Hugo Pratissoli, a 30 años del título argentino de ruta: "Fue lo máximo por todo lo que lo busqué"

"Fue lo máximo por todo lo que lo busqué". Así resume Hugo Pratissoli lo que significó lograr el título de campeón argentino de ruta hace 30 años en Córdoba. Hasta el 24 de abril de 1994, el ciclista pergaminense era "el eterno segundo". Desde su época de juveniles ser subcampeón argentino era una constante en su currículum deportivo. Había logrado medallas en Juegos Sudamericanos y Panamericanos y también había sido olímpico en Barcelona 1992, pero le faltaba ser campeón argentino. Finalmente lo consiguió y se convirtió en el segundo pergaminense en lograr ese título en ruta. El primero fue Raúl Labbate en 1972 en Salta, mientras que en 1997 en Bragado, Carlos Paye fue el tercero y último en lograrlo.

A tres décadas de aquel logro trascendental en su trayectoria, LA OPINION entrevistó a Pratissoli, quien recordó esa inolvidable epopeya, repasó su carrera, sus años en la selección y también analizó el presente del ciclismo en nuestra ciudad y el país.     

-¿Qué significó para vos el título argentino de ruta que lograste hace 30 años en Córdoba? 

-Ese campeonato fue buscado por un montón de circunstancias que se dieron en mi vida como deportista. Desde mis inicios en los campeonatos argentinos juveniles siempre terminaba segundo o tercero, nunca tuve la suerte de ganar un campeonato argentino como juvenil. Cuando pasé a Primera también corría el Argentino en ruta y en pista, donde hice varias especialidades y también por diferentes motivos siempre entraba segundo, era el eterno segundo.

En 1993 fui a correr el Campeonato Argentino de Ruta a San Luis y no me había preparado, fui para acompañar, a trabajar para mis compañeros de ese momento y tuve la suerte de enganchar la fuga, quedé entre los cinco escapados, llegué al sprint final y lo perdí por un tubo con Angel "Bachi" Serrano de Córdoba. Me ganó arriba de la raya y se fue otra ilusión y al año siguiente lo encaré diciendo "quiero ganar", y la verdad que me preparé muy bien, hice las cosas para que se me diera y se dio.

-¿Qué recordás de esa carrera?

-Ese triunfo en el Argentino tiene una anécdota, estuvimos escapados casi toda la carrera con David Kenig y Diego Pérez de San Juan, fueron 180 kilómetros duros porque nos corrieron, llegamos a sacar dos minutos de ventaja, después se nos pusieron a 30 segundos, nos volvimos a ir de nuevo, así hasta que llegamos al final. Y cuando entramos en el sprint para definir recuerdo que Kenig levantó, yo me puse a rueda y cuando asomo para atacarlo y pasarlo me acalambré las dos piernas, faltaban 300 metros y pensé "otra vez segundo", entonces me vuelvo a meter a rueda de Kenig esperando recuperarme y cuando intento otra vez se empezó a acalambrar él y así le gané por una bicicleta. Fue un campeonato hermoso por la gente, creo que no hubo un Campeonato Argentino en la historia con tanto público, el circuito tenía como 15 kilómetros y estaba lleno de gente en todas partes. Fue una emoción impresionante haber corrido ese día y para mí obviamente fue ponerle el broche a mi carrera deportiva.

-¿Qué lugar le das a ese Campeonato Argentino en tu carrera deportiva?

-A ese Campeonato Argentino le doy lo máximo por todo lo que lo busqué y porque hasta ese momento era el eterno segundo, hasta mis compañeros en ese momento en el equipo Olmo me decían que faltaba yo ser campeón argentino y ese fue el broche. También corrí después los Juegos Sudamericanos en Perú en 1990 y ganamos, los Juegos Panamericanos en La Habana 1991, donde fuimos terceros con la cuarteta y logramos la medalla de bronce, fue una racha de 1990 a 1992 que fue buena. Después en 1993 tuve dos vueltas en Venezuela y gané cinco etapas, que también fue importante, y corrí en Japón dos veces, terminé tercero con grandes profesionales como Andrea Peron, David Rebellin, David García y Vassili Davidenko.

-Tuviste éxitos en ruta y en pista, eras un ciclista completo que te adaptabas bien a todo tipo de pruebas.

-Sí, es algo innato, no lo entrenaba y me lo hicieron saber en los años de selección, me designaban para todo tipo de carreras y donde iba funcionaba, entonces me mandaban a una vuelta a Sudamérica, a Europa. Y en la pista lo mismo, por lo general hice la cuarteta de persecución, pero a nivel de campeonatos argentinos mi especialidad era medio fondo, las vueltas puntuables, después hice hasta velocidad pero siempre sin entrenarla y llegaba a las finales, tengo varios subcampeonatos argentinos de medio fondo en pista, en la pista también siempre salía segundo (risas).

-¿Cuándo empezaste en el ciclismo? ¿Cómo se dio?

