Después de que el jefe de Gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta, anunciara que en la ciudad de Buenos Aires les quitarán los planes sociales a aquellas familias cuyos hijos o hijas no asistan al colegio, desde el Gobierno nacional rechazaron la posibilidad de avanzar con una medida similar porque tiene "un tinte represivo y punitivo".
Quien descartó la posibilidad de copiar la iniciativa y aplicarla para los beneficiarios nacionales, algo que había recomendado el mandatario de PRO, fue la portavoz de la Presidencia, Gabriela Cerruti, al asegurar que la decisión del Ejecutivo porteño aparece como un "castigo" y una "doble estigmatización".
En principio, la portavoz ponderó Ciudadanía Porteña, al decir que fue el primer programa de refuerzo de ingreso universal y que en un año llegó a 80.000 familias que recibían el 75% de la canasta básica "para luchar contra la indigencia". Actualmente, el plan asiste a más de 40.000 hogares con una transferencia directa para la compra de útiles escolares y alimentos.
Después de enumerar las pautas para acceder a ese beneficio según la ley que lo creó -regularidad escolar, vacunación obligatoria y búsqueda de trabajo para los adultos del hogar-, Cerruti consideró que estos tres ítems, en realidad, son "corresponsabilidades y no requisitos" debido a que tanto el Estado como la familia "se comprometen a llevarlo adelante".
Fue ahí cuando apuntó contra el retiro de la ayuda social a quienes no asistan a los colegios. "Estas corresponsabilidades son un marco para ayudar a las familias a salir de la situación de vulnerabilidad y no pueden ser usadas como un castigo, una doble estigmatización, una herramienta fiscal para bajar la ayuda", planteó. Y siguió: "Una familia en situación de vulnerabilidad necesita que el Estado la acompañe, ayude e incentive a volver a una situación de regularidad escolar, de trabajo y de salud; y no que la castigue por no hacerlo".
Por su parte, el ministro de Educación, Jaime Perczyk, cuestionó la medida tomada por la Ciudad y aseguró que "los chicos no tienen planes, tienen un derecho que es ir a la escuela y nosotros tenemos la responsabilidad de que vayan".
"Si el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires sabe qué chico no va a la escuela, hay que tocar el timbre", dijo, y remarcó las facilidades que tiene la Ciudad para llegar a la población como que todas las calles están asfaltadas. Y recordó que desde hace trece años, la Asignación Universal por Hijo (AUH) retiene un 20% con la condicionalidad de que los chicos y chicas beneficiarios asistan a la escuela y cumplan con los controles médicos.
En tanto, el viceministro de Desarrollo Social de la Nación, Gustavo Aguilera, consideró que la decisión de Rodríguez Larreta tiene "un tinte represivo y punitivo", y consideró que la medida "no ayuda a generar soluciones" ya que termina "castigando a las familias más pobres" de la ciudad de Buenos Aires.
"Si un chico no va a la escuela es un problema, pero si encima se le saca la ayuda a la familia, estamos generando otro problema", dijo el funcionario en declaraciones a la agencia estatal Télam, en las que consideró que se trata de una medida que es "más para los diarios y que tiene un tinte represivo y punitivo". Para el funcionario, los motivos que explican la inasistencia escolar tienen que ver con una "multiplicidad de factores" como "las condiciones de la familia, el nivel socioeconómico en el que vive, temas de salud o salud mental". (DIB)