Ariel Martino, un "loco del arco" que lleva 30 años atajando en Pergamino y la región

En esta temporada, el arquero Ariel Martino está cumpliendo 30 años jugando en la Primera División del fútbol de nuestra ciudad y la región. En 1994, con 15 años, debutó defendiendo el arco de Douglas Haig e inició una extensa trayectoria que hoy a los 45 lo encuentra en Argentino de Rancagua, en la Primera B de nuestro fútbol. En una entrevista con LA OPINION, el "Flaco" o el "Lobo", los apodos que más lo identifican, repasó su carrera, sus mejores recuerdos y anticipó que cuando se retire le gustaría ser director técnico. 

-¿Qué significa para vos cumplir 30 años jugando en el fútbol de Pergamino y la zona?

-La verdad que es algo muy lindo, todos los años digo que me voy a retirar pero a veces las ganas o la motivación de un técnico que me llama me hace seguir. Creo que este va a ser mi último año porque llegan los achaques propios del físico, te das cuenta que estás en otro ritmo, se ataja con la experiencia, ayudando a los grupos jóvenes como el año pasado cuando jugué en Sirio y tuve compañeros de 18 años y te vas haciendo amigos de todas las edades. 

-Este año estás jugando en Argentino de Rancagua, ¿con qué expectativas arrancaste la temporada?

-Me llamó Miguel Scarfó que está como coordinador y me dijo que fuera a darle una mano para atajar y me sumé para ayudar a acompañar a varios chicos que están iniciándose, algunos no han tenido mucho roce en Primera y otros sí. Es un equipo joven, en formación, no tuvimos un buen arranque y lo importante es competir. Rancagua siempre quiere estar, el año pasado tuvo un año muy bueno, Scarfó siempre trató de conseguir jugadores para pagarle y armar un lindo plantel, pero este año no lo pudo hacer y apostó a los chicos.

-¿Cómo ves al fútbol pergaminense en comparación a la época en la que debutaste en Primera?

-Para que te des una idea, tenía 15 años y debuté en Primera en Douglas y practicaba con el plantel que jugaba el Nacional B. Muchos de ese plantel que no jugaban en la Tercera Especial bajaban a jugar a la primera local, ¡imaginate el nivel que había! y ese año salimos campeones, jugaban Mauricio Levato y otros chicos que después anduvieron muy bien. Había un nivel muy bueno, nos enfrentábamos con equipos experimentados, yo debuté ante Compañía en donde estaban el "Gallego" Pérez, Pablo Biglieri, Miguel Otero, grandes jugadores con una trayectoria de haber jugado en otro nivel. Para mí el fútbol local ha decaído, hay muchos clubes en la Liga y cuando eso ocurre juega cualquiera. 

-¿Qué recordás de tu primer partido en la Primera de Douglas?

-Fue inolvidable, don Miguel Ignomiriello me quería mucho, el me llevó a entrenar con el plantel de Douglas del Nacional B a los 15 años y estar con José Perassi, con Nilton Pardal, que eran los arqueros de Douglas en esa época me daba cierta tranquilidad porque estaba muy bien entrenado, pero cuando pita el árbitro las cosas son diferentes. Ese partido ante Compañía fue en la cancha de Tráfico's, creo que empatamos o ganamos pero lo que más recuerdo es que le atajé un penal al "Gallego Pérez", tuve un partido excelente y no me hicieron goles, pero el penal fue el broche de oro.

-¿Qué momento elegís como el más importante de tu carrera?

-Haber salido campeón con la Tercera Especial de Douglas Haig en el torneo de AFA (N. de la R: en la temporada 1994/1995) para mí fue uno de los logros más importantes porque en ese año llegué a jugar con Estudiantes de La Plata, con Quilmes, con Chacarita, con equipos muy bien formados en sus divisiones inferiores. Donde jugaba Douglas por el Nacional B íbamos nosotros como Reserva, el técnico era Daniel García.

Por lo general era titular, también estaba Héctor Escalera con quien alternábamos y lo que siempre pasaba cuando Douglas jugaba de local era que el suplente del Nacional B atajaba en el primer tiempo y después se iba al vestuario a cambiarse para ir al banco, y en el segundo tiempo atajaba yo. Haber jugado en La Plata contra Estudiantes fue inolvidable, en el segundo tiempo la cancha explotaba, en la Primera de Estudiantes estaban la "Brujita" Verón, el "Mago" Capria, un equipo terrible y la Reserva no se quedaba atrás. Ese segundo tiempo con el estadio repleto fue hermoso y en la cancha de Quilmes también.

