Partido de Pergamino, entre ellas: El Socorro, Mariano H. Alfonzo, Mariano Benítez, además del caso urbano de la ciudad. También se produjeron notificaciones en localidades de la zona que pertenecen a la Región Sanitaria IV: San Nicolás, Carmen de Areco, Colón y San Pedro. Por fuera de la provincia de Buenos Aires, el informe detalla una serie de localidades que aparecen como posibles lugares de contagio y menciona a la localidad de Nogoyá, provincia de Entre Ríos, en un dato que llama la atención por cuanto esta provincia está por fuera del área endémica de FHA.
Quiénes enfermaron
Cuando los casos se discriminan ateniendo criterios de género y edad, las estadísticas del año 2022 muestran que aunque la prevalencia sigue siendo mayor en hombres, la enfermedad también afectó a mujeres que habitan en centros urbanos y que los casos ocurrieron en todas las franjas etarias, principalmente entre adultos jóvenes. También muestra que hubo casos reportados en menores de 15 años- franja poblacional para la cual no existe vacuna por cuanto la Candid #1 está incluida en el calendario nacional de inmunizaciones para mayores de esa edad-.
Prevenir más allá del campo
Tanto en relación a los posibles lugares de contagio como en el género y edad, los datos consolidados que se presentaron en el encuentro dejaron planteadas algunas líneas de trabajo sobre las cuales hay que insistir para fortalecer la vigilancia y reforzar las acciones de prevención y educación para la salud a efectos de proteger a la población y minimizar los riesgos frente a una enfermedad endémica que está teniendo un comportamiento particular que requiere de seguimientos y acciones específicas.
La premisa del programa nacional de prevención y control de la Fiebre Hemorrágica Argentina, que coordina el Instituto Nacional de Enfermedades Virales Humanas "Doctor Julio Maiztegui", es reducir la morbimortalidad de la enfermedad, es decir lograr que se enferme menos gente y que aquel que por diversos motivos enferma, no muera a causa de esta patología para la que existe tratamiento efectivo y vacuna preventiva. Desde esta concepción, las estadísticas reflejan los sustanciales avances que se produjeron desde la inclusión de la vacuna al calendario nacional de inmunizaciones, pero también reflejan que la enfermedad sigue presente porque el agente que la produce está en la naturaleza. Y que son los cambios en los comportamientos sociales de esa población los que modifican los posibles escenarios de transmisión y, por consiguiente, los riesgos.
Del seguimiento que realiza el propio sistema de salud sigue surgiendo como dato que, desde hace tiempo, la Fiebre Hemorrágica dejó de ser una patología asociada a la actividad agropecuaria, algo que refuerza la necesidad de que ante la ocurrencia de un síndrome febril inespecífico sin compromiso de la vía área superior debe sospecharse de la enfermedad.
Indiscutidamente hay cambios epidemiológicos evidentes que exigen que las medidas de prevención no pueden estar orientadas solo al trabajador rural, sino que toda persona que vive, trabaja o realiza cualquier actividad en el área endémica debería "estar vacunada contra Fiebre Hemorrágica Argentina y saber sobre esta enfermedad".
En este sentido, las estadísticas una vez más mostraron que un alto porcentaje de los casos notificados, sospechosos y confirmados, se dieron en pacientes que no estaban vacunados para Fiebre Hemorrágica Argentina, algo que ratifica la importancia de seguir insistiendo con la conveniencia de que toda la población del área endémica mayor de 15 años pueda recibirla, atendiendo a que está disponible en los vacunatorios, es efectiva, segura y se aplica en forma gratuita.