En la zona céntrica, en los barrios; recorriendo las calles y las avenidas. Los operativos de control son continuos, constantes durante todo el día, tanto en la mañana, en la tarde, como en la noche; días de semana y los fines de semana porque la idea del Municipio es avanzar con el ordenamiento del tránsito en Pergamino a través del cumplimiento de las normativas vigentes, tanto del Municipio como de la Provincia y la Nación.
"Buscamos que los automovilistas respeten las leyes; los operativos de control son para constatar documentación, prevenir accidentes en cuanto a la alcoholemia y también con el fin de hacer frente a una problemática muy presente en nuestra ciudad, que tiene que ver con las motos, con los escapes libres y con aquellos huyen provocando un riesgo para el resto de la población", explicó a LA OPINION Marcos Turrini, titular del área de Inspección General y Tránsito de la Municipalidad de Pergamino.
- En marco de estos operativos se han generado ciertas situaciones de violencia y de agresión con el personal que trabaja en las calles…
- Lamentablemente tenemos que decir que es continuo, es a diario esta situación a la que se ven sometidos los agentes de fiscalización del Municipio. Esto comenzó hace un tiempo, incluso con amenazas hacia mi persona. Obviamente uno muchas veces se siente mal con este tipo de amenazas, agravios e insultos por la función que lleva adelante, cosa que lamentablemente vamos naturalizando, lo cual no debería ser así.
Pero, cuando estas amenazas cruzan una línea, nosotros tenemos que dar la intervención a la Justicia, porque ya empiezan a entrar en riesgo otras personas tales como sin las familias y demás. Yo ya tuve individuos que se presentaron con fines agresivos en mi domicilio particular, entonces hay una línea que no deberá sobrepasarse por el bien de todos.
En consecuencia, lo que hacemos nosotros es hacer las denuncias correspondientes ante las autoridades competentes. Entonces eso hay que evitarlo. Por tal motivo es que también le pasa a los inspectores y hay que actuar rápidamente, no solamente a los agentes de tránsito, aquellos que están con la parte de retención de quienes infringen las leyes en la vía pública, que es todo un tema; sino que este tipo de padecimiento lo está sufriendo el personal de Patrullas Urbanas.
Generalmente estamos expuestos a este tipo de agravios, lo cual no está bien, no se debe naturalizar, porque los inspectores son trabajadores que cumplen su función, que hacen a la seguridad vial, con su actitud, con su trabajo, con su esfuerzo. Yo creo que se merece el respeto, ¿no?
- Es preocupante lo que está contando porque las amenazas son permanentes a nivel personal, con agravios hacia los inspectores y agentes. ¿Por qué tanto exceso de violencia por parte de la ciudadanía?
- Sí, la verdad que nosotros no podemos tolerar estas cosas; los agravios, los insultos son monedas corriente. En el día a día lo que le hacen a los inspectores es muy inaceptable; pero es así, es una realidad que no la podemos obviar ni mirar hacia otro lado y seguiremos denunciando ante la Justicia. Hay personas que infringen las normas de tránsito y cuando el inspector viene para poder obrar en consecuencia, como establece la ley, el infractor ataca y creen que la culpa la tiene el inspector y no ellos. O sea, se la agarran con el inspector.
- Atacan cuando se les hace la multa sin recapacitar de la infracción que acaban de cometer…
- Exactamente. En el espacio público siempre todos tenemos derecho, pero también nuestras obligaciones y nuestros deberes. Entonces, tenemos que respetar a las normas de tránsito. Por ejemplo, si un inspector va porque hay un vehículo en la puerta de un garaje y el dueño de la casa no puede salir, el agente hace lo que tiene que hacer, toca sirena una y otra vez; trata de encontrar al conductor de ese auto mal parado y si luego de un tiempo prudencial no aparece, hay que remontar ese vehículo.
Y cuando aparece el dueño de ese vehículo que está por ser remolcado, agrede verbalmente al inspector, lo amenaza e intenta muchas veces golpearlo. Entonces, a ver; si uno está en falta, tiene que entender y asumir que está en una infracción y deberá aceptarlo. Cuando estoy perjudicando a terceros con mi conducta, estoy perjudicando a otras personas y a la sociedad en general y convengamos que no todas las personas son así; hay gente que es muy respetuosa y eso hay que resaltarlo; pero muchos no quieren ser controlados y entonces el insulto es automático.
Pero todo tiene un límite porque no dejan de ser personas que merecen el respeto como tal más allá de la vestimenta y labor que desarrollan. Son seres humanos que están preparados, tienen capacitaciones y son hablados, pero no dejan de ser personas y obviamente tienen su forma de responder ante tantos agravios y agresiones que reciben de conductores que no cumplen con las normativas.