-Y en el torneo local, ¿qué momento destacás?

-Ese año que salí campeón en Primera en Douglas, pero después nosotros nos abocábamos de lleno a la Tercera Especial, que tuvo un periodo de dos o tres años, no fue solo un año. Después tuve un problema con Douglas, a los 17 años un hombre de San Nicolás me llevó a probar a River, el presidente era Natalio Volpi y quedé en River, fui en enero y febrero a probarme, me dieron pensión y me dijeron "te queremos" y cuando vine a Pergamino Volpi me dijo "no, el pase tuyo no, vos sos el futuro del club". No hubo forma de sacar el pase, tampoco me quiso dar a préstamo y seguí en Douglas porque me dijo "vos el año que viene sos suplente en el Nacional B" y no fue así, trajeron arqueros pagos y de ahí empecé a deambular, me fui con Walter Dimattia a Sports, después estuve en Alfonzo, también anduve por la zona en la Liga de Ascensión, en Alcorta, luego volví y así anduve muchos años robando (risas). Pero no haber podido ir a River fue un golpe muy duro para mí, no pude darme esa posibilidad, conmigo estaba entrenando Franco Costanzo, un chico que era exactamente igual que yo, nada que envidiarle, pero bueno por algo las cosas pasan.

-Si tenés que definirte como arquero, ¿cuáles considerás que son tus principales virtudes?

-Hay algo que siempre me queda de don Miguel Ignomiriello, cuando se sentaba a hablar con los más jóvenes me decía "los arqueros son bobos y locos y vos tenés todas las condiciones" (risas). Soy un loco del arco, no sé si bobo pero era lo que él decía. Soy muy amigo, de armar buenos grupos y creo que para un equipo es fundamental, los equipos que ganan empiezan por un buen grupo, lo futbolístico es secundario.

-A lo largo de tu carrera enfrentaste a cientos de delanteros, ¿a cuál recordás porque era muy difícil taparle un mano a mano?

-De la época de Douglas recuerdo los delanteros que teníamos nosotros en los entrenamientos, pero no tanto del rival. Hay dos tipos que realmente eran cracks, Marcos Lencina era una bestia definiendo, era imposible en un mano a mano; y el "Sapo" Cuartas, en los entrenamientos también era imposible, ya no hay jugadores como Gustavo que era un gordo que te la mandaba a guardar, letal con la cabeza. Y también recuerdo los centros de Flavio Pelichia.

-Y sacando los de Douglas?

-Pablo Biglieri era un animalito, lo enfrenté también a Walter "Chapu" Leta cuando era muy pibe, eran delanteros letales, de los que hoy no hay o se van a otras ligas donde económicamente les va bien. Hoy el futbolista tiene otras posibilidades, hasta ellos solos se toman un avión, se hacen la ciudadanía y juegan afuera cuando ven que tienen un chispazo o lo agarra un representante y se lo lleva. ¿Quién que tenga condiciones se va a quedar jugando en la Liga de Pergamino?, nadie, se van a Rojas que está cerca y es más competitivo.

-¿Cuál es tu receta para seguir jugando a los 45 años?

-Un consejo, es seguir entrenando y nunca dejar de hacerlo. He tenido altibajos en los que he dejado y para volver me costó un montón, de hecho hoy las lesiones que me tienen a maltraer como la rodilla es por haber dejado un tiempo de entrenar. No hay que dejar de entrenar, ese es el secreto hasta colgar los botines.

-¿Este es tu último año?

-Sí, igual me resisto a jugar la Liga Senior, cuando me retire me gustaría ser técnico pero no jugar en el Senior, es algo que no sé por qué, capaz que te digo esto y mañana termino jugando. Me gustaría ser técnico, está en carpeta, este año voy a arrancar el curso. El Senior está bárbaro, no estoy en contra, le dio un espacio a toda esa gente que dejó de jugar, ese aliciente para poder competir todos los fines de semana.

-Un mensaje a los más jóvenes desde tu experiencia.

-Es difícil porque lamentablemente hoy a los 17 años se van a estudiar tengan o no condiciones para el fútbol, antes apostaban un poquito más o hacían una carrera en Pergamino, pero si tengo que darles un consejo es sacrificio, constancia y humildad.