Con el Miércoles de Ceniza dio inicio a la Cuaresma, período en el que los cristianos se dedican a la oración, los actos de caridad y misericordia, las privaciones voluntarias, el ayuno y la limosna, como preparación para celebrar el triduo pascual de la Pasión, Muerte y Resurrección de Jesucristo.
Durante estos días la Liturgia adopta para las celebraciones el color morado, símbolo de la austeridad cuaresmal.
Este tiempo litúrgico llama a la conversión para preparar la gran fiesta de la Pascua. Es tiempo para arrepentirse de los pecados y cambiar para ser mejores y poder vivir más cerca de Cristo.
Rumbo a la Pascua
El padre Mariano Díaz, párroco de Nuestra Señora de Luján y de las capillas Virgen de Itatí, Santa Lucía y San Pantaleón reflexionó sobre uno de los tiempos litúrgicos más importantes para el catolicismo.
"Como todos los años la Iglesia Católica inicia el camino cuaresmal rumbo a la Pascua de Resurrección. El miércoles pasado celebramos el Miércoles de Cenizas con ese gesto tan significativo en la Liturgia de ese día de imponer la ceniza sobre nuestra cabeza, como signo de reconocimiento de nuestra pequeñez y necesidad de la gracia de Dios. La Cuaresma es ese tiempo que nuestro Padre Dios nos ofrece a través de su Iglesia para hacer un alto en el camino y revisando nuestra propia vida realizar un verdadero camino de conversión, esto es dirigir nuestra mirada y nuestro corazón a Dios", comenzó manifestando el sacerdote.
Tiempo de escuchar y pensar
Haciendo alusión al mensaje del Papa Francisco para esta Cuaresma, Díaz sostuvo: "Nos invita a reflexionar sobre el texto del evangelio de la Transfiguración del Señor, que se lee el segundo Domingo de Cuaresma, en el que podemos observar que el Señor Jesús, al igual que llevó a Pedro, Santiago y Juan a la montaña, nos invita a nosotros también a retirarnos con El. Cada Cuaresma es un 'subir a un monte elevado con Jesús', para vivir una experiencia de verdadera ascesis. También, al igual que los discípulos en el Monte Tabor, se nos motiva a cada a uno de nosotros a escuchar la voz del Padre, la Palabra de Dios que ilumina nuestra vida y nos ayuda a superar las dificultades del tiempo presente desde Dios y como Dios".
"Portadores de misericordia"
Por último, dirigiendo un mensaje a los pergaminenses, el padre Mariano expresó: "Queridos hermanos y hermanas, vivamos plenamente este tiempo tan fuerte de nuestra vida de fe. Que, en medio de los dolores de este tiempo presente, marcado por la guerra, la violencia, la inseguridad, la pobreza, podamos hacer ese camino de encuentro con el Señor que nos renueve en la esperanza.
"Que los tres pilares propios de este tiempo, que no pueden faltar nunca en una vida verdaderamente cristiana, que son la oración, el ayuno y la limosna, sean verdaderos instrumentos para hacer de cada uno de nosotros portadores de la misericordia de Dios y testigos de su presencia en el mundo.
"Que tengamos un fructífero camino cuaresmal rumbo a la Pascua y que nuestra Madre de Luján, que sigue de pie junto a la cruz de cada uno de sus hijos que peregrinan en la Argentina, interceda por nosotros y nos ayude a vivir una feliz Pascua".
El número 40
La duración de la Cuaresma está basada en el símbolo del número 40 en la Biblia. En ésta, se habla de los 40 días del diluvio, de los 40 años de la marcha del pueblo judío por el desierto, de los 40 días de Moisés y de Elías en la montaña, de los cuarenta días que pasó Jesús en el desierto antes de comenzar su vida pública, de los años que duró la estadía de los israelitas en Egipto. Siempre un tiempo graficado en 40 como etapa previa a un gran cambio en la vida humana y de la humanidad toda.
La práctica de la Cuaresma data desde el Siglo IV, cuando se da la tendencia a constituirla en tiempo de penitencia y de renovación para toda la Iglesia, con la práctica del ayuno y de la abstinencia. Conservada con bastante vigor, al menos en un principio, en las iglesias de Oriente, la práctica penitencial de la Cuaresma ha sido cada vez más aligerada en Occidente, pero debe observarse un espíritu penitencial y de conversión.