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Hoy, como cada 15 de junio, se conmemora en Argentina el Día del Bioquímico, recordando el nacimiento del doctor Juan Antonio Sánchez (1871-1953), propulsor de la instauración de la profesión bioquímica con fuertes bases científicas y profesionales. La fecha fue instituida en 1961, en una asamblea de la Confederación Bioquímica Argentina.
Con un fuerte anclaje en la prevención, el diagnóstico y el tratamiento de las enfermedades, el campo de la bioquímica es mucho más amplio y alcanza cuestiones vinculadas a la investigación y al desarrollo de múltiples competencias en ámbitos diversos.
La entidad que vincula a los profesionales locales y que además tiene jurisdicción en las ciudades de Colón, Rojas, Salto, Arrecifes y Capitán Sarmiento es el Círculo de Bioquímicos.
Como todas las actividades vinculadas a la salud, hace más de dos años la irrupción del coronavirus y la extensión en el tiempo de la pandemia, ha significado enormes desafíos y aprendizajes para los profesionales. Desde el comienzo de la emergencia sanitaria los profesionales, tanto los que se desempeñan en el ámbito público de la salud como los que trabajan en el sector privado han trabajado con enorme compromiso entendiendo que la tarea que desplegaban tanto en el diagnóstico como en las determinaciones de laboratorio que requiere el tratamiento de los pacientes con sospecha o diagnóstico de Covid-19 era una herramienta fundamental para dar batalla.
La pandemia ha representado una situación sumamente desafiante en el campo profesional de la bioquímica y ha supuesto múltiples aprendizajes producto de haber tenido que incorporar herramientas diagnósticas al laboratorio y adaptar todos los protocolos a condiciones de bioseguridad específicas para evitar los contagios.
Un contexto complejo
En el aspecto prestacional, para los profesionales bioquímicos el contexto sigue siendo complejo y sufre avatares similares a los de otros sectores vinculados a la salud que se afrontan con capacidad de gestión. La dinámica habitual del trabajo en los laboratorios, y con ello la cuestión prestacional, se vio afectada, impactando sobre la realidad económica del sector y recién de manera progresiva alguna de las prácticas de mayor complejidad que debieron realizarse fueron reconocidas por obras sociales y prepagas.
En un contexto inflacionario, la realidad no es distinta a la que viven otros profesionales de la salud por cuanto el gasto prestacional se incrementa de manera sostenida. Igualmente, los profesionales destacan que con el regreso de la población a la realización de controles de rutina de manera gradual la realidad se va encaminando desde el punto de vista prestacional.
Una tarea reconocida
Desde el comienzo de la emergencia sanitaria, el trabajo de los profesionales de la bioquímica fue reconocido por las autoridades sanitarias atendiendo al compromiso con el que se mostraron predispuestos a establecer circuitos que permitieron un adecuado manejo de la información de resultados realizados en la órbita privada, un aspecto que resultó clave. Del mismo modo, destacaron el trabajo de aquellos profesionales que intervinieron desde el ámbito público adoptando tareas en el contexto de una situación de pandemia que hacía de la celeridad un atributo vital en la respuesta diagnóstica.
