Daniel Oberti, artista visual que crea sus obras utilizando material industrial de descarte, expone hasta el 19 de noviembre su muestra "Huevo Cósmico", en Espacio Barraco, galería de arte ubicada en avenida Francia 2249 de la ciudad de Rosario.
Se trata de una serie de 18 objetos intervenidos con latas de gaseosas y cervezas, y materiales encontrados en la calle. Este procedimiento de trabajo ha marcado su impronta desde sus inicios con el arte. "La obra empieza con la recolección en la calle de estos tipos de materiales industriales de descarte que voy adaptando a las esculturas", explicó en contacto con LA OPINION el artista que durante años también se ha desempeñado como curador en Pergamino y en Rosario.
Los objetos que Oberti expone son sombreros de los años '30 y '40; muñecas hechas con cabezas de porcelanas de finales del Siglo XIX y principios del Siglo XX, con esponja natural; y el objeto que le da el nombre a la muestra Huevo Cósmico- es una lámpara de los años 60 con flores de poliéster. Todas las obras están intervenidas con latas de cervezas y gaseosas.
Oberti, que en los últimos años también se volcó al arte textil utilizando la misma técnica de trabajo, adelantó que como proyecto para el año próximo tiene planificadas dos muestras en Rosario: una en el Parque España y otra en el Museo de la Ciudad.
La palabra de la curadora
"En el recinto sagrado de la imaginación, reposa el Huevo Cósmico, cáscara divina que encierra secretos ancestrales señala la curadora de la muestra Belén Antola-. De su interior, como un destello de luz naciente, emerge la diminuta Chicharrita, ser primordial que teje los hilos del universo con delicadeza infinita, danzando entre los pliegues y dando vida a las visiones del hombre surgido de las entrañas del huevo.
"Aquel, fruto de esta gestación cósmica, despierta con ansias creativas y da forma a sus sueños más profundos. Con las manos impregnadas de color, modela caperucitas fantásticas, budas serenos, esplendorosas Marías Antonietas, naves espaciales que desafían la gravedad y sombreros ancestrales que susurran historias olvidadas de tiempos remotos.
"Todos reunidos en el banquete navideño, brillan en la penumbra de la sala como testigos silenciosos de la genialidad que emana del Huevo y de la destreza única de la Chicharrita", concluyó Antola.