La reciente aprobación de la Boleta Unica de Papel (BUP) por parte del Congreso Nacional ha desatado un intenso debate en la provincia de Buenos Aires. Mientras que desde el gobierno bonaerense de Axel Kicillof consideran que el cambio es innecesario y complicado de implementar, otros actores ven en este nuevo sistema una oportunidad para modernizar el proceso electoral. Con 14 millones de electores, Buenos Aires enfrenta el desafío de adoptar un sistema con implicaciones operativas, legales y políticas que podrían alterar la dinámica electoral en 2025.
Contexto
Desde 1983, Argentina utiliza un sistema de boleta partidaria que permite la elección simultánea de cargos nacionales y provinciales. Con la BUP, este esquema se desarticula, forzando cambios que impactan no solo en la logística electoral, sino también en la regulación jurídica vigente. Carlos Bianco, ministro de Gobierno bonaerense, se mostró crítico, argumentando que "el sistema actual asegura transparencia y alternancia política sin denuncias serias de fraude".
Por otro lado, la oposición impulsa la BUP como una alternativa más moderna y económica, asegurando que reduciría costos de impresión y facilitaría el voto. Sin embargo, el oficialismo alerta que esta transición presenta riesgos operativos y podría aumentar el voto nulo o en blanco.
Los desafíos logísticos
Uno de los puntos más críticos es la logística electoral. La provincia deberá decidir entre cuatro opciones:
1. Elecciones simultáneas en dos urnas distintas: Con boletas separadas para las elecciones nacionales y provinciales.
2. Elecciones concurrentes: El mismo día, con BUP para lo nacional y boletas partidarias para lo provincial.
3. Desdoblamiento parcial: Las PASO se celebran juntas, pero las elecciones generales en fechas distintas.
4. Desdoblamiento total: PASO y generales en días diferentes, con sistemas diferenciados.
Esto genera preocupación en La Plata por el impacto en la seguridad del proceso. Con la provincia a cargo del operativo, la policía bonaerense deberá asumir responsabilidades que hasta ahora correspondían a las fuerzas federales.
Impacto político
La separación entre boletas nacionales y provinciales implica un nuevo escenario electoral que redefine las estrategias políticas. La posibilidad de que Axel Kicillof y los intendentes peronistas armen sus listas de manera autónoma respecto a la candidatura nacional puede cambiar la dinámica del poder interno en el peronismo. "La Cámpora perdería influencia en la confección de listas para la Legislatura y los concejos deliberantes", anticipa un referente de la Tercera Sección Electoral.
Sin embargo, la desconexión también plantea desafíos para los partidos más nuevos, como La Libertad Avanza (LLA). Según pudo saber La Opinión, referentes del espacio liderado por Javier Milei reconocen que esta modificación podría reducir significativamente el caudal de votos. Al no contar con la "tracción" que brinda la lista presidencial de Milei, candidatos provinciales y municipales del espacio temen sufrir una merma importante en las urnas. Esto obliga a cada referente local a diseñar campañas más independientes y a reforzar su presencia territorial.
Aspectos legales
Bianco alertó que la implementación de la BUP podría violar la Constitución bonaerense, específicamente el artículo 61 inciso 2, que exige que las boletas contengan los nombres de los candidatos. "Con la Boleta Única, los nombres no figurarían como lo establece la ley provincial, lo que plantea un conflicto constitucional importante", aseguró el ministro.
El cambio hacia la Boleta Unica de Papel deja un panorama electoral complejo para Buenos Aires. La provincia deberá decidir entre adaptarse al nuevo sistema, mantener el tradicional o apostar por un modelo mixto. Las implicaciones no solo son operativas, sino también políticas: la desconexión entre listas provinciales y nacionales obliga a los candidatos a repensar sus campañas y estrategias para 2025.
Mientras los partidos buscan adaptarse al nuevo contexto, el desafío será garantizar que este cambio no genere confusión ni desincentive la participación electoral. Con elecciones que podrían celebrarse bajo distintos sistemas y en diferentes fechas, el mapa político de Buenos Aires podría reconfigurarse de manera significativa.
¿Por qué importa el cambio del sistema electoral?
- 14 millones: Electores en la provincia de Buenos Aires.
- 4 escenarios: Opciones de implementación del nuevo sistema.
- Impacto político: Más autonomía para gobernadores e intendentes.
- Riesgo: Posible caída del caudal de votos de partidos emergentes como La Libertad Avanza.