Pergamino

La cruda realidad de Haití relatada por una pergaminense que allí reside


Hace 20 años que la pergaminense se dedica a cuestiones sociales

Crédito: DAMIANA LANUSSE

Hace 20 años que la pergaminense se dedica a cuestiones sociales.

LA OPINION tuvo la posibilidad de dialogar con Damiana Lanusse, pergaminense residente en Haití desde hace tres años. La entrevista permite conocer no solo detalles sobre el asesinato del mandatario de dicho país sino también la cruenta realidad a la que se enfrenta día a día el pueblo haitiano.

El miércoles Haití amaneció con la noticia de la muerte a tiros de su presidente, Jovenel Moïse, a manos de un grupo de individuos que asaltó de madrugada su residencia privada en el barrio de Pelerin, de Puerto Príncipe. Este suceso puso de nuevo en jaque la maltrecha estabilidad del país, azotado por turbulencias políticas, sociales y por la concatenación de desastres naturales en los últimos años.

En momentos en que reina la incertidumbre, LA OPINION tuvo la posibilidad de dialogar con Damiana Lanusse, pergaminense residente en Haití desde hace tres años. La entrevista permite conocer al lector no solo detalles sobre el asesinato del mandatario de dicho país sino también la cruenta realidad a la que se enfrentan día a día quienes allí viven.

-¿Qué consecuencias apareja el asesinato del presidente?

-En primer lugar desde lo políticamente estricto hay un Poder Ejecutivo acéfalo, no solo por el asesinato del presidente sino porque en los días subsiguientes, dos primeros ministros se disputaron el poder. Uno de ellos había sido nombrado días antes del asesinato aunque su legitimidad fue cuestionada porque no llegó a entrar en funciones ni a conformar su equipo de funcionarios. Por otra parte el primer ministro que estaba ocupando el poder con anterioridad se aferró aun más a éste. En este sentido, en los últimos días, la enviada a Haití de Naciones Unidas declaró como primer ministro oficial al que ya estaba y lo proclamó en el cargo, desestimando al último en ser nombrado. Al mismo tiempo se acordó, con la oposición, nombrar a un presidente interino provisorio.

-¿Y los otros Poderes?

-La debilidad no solo se da en el Poder Ejecutivo sino en los otros dos poderes que están muy tambaleantes ya que el Poder Legislativo fue disuelto, el presidente Jovenel estaba gobernando por decreto y seguía aferrado a la Presidencia contra las fechas de poder que ya estaban vencidas, lo que generó una oposición terrible en la población y en el cuerpo político. Por su parte, en lo que concierne al Poder Judicial, el presidente de la Corte Suprema de Justicia que de acuerdo con lo establecido por la Constitución es quien debe reemplazar al presidente, murió de Covid en los últimos días por lo que ni siquiera la Carta Magna estaba previendo una solución a una situación como esta. 

Sobre los motivos del por qué fue asesinado el presidente, se dicen un montón de cosas pero no hay certezas. En Haití se viene viviendo una situación de un deterioro de la estabilidad de las estructuras estatales. Una de las cosas en las que el presidente venía insistiendo era un referéndum constitucional que tenía fecha para el 27 de junio y que había generado una gran resistencia de parte de la población ya que no estaba siendo transparente y contemplaba la posibilidad de que Jovenel continuara en el cargo. En el medio de esta situación tuvo que desembarcar la Organización de Estados Americanos en junio para facilitar una mediación y así se decidió que no se iba a decretar este referéndum ya que se preveía además que esta disposición generaría un estallido social.

-Mucho se habla de la creciente inseguridad en Haití, ¿qué nos podés decir al respecto?

-Es terrible lo que se está viviendo. La intensificación de la inseguridad es producto de la multiplicación de las bandas de delincuentes que además están fuertemente armadas, incluso con dispositivos de guerra que ingresan de manera ilegal al país. Estas pandillas constantemente se enfrentan en los barrios bajos (por control territorial) y esto genera un estado de alerta y de volatilidad en la población a la hora de tener que salir a la calle, impidiendo la circulación porque sobre todo la protección civil está ausente. La Policía se ve limitada a la hora de defender a la población porque las bandas están más armadas que la Policía. Incluso se dice que estas pandillas están apoyadas y financiadas por algunos funcionarios que pertenecen al Gobierno.

La libre circulación se ve cercenada por la inseguridad. En los últimos tiempos venía aumentando de manera exponencial los casos de secuestros y ataques civiles. La semana pasada hubo un tiroteo en la vía pública en el que mataron a 15 personas cuando en realidad el blanco era un periodista.

