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Sin Estado no veo viable la realización de los principios liberales


Sin Estado no veo viable la realizacioacuten de los principios liberales

Crédito: ARCHIVO

Por Ricardo López Murphy (#) // ESPECIAL PARA LA OPINION

Para el liberalismo el rol del Estado radica en la defensa, la seguridad, la justicia y proteger los derechos de propiedad, asegurando así una convivencia pacífica. 

Como lo expresé recientemente en una entrevista con Fontevecchia, las ideas liberales se han arraigado profundamente en la historia, destacando el respeto hacia los demás y la autonomía individual. Establecen la creación de un marco político, social y económico donde se fomente la tolerancia y se construyan instituciones colectivas para lidiar con los desafíos de la sociedad civil que no pueden solucionarse por sí solas. El Estado representa una de esas instituciones fundamentales.

No veo viable la realización de los principios liberales sin la presencia del Estado. Esa es mi diferencia con algunas visiones anarquistas dentro del liberalismo, donde se considera la abolición del Estado.

El liberalismo es un movimiento que tiene un proceso evolutivo en el que las ideas que defendemos no surgieron de una utopía, sino que se perfeccionaron a través de la experiencia y la convivencia en grupos humanos. Así, surgieron soluciones institucionales como las que vimos en la Revolución Americana, la división de poderes, el federalismo y el respeto a la libertad de prensa. Estos fueron aprendizajes, similares a los que experimentamos aquí en Argentina. 

Alberdi corona, en su libro que luego inspiró nuestra Constitución, todo el esfuerzo de la generación del 37 para enseñarnos un sistema que nos permitiera convivir en paz a pesar de nuestras diferencias y matices. Es decir, las ideas liberales reconocen y aceptan la diversidad de creencias y opiniones políticas. No buscamos imponerlas como un pensamiento único, sino que comprendemos que la convivencia pacífica se basa en respetar y aceptar esa pluralidad. 

El liberalismo de Milei

Milei tiene más afinidad con el ideal libertario de Rothbard. No se alinea necesariamente con la corriente que remonta a Adam Smith y culmina en el manifiesto de Oxford y sus sucesivos manifiestos liberales. De hecho, yo he tenido el privilegio de participar en el manifiesto liberal del siglo XXI. Como se sabe, muchos partidos liberales forman parte de gobiernos de Europa, como en Holanda y Alemania, y su filosofía difiere significativamente de la implementada en Argentina. 

Observemos el caso de Loris Zapata y examinemos una amplia gama de pensadores, como Carlos Rodríguez, quienes están estrechamente asociados a las ideas liberales. Sin embargo, hay una gran discrepancia entre estas ideas y lo que actualmente se está llevando a cabo. Por ejemplo, ninguno de nosotros habría considerado apropiado nombrar a Ariel Lijo como juez de la Corte. 

Claramente el estilo libertario no es lo mismo que el liberalismo. No haber aprobado los gastos por el Congreso, contradice nuestras concepciones más profundas. El principio de "no hay tributación sin representación" es el corazón de las sociedades pluralistas, libres y democráticas en todo el mundo. 

Si hay algo que la tradición liberal considera como elemental, casi una obsesión es el control de cambios. Sin embargo, hoy la Argentina tiene un control de cambios más duro que el que tuvo Franco en los años de aislamiento; más duro incluso que el que impuso Sergio Massa. Me pregunto, cuán compatible es esto con las ideas de la libertad. 

Imagínese que libera los precios y luego los vuelve a controlar: o hizo mal lo primero o hizo peor lo segundo. Porque cuando usted libera y vuelve a controlar genera una cuestión dinámica (sobre lo que dice hoy mañana lo puede revertir); eso genera desconfianza en el proceso de inversión extranjera. 

Sobre Milei

Yo pretendería que nuestro presidente sea un maestro, no un carrero. Las groserías no son la forma de expresarse de los primeros mandatarios. No hay que olvidarse que, en última instancia, en esa jerarquía está dando el ejemplo.

El presidente tiene una visión anarquista de la realidad y cree que el Estado es una máquina criminal; yo creo que las sociedades libres necesitan de un Estado como elemento imprescindible. 

