Dos hermanos artistas se reinventan para salir adelante en pandemia

Arte y entretenimiento fueron dos de las actividades más afectadas por las medidas adoptadas ante la pandemia de coronavirus.

Esta situación forzó a muchos artistas a buscar una salida y reinventarse generando nuevos perspectivas laborales.

Tomamos aquí el caso de Matías y Franco Lanzillotta -entre muchos otros-. dos músicos percusionistas de nuestro medio que, radicados en Buenos Aires desde hace 10 años con proyectos artísticos en desarrollo, volvieron al pago chico para iniciar una nueva etapa, con el emprendimiento "Yaqaya" de carpintería y talabartería, oficios de los que ahora viven y que hasta no hace mucho eran solo un hobby.

"Hacía 10 años que estábamos en Buenos Aires y nos había costado montar un circuito de laburo artístico, que ya de por sí cuesta en este país -comenzó diciendo Matías Lanzillotta en contacto con LA OPINION-. Nos llegó la pandemia y fue como un efecto dominó. Yo tenía giras programadas, espectáculos y alumnos, y empezaron a caerse las fichas y cada vez fue peor. En Buenos Aires uno está para gestar y para armar y si todo eso se cae, ¿qué haces?", se preguntó.

Matías, el mayor de los hermanos Lanzillotta -hijos del reconocido músico y profesor Roberto Lanzillotta-, se encontraba actuando para la agrupación Fuerza Bruta, en un nuevo proyecto denominado "Lata", un espectáculo de percusión del que también participaba Franco, que ya tenía fecha para el debut.

"Nos sorprendió la pandemia y llegó el éxodo -continuó-. Volvimos a Pergamino y nos encontramos con mucha gente que hacía lo mismo".

Franco agregó: "No había ningún tipo de proyecto que pudiera ser viable entonces decidimos volver a nuestros pagos. 'Yaqaya' es encontrar algo nuevo, un lugar donde poder estar y poder hacer. Fue como un renacer para nosotros porque pudimos capitalizar lo que siempre fue un hobby para nosotros, que fue el laburar con la madera".

En este punto, Matías indicó que los dos venían "curioseando" en el rubro. "En Buenos Aires, cerca de donde vivíamos, teníamos una carpintería de las viejas, de las que ya no quedan, y yo le iba a pedir maderas para hacer un laburo al dueño, un anciano de alrededor de 90 años", contó. 

En su afán por aprender sobre el oficio, Matías le pidió barrer la carpintería y cebarle mate. "Yo solamente quería ver cómo trabajaba. El aceptó y así fui aprendiendo cosas del oficio. Después fue ver mucho por Internet", agregó.

Aunque Franco también aprendió las bases de uno de los oficios más antiguos, él se volcó más a la talabartería. "Hice un curso con Gonzalo Racca, un amigo de Buenos Aires que me transmitió mucha información sobre el oficio. Pero también fue como armarse el camino para distintos laburos. Lo mismo con la madera, nosotros trabajamos mucho el ver qué nos piden y ahí ver el camino de cómo hacer ciertos trabajos", explicó. 

-Ustedes tienen la particularidad de trabajar con madera reciclada, ¿cómo es ese proceso?

Matías: -Hay maderas hermosas. Hemos encontrado camas tiradas hechas con maderas muy buenas, que las adaptamos haciendo un laburo similar al que haría en un aserradero. Después de esa lavada de cara queda una mezcla que a nosotros particularmente nos encanta.

Franco: -Esto pasa mucho en Capital Federal donde se desecha mucha madera con los pallets en las construcciones. Uno encuentra en cada esquina un montón de madera que es muy buena y que se tira.

Matías: -Esto es un aprendizaje constante, por eso es muy importante codearse con gente que hace mucho está en el oficio, que nos han tendido una mano, como "Pato" Riccardi, un gran artesano de Pergamino.

-También tuvieron que hacerse de las herramientas y armar el taller, lo que significó una importante inversión.

