El trabajo de un utilero es un trabajo invisible que requiere de mucha responsabilidad. De ellos depende que el equipo salga a la cancha en las mejores condiciones. Cada 10 de noviembre se celebra su día, como una forma de reconocer el arduo trabajo que realizan día a día y que muchos desconocen.
Esta fecha fue elegida por un grupo de utileros de distintos equipos, en medio de un asado, en el año 2015. No es casualidad que coincida con el Día de la Tradición. El fútbol es una tradición en nuestro país, y los utileros desempeñan un papel fundamental dentro cada uno de los equipos que practican este deporte.
Si hablamos de utileros, hablamos de Santiago Rubén Giamarchi, el guardián de la utilería del Club Atlético Douglas Haig. Hace más de ocho años que "Semilla" desarrolla su labor silenciosa pero esencial para el equipo de Pergamino que milita el Torneo Federal A.
Giamarchi asegura que "ser utilero es estar permanentemente adelantado un día", y agrega: "Yo ya tengo que tener la ropa de hoy y mañana preparada para los entrenamientos, cuando ellos terminan y se van yo me pongo a lavar la ropa del día siguiente. Cuando empieza la pretemporada, por ejemplo, una semana antes tengo que tener todo listo, cada ropa en su canasto, desde las medias hasta una remera o pantalón, el agua para los entrenamientos, las pelotas infladas, las pecheras preparadas, todo para 30 personas".
Además, cuenta que "llego tres horas antes, soy el primero en llegar y el último en irme" y aclara que su trabajo no se limita sólo a la utilería: "Mientras los jugadores están entrenando, si no tengo ropa para lavar o acomodar, me encargo de limpiar las duchas o los vestuarios, regar las plantas o cortar el pasto".
Con respecto a la importancia de su papel en el equipo, "Semilla" sostiene que "el que no está en el día a día piensa que yo les doy una remera y un pantalón y después me pongo a tomar mates hasta que se van, y no es así, es mucho el trabajo" y cuenta que "en el invierno lavaba 380 prendas todos los días y no le alcanzaban los tendederos".
Algunos días lo acompaña Marcos Bisko Leiva, pero es un trabajo que realiza solo, aunque asegura que "acá yo disfruto y si no puedo resolver algo, busco soluciones". Para hacer referencia a su vínculo con los jugadores, afirma que "me relaciono mucho con ellos, les pregunto si comieron bien, los escucho y les brindo apoyo" porque "estuve en vestuarios y por eso me involucro", dejando en claro la importancia del rol que ocupa dentro del plantel, que va más allá de tener toda la utilería en condiciones.
A modo de cierre, Giamarchi, que es más que el utilero de Douglas, vuelve a remarcar que "esto lo hago con mucho amor y cariño" y reconoce que la utilería rojinegra es su lugar en el mundo, un lugar que cuida con pasión, compromiso y dedicación.