El presidente está para gobernar y dar el ejemplo, no para andar criticando adversarios. Los hechos son testarudos y no los puede alterar. En esas horas de fantasía en Olivos ha construido una visión o fantasía sobre algunos críticos que no se condicen con la realidad.

Hay que liderar el proceso con altura, lucidez, respeto y tolerancia. Es la demanda de la hora. No es el papel de un "standupero" de una revista de Buenos Aires y de las groserías.

Sobre el plan de Milei

Se ha logrado recomponer moderadamente la situación externa de reservas, pero no tenemos presupuesto porque el Gobierno no se siente en fuerza de hacerlo. El conjunto de decisiones revela mucha fragilidad y la caída del nivel de actividad económica es enorme. 

Es crucial robustecer y darle fortaleza a todo el sector fiscal y hacer lo mismo con el sector externo; por lo que difiero con la mirada triunfalista de Milei.

Veo muy complicada la situación externa, con mucho receso y veo complejo que la economía pueda reaccionar ante la crisis. Esta forma de delinear la economía como la convivencia con los actores políticos no es lo más constructivo para la sociedad. 

Está claro que la herencia que recibió Milei es tremenda; en 50 años de vida profesional, nunca vi una situación así. Se está viviendo una situación angustiante y preocupante. La situación inicial es de un dramatismo muy grande. Es por eso, que se requieren reformas profundas que ni siquiera han sido esbozadas en el marco de varios años de esfuerzo; es decir, "no hay plata ni la habrá". Exportaciones, inversiones y empleo privado que parecieran ser fáciles en una economía, nosotros no podemos lograrlo.

La economía crece cuando hay mejor y más capital. Imagínese, que hace un poco más de 20 años cuando yo era ministro había dos millones de empleados públicos y cuatro millones de jubilados; ahora tenemos cuatro millones de empleados públicos y 10 millones de jubilados y casi cinco millones de planes sociales. 

Hay que recordar que en campaña Massa y Milei acordaron ante la ausencia de un presupuesto nacional suprimir el impuesto a los ingresos que hoy Milei está desesperado en reponerlo y segundo no haber tratado el presupuesto. Al carecer de ese instrumento legal, se infiere un proceso muy lejano a las ideas de la libertad. Porque no hay tributación sin representación.

He dicho en varias oportunidades: con contabilidad creativa, con agravios y groserías no se construye el país que necesitamos. 

La cena de la fundación Libertad

La Fundación Libertad es una entidad privada, que desde hace 30 años trabaja en la investigación y difusión de temas de políticas públicas, dirigidas en particular a lo socioeconómico y empresarial, promoviendo las ideas de la libertad, el republicanismo, la democracia y el Estado de Derecho.

Creada en Rosario en 1988 por un grupo de empresarios, profesionales e intelectuales, Fundación Libertad desarrolla su actividad con el apoyo de más de 400 empresas privadas.

Sus proyectos incluyen cursos, conferencias, seminarios, investigaciones, estudios y publicaciones, como así también una intensa presencia en los medios de comunicación, a través de columnas y programas propios.

La institución ha liderado la creación de Refundar (Red de Fundaciones Argentinas), conformada por una decena de instituciones afines, ubicadas en las principales ciudades, y de la Red Federal de Políticas Públicas, con más de 100 referentes empresariales y profesionales a nivel nacional y think tanks del interior del país. Además, integra reconocidas organizaciones mundiales como la Fundación Internacional para la Libertad, que preside el Nóbel Mario Vargas Llosa, y la Red Liberal de América Latina. 

Claramente Lopez Murphy me siento parte del proyecto de la Fundación y he sido parte incluso de su concejo académico. Sin Embargo, no fui invitado a la cena anual. Aparentemente por un pedido de Milei.

Entiendo que mi presencia lo irrita. Soy crítico de muchas de las cosas que se hacen en el Gobierno, al margen de que son cuidadosas y razonables y se ve que le molesta. Soy una persona realista y reconozco las restricciones que han tenido las autoridades de la Fundación con las actitudes de intolerancia del presidente. Entiendo que es más importante que inviten al Presidente de la República.

(#) Economista, diputado nacional por el bloque Hacemos Coalición Federal.


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