Desde hace algunas semanas que los vecinos del tradicional barrio Luar Kayad -ruta nacional Nº 188 a la altura del kilómetro 66- vienen sufriendo una seguidilla de hechos delictivos sobre la propiedad privada, aunque también en menor número sobre las personas que suelen hacer actividad física en la zona.
Vecinos organizados ante este flagelo (con grupo de WhatsApp, como es habitual ahora) acercaron a LA OPINION un detallado croquis con locación, día, hora y tipo de delito que entre ellos mismos se notifican. Los robos y hurtos están a la cabeza, con una seguilla reciente, todos los días entre el 5 y el 8 de mayo.
En diálogo con este medio, Luciano (evitó dar su apellido por seguridad) asegura que "todas las semanas nos enteramos que algún vecino recibió la visita de los delincuentes. Se llevan lo que encuentran, aunque las motos, bicicletas y juguetes de los más chicos, parecen ser su debilidad".
De más está aclarar que en esta zona los vecinos contratan seguridad privada pero nada alcanza por las dimensiones a cubrir. "Estamos con seguridad privada, tenemos alarma vecinal y grupo de WhatsApp, pero así todo estos malvivientes vienen y siembran miedo en todos nosotros. Es peligroso llegar al barrio en horas de la madrugada porque no sabemos con qué nos vamos a encontrar".
El joven que vive junto a su esposa y dos hijos también dijo "estar cansados de llamar a la Policía y que cuando vienen ya no queda nada". La sospecha que manejan es que se trata de un grupo de delincuentes que circulan en motos sin luces. "Son muy hábiles para treparse por los tapiales y techos, arrasan con lo primero que encuentran y luego se van", describió del modus operandi.
"Tierra de nadie"
Marta es una señora de casi 70 años que toda su vida vivió en la zona. "Antes este era un lugar tranquilo, una zona de quintas; todos sabíamos quién entraba y salía. Hasta cuando uno se iba por unos días, los otros que vivíamos en forma permanente cuidábamos de sus casas. Ahora esto se transformó en tierra de nadie". Además sentenció: "La Policía de la Comisaría Tercera llega hasta La Guarida, acá pasan una o dos veces por día y después desaparecen".
En primera persona
Martín, de 45 años, fue una de las víctimas de hurto. "Ingresaron a mi casa cuando no estábamos con mi señora y los chicos, rompieron una puerta y se llevaron varias cosas: bicicletas, televisores y una Play", indicó con cierto enojo. El vecino considera que "tanto la Policía como la Justicia no nos tienen en cuenta, la seguridad privada que pagamos no alcanza y los delincuentes parecen manejarse en el barrio como los dueños".
Zona liberada
La sensación de los vecinos es de impotencia, hartazgo y desesperanza: "Con otros vecinos pensamos que este barrio de gente trabajadora y que con mucho esfuerzo intenta progresar día a día, se transformó en una zona liberada para que los malvivientes puedan llenarse sus bolsillos", expresó Martín. Y la falta de expectativa de una resolución y, sobre todo de confianza en quienes tienen que darla llega a un punto grave: "En lo personal no hice la denuncia porque creo que es en vano, todos saben lo que acá sucede y nadie hace nada, esperamos que no tengamos que lamentar una víctima fatal en un intento de robo, eso parece ser que es lo que están esperando aquellos que deben cuidarnos o bien encerrar a los chorros".