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El precio de la bolsa de harina se disparó en las últimas jornadas a partir de la suba del precio internacional del trigo, como consecuencia de la incertidumbre sobre la cantidad disponible del cereal causada por la invasión de Rusia a Ucrania. Es que entre ambos países aportan casi un tercio del trigo al mercado mundial.
Según se comentó en una reunión de panaderos pergaminenses desarrollada el pasado jueves, en los últimos 15 días se registró, en promedio, una suba acumulada del 70 por ciento. En números es pasar de valer la bolsa de 25 kilogramos alrededor de 1.100/1.200 pesos al orden de los 1.800/2.000 pesos. El primero de los recientes aumentos se dio en medio de la incertidumbre por el acuerdo con el FMI y la confirmación de la suba del precio de los combustibles. Allí hubo una suba del precio de la harina y consecuentemente del pan de entre un 20 y 30 por ciento. En ese contexto los panaderos locales, sumándose a una sugerencia de la Federación Bonaerense de Panaderos, hace dos semanas establecieron que el precio del kilogramo de pan en Pergamino debía venderse en mostrador entre 180 y 220 pesos. Pero poco pudo durar ese compromiso, ya que los ataques de Rusia a Ucrania hicieron volar por los aires la cotización del trigo y cual si fuera un reguero de pólvora, las consecuencias llegaron de inmediato a toda la cadena comercial argentina compuesta por la secuencia trigo-harina-pan.
Los panaderos locales decidieron ahora que cada uno fijara el precio de acuerdo a su estructura de costos, ya que ante la alta volatilidad de los precios de las materias primas (no solo de la harina, por cierto) es imposible fijar precios de referencia. Así las cosas, hay panaderías que llevaron en estas horas el precio de kilogramo de pan a 300 pesos o más, en tanto que la gran mayoría fluctúa entre los 250 y los 280 pesos. En cuanto al precio de las facturas, otro de los productos emblemáticos de estos negocios, van desde los 450 a los 800 pesos o más después de este último aumento.
Además del problema del precio, los panaderos expusieron que tienen otro inconveniente, que es la falta de entrega de harina justamente porque hay molinos que informaron que hasta que no tengan cierto estado de certidumbre con relación al precio del trigo, no van a despachar harina al mismo ritmo que lo venían haciendo hasta que se inicio este proceso.
La única certeza que se tiene es que cada vez que el precio de un insumo subió, después nunca bajó. De eso puede dar fe cualquier argentino que tenga un mínimo de memoria.
Un parche del Gobierno
En este marco, el Gobierno nacional acordó la creación de un fideicomiso que contempla volcar al mercado doméstico 800 mil toneladas de trigo, "ante la necesidad de proteger el mercado interno, permitir generar certidumbre y eliminar la volatilidad de los precios de la harina y el trigo", se informó.
La idea es garantizar abastecimiento y precio de alimentos básicos como son los fideos secos y harina 000, entre otras cuestiones. Pero hay un dato crucial y es que la medida no contempla la bolsa de harina que se utiliza en panadería, sino que se trata del paquete de un kilogramo que se consigue en las góndolas.
Argentina es un exportador mundial líder de trigo y el Gobierno, que estimó la cosecha 21/22 del cereal en un récord de 22,1 millones de toneladas, ya venía limitando las exportaciones del grano para contener los precios de los alimentos en una economía con una inflación anual del 50%.
Sin embargo, por el conflicto entre Ucrania y Rusia, que en conjunto representan el 29% de los embarques de trigo, los precios globales están en niveles históricos. En el mercado local el cereal cerró el miércoles en un promedio de 32.103 pesos (298 dólares) por tonelada, un 19% más que hace una semana.
El secretario de Comercio Interior, Roberto Feletti, acompañado por el subsecretario de Políticas para el Mercado Interno, Antonio Mezmezian, y el subsecretario de Agricultura del Ministerio de Agricultura, Ganadería y Pesca de la Nación, Delfo Buchaillot, fueron quienes se reunieron con autoridades del sector del trigo y molinos, para la implementación del fideicomiso.
"Esta herramienta permite garantizar abastecimiento y precio de alimentos básicos como son los fideos secos y harina 000, y desacoplar precios para proteger el consumo de las argentinas y los argentinos en un contexto global de conflicto bélico, potencial escasez de productos e interrupción de la cadena de suministro, y con el precio internacional del trigo alto y sostenido", señalaron las fuentes. Pero, cabe recordar, la harina que se utiliza en panaderías no está dentro del acuerdo.
Fuerte rechazo
La medida ya había generado el rechazo de numerosos sectores que están vinculados a la producción y comercialización de trigo. Los privados presentaron como alternativa reducir la alícuota del IVA a los alimentos o bien promover un subsidio a través de la tarjeta AlimentAR, y se pidió realizar una revisión de esta iniciativa, ya que de concretarse pagaría lo mismo un por un paquete de fideos un consumidor del tercer cordón del Gran Buenos Aires como aquel que compre el mismo producto subsidiado en un hipermercado en el barrio porteño de Recoleta.
Desde las Mesas Intersectoriales de Trigo y Maíz indicaron al Gobierno nacional que "esta herramienta constituye un estímulo negativo que puede afectar la previsibilidad en la cadena; así como propusieron otras alternativas. El Gobierno debe trabajar sobre las reales causas de la inflación, que exceden al precio del maíz o del trigo, los cuales estuvieron siempre por debajo del ritmo inflacionario durante todo el 2021?.
También recordaron el efecto que tuvieron "experiencias recientemente fallidas" al intervenir en los mercados de granos con el objetivo de "contener los precios, en trigo y maíz", y se pidió que "analicen una serie de medidas que incluyen desde la utilización de mecanismos de cobertura, financiación y, sobre todo propuestas para llegar a los sectores de bajos ingresos o desocupados, a través de tarjetas de alimentos".
Además, la Bolsa de Comercio de Rosario consideró que la promoción de un fideicomiso "genera interferencia en el normal funcionamiento de los mercados institucionalizados de granos afectando la formación de precios de referencia". También se planteó que esta iniciativa "va en dirección contraria a la necesidad de contar con reglas claras, previsibles y de largo plazo que alienten la inversión".