-Arranqué a los cuatro años por mi abuelo que era amateur pero le encantaba el ciclismo, me empezó a llevar y en esa época en Pergamino se hacían muchas carreras, en el Parque Municipal, en el barrio Centenario, en la Plaza 25 de Mayo, así empecé y después mis viejos me llevaban a correr todos los domingos afuera. La etapa de ciclismo infantil la hice completa y sin parar hasta los 14 años.

-¿Cuándo fue el momento en el que dijiste "me voy a dedicar a ciclismo de lleno porque realmente tengo condiciones"?

-Eso se fue dando, por andar bien en juveniles nos juntamos con Erminio Suárez, "Tacuara" Selvini y Fabio Cianci, los cuatro armamos un equipo de juveniles que se llamaba Giorgia Nomaca, era una empresa de materiales de bicicleta de Rosario y ahí arrancamos la carrera y fuimos creciendo, no hubo un momento que dije "a partir de ahora quiero ser profesional", se fue dando porque nunca cortamos.

-¿Cuál fue tu primera convocatoria a la selección y qué significó para vos representar a Argentina en todo el mundo?

- La primera vez fue como juvenil cuando participé en el Panamericano Juvenil de Pista en Cuenca, Ecuador, en 1988. Y después fui al Mundial en Dinamarca, entré séptimo en vueltas puntuables y eso fue como el inicio. Después volví a Argentina e hice las selectivas para los Juegos Olímpicos de Seúl 88, en ese momento quedaba una plaza para la cuarteta, tiré la selectiva en el Velódromo Municipal de Buenos Aires y me ganó Jorge Gaday. Estaban confirmados Rubén Darío Priede, Sergio Llamazares y Gabriel Curuchet y faltaba uno, yo justo venía del Mundial, no estuve lejos pero venía cansado del Panamericano y el Mundial, estuve cerca de Seúl 88.

-Entonces haber sido parte de la delegación en los Juegos Olímpicos de Barcelona 92 fue como una revancha.

-Si, a partir de ahí tuve cuatro años que fueron buenos, en 1990 fui a los Juegos Sudamericanos, en 1991 a los Panamericanos y en 1992 a los Juegos Olímpicos, encaré ese ciclo olímpico de otra manera, fue una preparación para ir sorteando cada paso, tuvimos una preparación que nos llevó a esos campeonatos hasta llegar a Barcelona.

-Te retiraste en 1997 a los 28 años, ¿qué te llevó a tomar esa decisión?

-En ese momento no estaba muy bien el ciclismo a nivel económico, nosotros tratábamos de vivir de la bicicleta y no se podía; y ya tenía una familia, mi primera hija y corrí unos seis días en Mar del Plata, que fue justo cuando nació mi hija y no estuve en el nacimiento, la vi a los 15 días y eso fue el detonante, había que ponerse a trabajar y costaba más, en ese momento vivía en Buenos Aires y nos vinimos a Pergamino. Tuve la chance de continuar, hubo un equipo de Hugo Apesteguía, pero costaba bastante seguir en actividad. 

Después volví como a los treinta y pico pero para darme un gusto en un par de carreras, en ese momento había algunos chicos de Pergamino y lo hice para acompañarlos y guiarlos. También Coach armó un equipo en el que estaban Sebastián Alexandre, Juan José Haedo, Victorio Marina, Edy Cisneros, Guillermo Brunetta, Sebastián Cancio y me dediqué a dirigirlos, ahí abandoné de nuevo el ciclismo.

-¿Cómo ves al ciclismo en Pergamino y el país?

-A nivel competitivo Pergamino tiene a "Leoncito" (Marcos León Rodríguez) y a Sebastián (Cianci), pero no hay ciclismo; están los hermanos Romero que están queriendo incursionar, creo que les falta apoyo por lo que hoy demanda el ciclismo que es muy caro por la situación del país, antes se manejaba de otra manera.

Y a nivel país está complicado porque al no tener ciclismo infantil no tenés juveniles, imaginate que en una Doble Bragado corre gente de 30 o 40 años para arriba, no hay pibes, en el último Argentino de Ruta en Sub 23 largaron 50 corredores, no hay gente y no va a haber. 

En mi época los que éramos juveniles cuando empezábamos nos hacían sufrir los grandes, cuando nosotros ya agarrábamos voleo éramos los que hacíamos sufrir y retirar a los que tenían que hacerlo, pero hoy hay gente que tiene 50 años y sigue ganando carreras de Primera, no es porque son súper hombres es porque el ciclismo está fallando, abajo no hay ciclismo. En mi época los de 30 o 35 años ya se quedaban de rueda, cuando acelerabas no podían aguantar, ahora no hay preparación ni carreras, los chicos no tienen competencias. 

-¿Cuál es tu relación con el ciclismo hoy a los 54 años?

-Salgo a recrearme al Parque Municipal y los sábados por caminos de tierra con mis amigos, tenemos el grupo "Los Misiles" en honor a mí porque me dice "Misil", son compañeros de la escuela y de la vida que les gusta pedalear y nos juntamos los sábados a despuntar el vicio entre todos y nos divertimos.