El muralismo argentino, que persiste como tradición de arte social, tiene en Pergamino como referente a Berna Calabia, talentoso artista que en los últimos años ha embellecido la ciudad con sus creaciones.
Ahora, Calabia organizó un festival que, bajo el nombre Pinto Perga, propone el trabajo en simultáneo de doce artistas sobre un muro ubicado en Punto Pellegrini (avenida Pellegrini 3071). Además habrá un espacio para pintar destinado al público.
"Vení a pasar el día y a disfrutar del sol y el arte en vivo", dice la convocatoria para los próximos sábado 9 y domingo 10, de 16:00 a 20:30.
"Esto es algo en lo que vengo trabajando desde hace tiempo, la idea de establecer un festival anual de muralismo en la ciudad, con la intención de intervenir espacios comunes y descuidados de la ciudad", le dijo Berna Calabia a LA OPINION, medio de comunicación que auspicia esta movida cultural, junto a Pinturerías Centenario, Pinceles Tiburón, Pinturería Colores, Bestia y Kuwit (aerosoles para grafitti), y el apoyo del Fondo de Promoción Cultural.
"Además, se intenta dar lugar a colegas y a artistas emergentes para mostrar su arte y se brinda un espacio para el público. La idea primaria seria impulsar el arte urbano, el arte en la calle como forma de expresión y como revalorización de los espacios", agregó el artista sobre esta actividad que sigue siendo una fuente de inspiración para muchos y que ha dejado una huella imborrable en la cultura del país.
Además de los hermanos Berna y Fede Calabia, participarán Juan Suárez, Marco Bentancur, Alicia Ledesma, Ganster Graff, Mónica Chiappino, Puma Dignoto, Francisco Pernigotti, María Balbo, Yanina Baibona y Evan Peloursón.
"La mitad son muralistas ya consagrados y la otra mitad son artistas emergentes, algunos alumnos del taller que brindé en Bellas Artes hace tres meses", indicó Berna, autor de numerosos murales, que el pergaminense ya reconoce como propios de la ciudad. En estos últimos dos años pintó dinosaurios y mariposas. Pero sus obras más reconocidas son el Messi campeón de calle Sarmiento; los galpones de Atahualpa, que están sobre la misma calle -una intervención colectiva-, y recientemente unos ojos en un vagón de tren abandonado en Parque España.