Franco: -Hace ya casi un año se nos prestaron este lugar -un garage en Moreno 488- que estaba lleno de cosas. Después hicimos una inversión en herramientas que son fundamentales para poder desarrollar el oficio.

Matías: -Un amigo nos dijo que las herramientas son el 50 por ciento del trabajo. Hay que tener una herramienta buena, afilada, preparada, porque por ahí a un formón lo usamos 15 minutos en tres días, pero si no tenés esa herramienta es un dolor de cabeza.

-En este tiempo que llevan con la carpintería y la talabartería, ¿qué tipo de trabajos hicieron?  

Franco: -Fue bastante variado y eso está bueno porque, al no ser repetitivo, nos da margen a un poco de creatividad a la hora de hacerlo. Por ejemplo hemos hecho una puerta granero, un delantal de cuero, una mesa, un juego de ajedrez, una máscara de cuero, banquetas. Es decir, son muy variados los trabajos.

Matías: -Eso es lo bueno y es a lo que apuntamos nosotros. Son desafíos en el diseño y en la estética. Es buscarle la combinación de tonalidades a la madera para que quede estéticamente lindo, y también la forma. Esto es lo que más nos gusta. Nunca pensamos hacer un juego de ajedrez ni un delantal para una barbería. Pero nos gustó el desafío y nos encanta ponernos a investigar. 

Franco: -También hay mucha prueba y error. Es golpearse la cabeza y decir 'vamos de nuevo' y de esa manera se aprende.

Matías: -En estos tiempos que corren creo que somos afortunados de poder seguir laburando de forma independiente en algo que nos gusta. Ahí está la luz de esperanza dentro de todo este bajón.

-¿Por qué el nombre "Yaqaya"?

Franco: -El nombre surgió cuando decidimos volver a Pergamino. Entre muchos nombres elegimos este. "Yaqaya" significa hermanos/as en toba. Por eso creemos que este es un lindo nombre para que nos represente y porque suena como percutivo. 

Matías: -También nos sonó como algo "muy tierra" y esta cosa de la lengua aborigen. "Yaqaya" es hermandad y acá vienen siempre amigos que por suerte nos dio la vida como una hermandad por fuera de la sangre.

La música

Pese a la falta de actividad como músicos por las restricciones impuestas por las autoridades, los hermanos Lanzillotta continúan con sus proyectos y esperan poder llevarlos a cabo en poco tiempo.

Entre ellos, utilizar el mismo espacio de "Yaqaya" para hacer filmaciones de grupos de música bajo el nombre "La sastrería" y subirlos a YouTube.

"El nombre 'La Sastrería' es en homenaje a nuestro tío abuelo Don 'Pichón' Vives, quien fue un reconocido sastre en Pergamino. La mayoría de los muebles que hoy tenemos en el taller eran de él. El oficio de sastre desapareció, se lo comió el capitalismo, la industria. Y, sin ir más lejos, la carpintería artesanal también se ha perdido. Existe un grupo selecto de gente a la que le gusta esos trabajos artesanales", refirió Matías.

-¿Qué proyectos tienen con la música?

Franco: Hay proyectos en mente aunque se hace un poco complicado llevarlos a cabo. Tenemos el grupo "La Ferroviaria", comandado por José Temprana, un gran amigo. También integro una banda de rock progresivo en Capital Federal que se llama 'Betún'. Tratamos de ensayar como se puede, de manera virtual, mandándonos cosas.  

Matías: -Además de compartir con Franco "La Ferroviaria", yo estoy con la banda "Sauce eléctrico" junto a Fernando Basanta y Dalmiro Mesuro.

Los contactos con Buenos Aires siempre siguen estando. De hecho tenemos idea de usar este espacio, "La Sastrería", como canal de YouTube y filmar con Pablo Patenden, un amigo que tiene la productora Universo Prismal, que labura muy bien. Con él estamos haciendo este proyecto de invitar artistas para filmar un video y subirlo a YouTube. La idea es que este mes venga y hacer una primera sesión. Queremos que este lugar de "Yaqaya" sea abierto a toda manifestación artística. 

Instagram: yaqaya.cym

Facebook: Yaqaya