En las últimas horas se produjo el fallecimiento de Jorge Masieri, una personalidad de la cultura pergaminense, que transcendió no solo en las artes plásticas sino también en otras facetas de la vida comunitaria y social de Pergamino.
Su deceso fue en la ciudad de Mendoza, donde residía desde hacía un tiempo por estar radicados allí sus hijos, Luciano y Leandro, mellizos que trascendieron en el básquetbol profesional. Jorge tenía 83 años y venía padeciendo problemas con la diabetes.
Se consideraba un pintor autodidacta aunque en escultura su maestro había sido Don Pedro Suñer.
"Cuando me jubilé, con 65 años, mis hijos me preguntaron qué iba a hacer y yo les respondí: 'Me voy a dedicar al arte total'. Eso lo manifestaba en una entrevista con LA OPINION.
"Suñer me decía que cada pintor tiene su temperamento; el mío es buscar, hablo con los cuadros", aseguraba.
"Tomo una onda de una serie de cuadros que son bien modernos y busco, y dibujo; y no me sale, y vuelvo a otro. Entonces es una búsqueda constante. Siempre fui muy activo y mi forma de trabajo es muy rápida. Así hago diez o quince cuadros y los muestro", señalaba.
En este sentido, Masieri aseguraba: "Cambio de escuelas como de comida".
Precisamente, además era un gran cultor del arte culinario. De hecho fue propietario de varios locales gastronómicos y confiterías a las que les dio su impronta con la decoración a través de la pintura y la escultura. "Todo el arte que aprendí, lo incorporé después en los negocios que tuve, en la decoración de las confiterías bailables, restaurantes, parrillas, como por ejemplo Bohemia Pop. Por eso la decoración a mis negocios las hacía distintas. Además, las empresas me buscaban para que les hiciera murales en las galerías y hall de entradas, cosa que antes se estilaba más que ahora", recordaba.
