"Juanito" Cabrera: "No damos abasto para dar respuesta en la Granja"

El consumo problemático de sustancias va en alza, sobre todo después de la pandemia; así lo confirmó "Juanito" Cabrera, director de la Granja San Camilo, dispositivo que alberga, contiene y sostiene a varones con problemas de adicciones. "Hay un antes y un después de la pandemia de Covid. Notamos que la situación se agudiza día a día por la demanda que tenemos. No damos abasto para dar respuesta en la Granja por lo que trabajamos articuladamente con la Sedronar para encontrar dispositivos cercanos en la zona, como en Mercedes, San Pedro, a fin de hacer derivaciones y que los jóvenes puedan continuar con su tratamiento", sostuvo "Juanito".

"El tema es grave", afirma el coordinador de la Granja. "Pareciera que uno va diciendo que el problema de las adicciones crece y se lleva puesto el presente de nuestros jóvenes, pero nadie toma cartas en el asunto", se lamenta.

Desde más pequeños

Para dar certezas sobre la gravedad de la situación, el entrevistado afirmó que cuando hacen las entrevistas de admisión de los chicos, la mayoría refiere que el consumo de sustancias comenzó entre los 11 y los 13 años por lo que el chico que recién llega a la Granja tiene más de seis años de consumo. "En algunos casos está muy naturalizado el consumir porque los padres de los jóvenes han sido o son también consumidores", agregó. Además, observa que los jóvenes llegan "destrozados": "Los que fuimos recibiendo en la Granja en el último tiempo tienen un deterioro cognitivo muy grande lo que nos hace pensar que también se modificó el hábito del consumo por eso me pregunto siempre: ¿Qué estarán consumiendo?".

No a la marihuana

La naturalización del consumo de la marihuana es un error para "Juanito": "La marihuana no es buena, genera dependencia. Quienes tenemos el contacto a diario con esta problemática no podemos aceptar las afirmaciones que dicen que es mejor fumar un porro que un cigarrillo de tabaco".

Sin fronteras

La problemática del consumo ha traspasado las fronteras socioeconómicas. "La adicción no es un problema del marginado económica y socialmente hablando, desde el más pobre hasta el más rico todos consumen, y las consecuencias son las mismas. La droga no hace división de clases", sostiene "Juanito".

-¿Qué lleva a que un niño o joven empiece a consumir?

-La falta de límites porque el límite educa, los límites son amor. Entre los pibes que están en la Granja encontramos dos tipos de crianza muy marcadas: o sufrieron abandono de parte de sus padres o fueron muy sobreprotegidos. Siempre planteo a los padres de los chicos adictos que se saquen la culpa de lo que pudieron haber hecho y no lo hicieron porque por culpa del progenitor que se torna muy permisivo, el pibe rompe normas, avasalla todo el tiempo. Es importante enseñar a los hijos que deben respetar los límites. Por supuesto que es mucho más complejo el panorama. No solo se trata de poner límites porque el consumo se ha convertido en un problema social y está en todos lados. Por eso insisto en que en la actualidad consume el pibe de un barrio vulnerado pero también el que va a un colegio privado. Y también hay que pensar que no solo debe preocuparnos el consumo de la marihuana y la cocaína sino también el gran consumo de alcohol.

-¿Cómo llegan los chicos a la Granja? ¿Por propia voluntad, derivados?

-Llegan por diferentes caminos, muchos por propia voluntad. En estos días hay 17 pibes conviviendo lo que nos implica un laburo enorme. La Granja es una ONG, no abundamos en recurso humano pero la asistencia es alta porque es el único dispositivo en la ciudad y en la zona que tiene la modalidad residencial. Por eso siempre afirmo que el Estado debiera pensar en esto si tanto le preocupan la salud mental y las adicciones. Me sorprende que los dispositivos de día que existen funcionen en una brecha horaria corta.

Dinámica de trabajo

Lo primero que se hace en la Granja cuando llega una persona adicta es la escucha atenta de él y de su familia porque, de acuerdo a lo expuesto por el entrevistado, "no toda persona que consume debe internarse en la Granja o en una clínica psiquiátrica. Está bueno en ese sentido tener aceitada una labor articulada y conocer cuáles son las limitaciones de cada espacio. En la Granja recibimos un paciente psiquiátrico pero una vez que está estabilizado por los profesionales del área de Salud Mental del Hospital San José. La Granja tampoco es un penal, una persona que tiene problemas de conducta no es recibido porque lo intentamos pero tuvimos muy malas experiencias".

Corazones voluntarios

La Granja se sostiene por la buena voluntad de muchas personas que aportan, con su labor profesional cotidiana, dictando talleres pero también que colaboran en los diferentes eventos que se organizan y que son abiertos a la comunidad como las Peñas de los 29 de cada mes, las charlas de concientización y sensibilización. "Todo lo que hacemos nos implica mucho esfuerzo", manifestó "Juanito".

A las actividades diarias se suman los talleres que se dictan cada jueves, a las 20:00, en el Club Centenario y en los que se recibe, escucha y contiene a las familias con problemáticas de consumo. 

Quienes deseen colaborar pueden contactarse a través de las redes: Granja San Camilo Pergamino o bien enviando un WhatsApp al 2477-503131 o yendo al espacio ubicado en la Ruta Nº 32 kilómetro 2,5.

Trabajo articulado

Por último, poniendo en valor la labor articulada y en red que se debe desarrollar para hacer frente al flagelo social de las adicciones, "Juanito" señaló: "Como sociedad debemos, primero, dimensionar la problemática para luego desarrollar un trabajo articulado y en red: docentes, familias, vecinos, operadores de adicciones. Ante los primeros síntomas que se detectan en cualquiera de los ámbitos hay que pedir ayuda porque es mucho más fácil curar, por ejemplo, un principio de gripe o angina a que después todo se agrave".

Lamentablemente se tiende a abordar la problemática cuando ya el hecho está consumado. "Hoy mi función social tiene que ver con levantar al que cae, porque quien llega a la Granja es quien ya tiene una adicción declarada. Y yo no quiero que el dispositivo sea un escondite o una estrategia judicial para zafar de las responsabilidades. No sirve que un chico no vaya por voluntad propia y que realmente quiere salir de esa situación. Por eso siempre apelo a la buena predisposición de la ciudadanía para que, de una vez por todas, podamos entender que la problemática de las adicciones es una pandemia, que la adicción es una enfermedad crónica y que por ello se deben generar más dispositivos de contención y establecer más trabajo en red", sostuvo el coordinador de la Granja.