Argentina, con una producción que alcanzaría este año 2,5 millones de toneladas, es gran demandante de proteína animal, alcanzando un total de 112 kg por habitante al año. De ese total, el consumo de carne de pollo es de 48 kg y la de huevos de 21,2 kg (equivalentes a 336 unidades), totalizando más de 69 kilos por persona al año, mientras que se consumen 45 kg de carne vacuna y 20 de cerdo.
A nivel internacional, en tanto, nuestro país mantiene activos más de 75 mercados internacionales, los cuales muestran un crecimiento constante, llegando hoy a unas 230 mil toneladas. Estos embarques, no se limitan solamente a pollos y huevos. También ocupan un importante lugar las harinas proteicas de subproductos de la carne, de plumas y sangre; así como también de vacunas, antígenos, núcleos vitamínicos y minerales.
Tranqueras adentro
Este escenario, obviamente, tiene su correlato tranqueras adentro de las granjas, donde la actividad se desarrolla a buen ritmo y elevados volúmenes de producción.
"Hoy la demanda interna parece no tener límites, lo cual nos lleva a ajustar todos los engranajes de la producción para aprovechar al máximo este buen momento que estamos atravesando", explica Oscar Rebotaro, quien atesora una larga y reconocida experiencia en la cría y engorde de pollos parrilleros.
Además, los bajos valores de los granos, su principal insumo, le brinda hoy otra gran oportunidad. "La alimentación constituye el 70 por ciento de los costos y, por ende, incide directamente en nuestra rentabilidad", precisa Rebotaro. Al respecto destaco que, a diferencia del año pasado cuanto la sequía hizo disparar los precios de los granos, hoy estamos mas aliviados y los números cierran mejor". Aun así, advirtió que "hay que estar muy atento a otras variables como la mano de obra, la sanidad y la energía, que hacen a la eficiencia y cuyo costo también tiene una gran incidencia sobre los márgenes de rentabilidad".
En constante crecimiento
Gustavo Bisi, otro experimentado referente del sector avícola con larga y reconocida trayectoria familiar en Pergamino y la zona, sostiene que "tras muchos años de estabilidad, el consumo de carne aviar viene marcando un sostenido y progresivo avance, llegando hoy a superar la carne vacuna, algo que nadie podía llegar a imaginar tiempo atrás"
Relaciona este cambio a "los nuevos hábitos que viene adoptando el consumidor argentino", pero admite a la vez que "el poder adquisitivo se encuentra cada vez mas acotado, lo cual hace que la población se incline por proteínas de menor costo".
Contar con una demanda en sostenido crecimiento mejora la perspectiva del negocio, pero aun así Bisi no es de quedarse de "brazos cruzados". Subraya que "los gastos también vienen subiendo, casi en igual proporción". Reconoce que "el costo del alimento se ha aplacado", pero aclara que "el pollo no solo demanda comida, sino que su crianza también requiere de otros aspectos, como un ambiente climatizado, lo cual tiene su costo en energía".
A modo de conclusión, Bisi afirma que "la producción aviar esta atravesando uno de sus mejores momentos que, por supuesto, tenemos quedisfrutar y aprovechar al máximo; pero tomemos esto también como una oportunidad para invertir en infraestructura y tecnología, que nos permitan tener un mejor mañana.