El enfrentamiento de bandas provoca que cientos de familias se vean forzadas a abandonar su propia vivienda porque les queman las casas o porque deciden no vivir más en medio de los tiroteos. Esas familias quedan en la intemperie, desplazados, en una situación de refugiados en su propio país.

-¿Cómo viven esta situación de estar restringidos a la libre circulación?

-Todos los días te preguntas si será conveniente salir a la calle o no, hay que estar muy atento a los medios de comunicación, pertenecemos a grupos de WhatsApp donde hay organismos de cooperación y especialistas en seguridad que a diario publican cuál es el estado de situación en las calles, sugiriendo evitar algunas zonas en tal o cual momento del día.

-En el medio de esta inestabilidad se encuentra la gente, los pobladores que a diario deben convivir con esta inestabilidad constante. ¿Cómo es vivir en Haití?

-La mayor parte de los haitianos, incluso la clase media intelectual, no tiene acceso regular al servicios de electricidad, el agua potable debe comprarse, tampoco hay acceso al gas natural por lo que deben adquirirse las garrafas y se cocina quemando madera. A menos que tengas un generador y tus baterías estén en buen estado o hayas podido invertir en paneles solares, cuestiones a las que solo accede la clase alta, no se tiene acceso a la electricidad. Pero incluso teniendo este servicio nada asegura la conectividad.

En las calles se ve muchísima miseria. Yo transito por áreas que son seguras dentro de la inseguridad reinante y por áreas residenciales pero soy testigo de la miseria que existe ya que se advierten personas en situación de calle permanentemente, algunas directamente tiradas, personas desnudas que lavan su ropa en el cordón de la vereda con el agua que baja de las lluvias. Reina la inhumanidad.

Esta postal da cuenta que en Haití existe una mayoría de población en clase baja, una muy poca cantidad de pobladores en clase media, que en realidad es una clase media baja porque no tienen acceso a lo que nosotros consideramos básico para vivir pero al menos pueden estudiar y acceder a una universidad, y existe una ínfima clase alta de la que forman parte las familias tradicionales, herederos de los colonos, empresarios.

-Haití es además un país azotado por pandemias y fenómenos climáticos.

- Haití es un país muy golpeado, huérfano, fue azotado por un gran terremoto, por un huracán, fustigado por el cólera, la pobreza, la inestabilidad política. Y en este contexto destaco el rol importante que tiene la prensa sobre todo para mostrar cómo se vive en Haití. En un ámbito de escucha en el que participo, un haitiano me decía: 'yo pensé que América Latina nos iba a ayudar, iba a reaccionar y noto que nadie hace nada'. Los haitianos están esperando que alguien, de alguna manera, muestre lo que acá se vive para que alguien les brinde ayuda.

Su residencia en Haití

Damiana llegó a Haití en 2018 para desarrollar un trabajo en Scholas Ocurrentes -la red de educación católica fuertemente impulsada por el Papa Francisco- pero después de integrar ese espacio, a principios de marzo se convirtió en la directora ejecutiva de la fundación América Solidaria. El objetivo de dicho espacio que trabaja en los territorios más urgentes del continente (desarrolla su labor en nueve países), es velar por el cumplimiento de los derechos emanados de la Convención de los niños, niñas y adolescentes. En Haití el foco está puesto en educación, salud y desarrollo económico local.

Cuando habla Damiana se la nota convencida de desarrollar su trabajo allí, y esto hace visible la clara vocación de aportar su grano de arena en ese contexto tan cruel e inestable.

-¿Qué te moviliza a quedarte en Haití?

-Hace 20 años que me dedico a temas sociales, es una cuestión vocacional y de opción de vida. Cuando llegué a este lugar advertí una clara posibilidad de brindar mis talentos aquí, encontré como un campo fértil para depositar mi semilla. Realmente soy muy empática con este lugar, me produce admiración este pueblo tan resiliente, que tiene tanta fuerza a pesar de los golpes. Sentí una fuerte atracción con este lugar y un fuerte deseo de estar aquí. No sé por cuánto tiempo más porque estas situaciones como las que se vivió días pasados me hacen cuestionar mi deseo pero por ahora sigo firme.

Quién es Damiana

Damiana Lanusse se instaló en Pergamino a sus cinco años, y transcurrió toda su edad escolar hasta que a los 18 se fue a Buenos Aires a estudiar y a residir. Llegó a Haití con Scholas Ocurrentes. A pesar de los miles de kilómetros que la separan de Pergamino, asegura que siempre está volviendo sobre todo para encontrarse y dejarse mimar por sus afectos: "En Pergamino vive mi hermana, mi cuñado y mis sobrinos, tengo muchos amigos, primas por lo que siempre estoy volviendo de visitas", concluyó.


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