Productores y asesores agronómicos advierten la presencia de la plaga, considerada una de las más dañinas en este cultivo. Para arribar a una correcta toma de decisión y control, se describen conocimientos y experiencias exitosas para combatir este flagelo. "Lo ideal es monitorear bien el lote cuando el cultivo se encuentra en el período de encañazón", destaca un profesional.
Originario de África y Medio Oriente, el pulgón amarillo del sorgo fue detectado por primera vez en la Argentina en la campaña 2020/21 en la mayoría de las regiones productoras, ocasionando pérdidas económicas de distintas magnitudes.
Su ciclo biológico contempla cuatro estadios ninfales hasta convertirse en adulto, que puede cumplir en apenas 5 a 9 días. La etapa adulta normalmente presenta una duración de 22 a 24 días y puede producir entre 68 y 86 ninfas/hembra. El adulto puede ser alado o áptero (sin alas). El áptero tiene la función de la reproducción, y cuando cambia las condiciones ambientales o la calidad del alimento se generan adultos alados cuya función es la de dispersión y colonización.
Puede atacar en todas las etapas del cultivo de sorgo, pero el perjuicio económico usualmente ocurre durante las etapas posteriores al desarrollo vegetativo. El daño es causado por la succión de la savia de las hojas, adquiriendo en estas una coloración marrón y un retraso en su crecimiento y con efectos en la producción (de manera general ocasiona mermas que pueden fluctuar entre el 30% al 100%). Como daño indirecto, este insecto produce una melaza sobre la cual puede crecer un hongo de coloración oscura denominado Fumagina, que aprovecha su melaza como sustrato, afectando la capacidad fotosintética de la planta. También existen reportes de que puede transmitir virus como Sugarcanemosaci virus, Sugarcaneyellowleaf virus y otras enfermedades
Control biológico y químico
Pese a ser un biotipo exótico, se ha observadoa varios insectos benéficos asociados al control de otros pulgones alimentándose de pulgón amarillo del sorgo. Entre estos, los destacados son las vaquitas de San Antonio, (Coleóptera: Coccinelidae), crisopas (Neuroptera: Chrysomelidae y Hemerobiidae) y sírfidos (Díptera: Syrphidae).
En cuanto a la implementación de estrategias químicas, no hay insecticidas registrados para el control específico de esta plaga en sorgo, por lo que la realización de recetas agronómicas es problemática y obliga a recurrir a la utilización de productos registrados para otros pulgones. Por otro lado, la implementación no es sencilla dada la necesidad de llegar al envés de las hojas del estrato inferior, que es donde se instala el insecto. Además, no se conocen los principios activos y las dosis efectivas de insecticidas para su control.
Por último, desde el punto de vista de la protección profesional y sustentable del cultivo, el control químico exige también el desafío de no afectar al conjunto de insectos benéficos como también a los polinizadores.
Experiencia acumulada
En localidades del Norte de Santa Fe, como San Guillermo, zona tambera por excelencia, se cultivan grandes extensiones de sorgo y, por ende, se padece desde el primer día de los severos daños económicos de esta plaga.
Allí el ingeniero agrónomo Martín Galy cumple su rol de asesor y a él recurrimos, precisamente, para que nos aporte los frutos de su vasta experiencia en el control de esta plaga, que en nuestra zona núcleo recién en esta campaña se le está poniendo mayor atención, dado que se ha extendido mucho la siembra del cultivo en remplazo del maíz por temor a otra plaga: la chicharrita,
En primera instancia nos aclara Galy que "la clave está en planificar un correcto monitoreo del cultivo previo a la floración, porque de nada vale contar con insecticidas de alta efectividad si no se lo aplica en el momento adecuado".
También nos dice que "desde hace un par de años tenemos la alternativa de utilizar sorgos tolerantes, pero solo nos ayudan a ralentizar la explosiva velocidad de multiplicación y crecimiento que tiene el pulgón una vez instalado en el lote".
Aclara además que "al tratarse de una plaga que no genera síntomas visibles, es común subestimar el primer control y cuando se vuelve a los 15 o 20 días al lote, ya es demasiado tarde".
Hechas estas observaciones, el profesional detalla que "lo ideal es monitorear bien el lote cuando el cultivo se encuentra en el período de encañazón; extraer 10 hojas de la base de la planta, y si 2 de estas hojas se encuentran 50 pulgones o el equivalente a una población del tamaño del dedo pulgar, es momento de aplicar".
Por último, destaca que "aun así no nos podemos olvidar de esta plaga, porque no tiene preferencia por un estadío fenológico del cultivo, sino que está presente en todo su desarrollo, incluso en el llenado del grano".
Llegó para quedarse
El pulgón amarillo es una plaga que aparentemente llegó para quedarse. Su alta tasa de reproducción es
la principal característica para sobrevivir y este punto es clave para diseñar nuevos planes de manejo y seguimiento del cultivo, que involucren la implementación de monitoreos tempranos y periódicos durante toda la campaña.
Cabe destacar, a su vez, la importancia del trabajo interinstitucional y en red entre los distintos actores del sector (instituciones públicas y privadas, asociaciones de profesionales y productores) en la generación de conocimiento en el corto y mediano plazo, en pos de lograr un manejo integral de la plaga, evitando un perjuicio sobre el cultivo y el medio ambiente.